RIO DE JANEIRO, 26 feb (Xinhua) -- Conocido por organizar el mayor Carnaval del mundo, la eterna disputa que hay en Brasil entre las ciudades de Río de Janeiro (sureste) y Salvador (noreste) para quien ofrece el mejor Carnaval ha ganado un nuevo aspirante en los últimos años: Sao Paulo, la mayor ciudad del país.
Cuna de la samba y conocido mundialmente por su Carnaval, Río de Janeiro tiene ante sí el desafío de mostrar que todavía organiza el mayor espectáculo del mundo, en un escenario de falta de apoyo por parte del Ayuntamiento y de crisis económica que ha reducido significativamente el dinero público destinado a la fiesta, que reúne cada año a millones de personas, miles de ellas turistas llegados de todo el mundo.
En Sao Paulo, el Carnaval callejero se ha expandido en los últimos años y el desfile que anualmente realizan las escuelas de samba de la ciudad ha ganado en nivel, hasta el punto de acercarse al de Río de Jaeiro. Su eslogan desde hace dos años, "rumbo al mayor Carnaval del mundo", no deja dudas de cuáles son las intenciones de las autoridades paulistas.
"El Carnaval pujante es el de una ciudad pujante. Río de Janeiro, por mucho tiempo, tuvo la centralidad política y cultural del país. La fiesta se fue allá. Hoy, la decadencia no es únicamente del Carnaval, es de toda la ciudad", comentó a Xinhua el historiador Luiz Simas, especializado en la historia del Carnaval.
Un ejemplo de la pujanza del Carnaval de Sao Paulo es el dinero recibido por parte de la alcaldía: mientras en Sao Paulo cada escuela de samba del grupo especial recibirá 783.300 reales (211.000 dólares) cada una, en Río de Janeiro, cada escuela dispondrá de 500.000 reales (135.000 dólares) de la alcaldía.
En el Carnaval de calle, en el que Salvador siempre ha presumido de tener el mejor del mundo, Sao Paulo también se ha colado en el escenario nacional: mientras que los "blocos" (comparsas) callejeros en Río de Janeiro han sido reducidos este año de 636 a 509, en Sao Paulo aumentaran un 60 por ciento en comparación con el año que viene, con 737 blocos que saldrán a las calles. Muchos de estos blocos nacieron en Río de Janeiro pero se trasladaron a Sao Paulo.
En otro aspecto que Sao Paulo se ha destacado es en los ensayos técnicos que realizan las escuelas de samba en la avenida Anhembi (donde se realiza el Carnaval): hay más de 60 ensayos programados, todos transmitidos en directo por Youtube. Por su parte, en Río de Janeiro, donde nacieron los ensayos, no llegan a los treinta.
La crisis económica también ha impactado en el Carnaval. Mientras que en 2013 las grandes escuelas de samba de Río de Janeiro tuvieron cada uno al menos 6 millones de reales para los desfiles procedentes del gobierno federal, este año serán 4,5 millones de reales.
"La palabra hoy es inseguridad. No sabemos ni cuando ni cuanto cobraremos del ayuntamiento. Apenas en diciembre, fuimos sorprendidos con la noticia de que uno de nuestros principales patrocinadores desistía de patrocinar. Una vez acabe este carnaval, tendremos que pensar muchas cosas", admitió Joao Fonseca, responsable de comunicación de Uniao da Ilha, una de las mayores escuelas de samba de Río de Janeiro.
Para Simas, "En Río de Janeiro, muchas escuelas de samba todavía son profundamente amateurs en su gestión. Transformaron el carnaval en algo excesivamente caro. Y ello hace que se vayan perdiendo los lazos de afectividad con la población carioca".
Otra diferencia es que en mientras las escuelas de Samba de la Serie A carioca (equivalente a la segunda división) fueron desalojadas del recinto en el que estaban y todavía no tienen lugar, en Sao Paulo las agremiaciones de segunda división están todas reunidas en la 'Fábrica de los Sueños', que reúne los barracones en los que cada escuela prepara su Carnaval.
En lo que Río de Janeiro continúa imbatible es en el turismo. En 2018, según el Ayuntamiento, la ciudad recibió 1,5 millones de visitantes, que se sumaron a los millones de cariocas que participaron en la fiesta. En Sao Paulo, sin embargo, la mayoría de los participantes son los propios habitantes de la ciudad.
En términos de público total, eso sí, la mayor ciudad de Sudamérica superó con creces a Río de Janeiro: 12,1 millones de participantes en el Carnaval de 2018 contra 7 millones en el Carnaval carioca, si bien la población paulista es el doble que la carioca.