MADRID, 10 abr (Xinhua) -- Con la llegada de la primavera, arranca la temporada taurina en España, donde más allá de imágenes de plazas a rebosar, bravos toros y toreros triunfantes, hay una industria tradicionalmente ligada al hombre donde la mujer ha tomado un papel como protagonista con la cría de ganado taurino.
Cada vez más mujeres están al frente de empresas ganaderas encargadas de la crianza y formación de animales para la tauromaquia, según lo explicó hoy en entrevista con Xinhua Rosario Montes, encargada de la prestigiosa ganadería de Montealto.
"Era un mundo cerrado por su historia. Pero igual que las mujeres están entrando en todos los ámbitos de la sociedad, también se abren paso en esto", comentó Montes, durante una visita al enorme terreno campestre que poseen a las afueras de Madrid.
La ganadera se ocupa de una empresa con cientos de cabezas de ganado que pastan en forma libre en 500 hectáreas de un paraje natural incomparable como la sierra de Madrid.
"Para mí no existe nada comparable a esto, un lugar en el que el toro está libre en un espacio enorme para campar a sus anchas", señaló.
Montes se crió junto a un hermano y una hermana al abrigo de su padre, el ganadero Agustín Montes, quien fundó la empresa en el 2000.
Al crecer, Montes y su hermana sintieron vocación por dedicarse al mundo de la cría de toros bravos, mientras que su hermano se alejó de ese entorno.
Como la edad no ha pasado en balde para su padre, Montes se levanta temprano para ocuparse de la finca y sus moradores.
Montes se esfuerza también cada día por llevar a las plazas a un toro de raza de lidia, "que embista bien y sea noble", en un mundo tradicionalmente dominado por varones.
Aunque las mujeres aún son minoría en el entorno ganadero de España, dentro del medio centenar de ganaderías españolas de élite ya empieza a sonar con fuerza el nombre de Montes, así como el de otras ganaderas.
Entre ellas está Ana Peña, de la ganadería Fernando Peña; Cristina Moratiel, del encaste Baltasar Ibán; Pilar Martín, hija del legendario ganadero Victorino Martín, y Silvia Camacho, quien a los 15 años tuvo su propia ganadería.
"Me relaciono sin ningún tipo de problema con empresarios, ganaderos y toreros", explicó Montes.
"En todas las facetas de la vida, la mujer tiene un punto de sensibilidad que el hombre no tiene. Da igual que sea en ganadería, política o en llevar una empresa, somos diferentes aunque en el fondo somos iguales", señaló.
La empresaria ganadera lucha por un modelo de negocio que perpetúa una raza animal, el toro de lidia, así como un ecosistema exclusivo de España como es la dehesa.
De los 400 toros que hay en la finca, solo un centenar llegará a las plazas de toros después de pasar innumerables procesos de selección, en que se toma en cuenta salud, alimentación e historial médico.
Los empresarios de las plazas en que luego se torearán pagan por cada toro una media de 6.000 euros.
Montes es la cara visible de una nueva generación de mujeres que se han adentrado en la tauromaquia, negocio que tuvo un impacto económico de 4.500 millones de euros en 2017, un 0,36 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) español.
"Mujeres aquí ha habido siempre, pero ahora somos nosotras las que damos la cara", dijo orgullosa la ganadera española.