Imagen del 9 de abril de 2019 de obreros chinos conversando en la torre donde se encuentra la compañía china de perforación petrolera Gran Muralla, en La Habana, capital de Cuba. Unos 160 chinos de la compañía de perforación petrolera Gran Muralla, la mayoría trabajadores de alta calificación y experiencia, trabajan en la actualidad en Cuba con la estatal Unión Cuba-Petróleo (Cupet), como parte de un acuerdo gubernamental. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 12 abr (Xinhua) -- Sobre la caseta de una torre de perforación petrolera ondean las banderas de China y Cuba bajo el sol de la isla, como símbolo de la cooperación que presta una compañía china en la búsqueda de petróleo.
Unos 160 chinos de la compañía de perforación petrolera Gran Muralla, la mayoría trabajadores de alta calificación y experiencia, trabajan en la actualidad en Cuba con la estatal Unión Cuba-Petróleo (Cupet), como parte de un acuerdo gubernamental.
La compañía, filial de la Corporación Nacional de Petróleo de China, llegó a Cuba en 2005.
Gran Muralla se ha encargado desde entonces de la perforación de la mayoría de los pozos petroleros de Cuba, donde introdujo un equipamiento de alta tecnología que permite desde tierra alcanzar yacimientos en aguas someras.
El ingeniero Meng Fanji, hombre de 42 años, alto y locuaz, es el subgerente en Cuba de Gran Muralla y superintendente de Salud, Seguridad y Medio Ambiente, dos tareas que le absorben casi todo su tiempo.
Nacido en la provincia china de Henan (este), desde hace 9 años trabaja en Cuba y ya parece un cubano más, aunque aún no domina el español y se comunica mejor en inglés.
"Hemos elevado la eficiencia de la perforación, bajado el costo de la construcción de pozos y perforado varios de alta producción, además de que hemos apoyado al descubrimiento de nuevos yacimientos", aseveró Meng Fanji sobre el aporte de Gran Muralla.
Meng Fanji acompaña en un recorrido a Xinhua a uno de los pozos exploratorios, que desde lejos se anuncia con su torre de perforación, donde ondean las banderas de los dos países sobre una mole de hierro de unos 60 metros de altura y de 3.000 caballos de fuerza.
En el sitio se utiliza a instancias de los expertos chinos, la técnica del lodo base de aceite, una mezcla de productos químicos que permite avanzar de manera más rápida y segura en la perforación, pues enfría y lubrica las barrenas.
Ese pozo, ubicado muy cerca del poblado costero de Boca de Camarioca, a unos 120 kilómetros al oriente de La Habana, tiene una profundidad vertical de 1.475 metros, pero se extiende mar afuera por 4.692 metros, luego de modificar poco a poco la trayectoria hasta lograr un ángulo de 89 grados.
Desde hace casi dos meses se trabaja ahí para alcanzar los 6.950 metros, el punto donde de acuerdo con los mapas geológicos, debe haber un yacimiento de hidrocarburo.
El desplazamiento de los depósitos de combustible fósil hacia el mar aumenta el potencial de gas y petróleo, pero al mismo tiempo hace más difícil su explotación, pues obliga a perforar pozos direccionales con gran inclinación y largo alcance.
A su vez, el director de perforación de Cupet, ingeniero Julio Jiménez, señaló a Xinhua que los yacimientos "se extienden hacia el mar, por lo que cada vez los pozos son más largos".
"Y para llegar a ellos se necesita de una tecnología de punta a la que hemos accedido a través de la compañía Gran Muralla", agregó Jiménez.
Gran Muralla utiliza en la isla cuatro equipos de perforación de dos tipos distintos, ambos de alta eficacia.
La compañía china trabaja también en otro pozo de exploración, ubicado en Celimar, a unos 15 kilómetros al oriente de La Habana.
Esa perforación tiene 2.141 metros de profundidad y, tras alcanzar un ángulo de 79 grados, avanza 5.100 de largo bajo las aguas del Caribe, pero debe llegar hasta 6.300 después de acceder a dos puntos en los que se presume la presencia del crudo.
Por su parte, el ingeniero cubano Elber Smith, quien está al frente del trabajo en tres pozos en la costa norte habanera, expuso que la cooperación china "ha sido fundamental para el éxito de este trabajo".
El petróleo que se extrae en Cuba es hasta el momento un crudo pesado de entre nueve y 18 grados API, una medida internacional que calcula la densidad del hidrocarburo en comparación con el agua a iguales niveles de temperatura.
Ese crudo pesado solo puede usarse en Cuba en la generación eléctrica y la producción de derivados.
Cuba tiene en la actualidad una producción de hidrocarburo y gas cercana a los 4 millones de toneladas anuales o sea unos 25 millones de barriles, en que 3 millones corresponden a crudo pesado y el resto a gas natural.
Esa producción local cubre cerca de la mitad de las necesidades del país, que se completan con la compra de petróleo en el extranjero, la mayoría en Venezuela a precios preferenciales.
Además de las prospecciones en tierra, desde hace dos décadas Cuba abrió a la inversión extranjera los 59 bloques en que están divididos los 112.000 kilómetros cuadrados de su zona de Exclusión Económica en el Golfo de México, para que compañías petroleras realicen exploraciones a riesgo.