WASHINGTON, 5 feb (Xinhua) -- El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este martes que se reunirá por segunda vez con el máximo líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong Un, lo que renovó las esperanzas de quienes tienen buenas intenciones en lo que respecta al futuro de la península coreana.
En su discurso anual sobre el Estado de la Unión, el anuncio de Trump, que detalló que la reunión será el 27 y el 28 de febrero en Vietnam, fue tranquilizador.
Tras referirse al "impulso histórico en favor de la paz en la península coreana" como parte de una "diplomacia nueva y valiente", el mandatario dijo que su relación con Kim es "buena".
La programada segunda cumbre es resultado de los esfuerzos diplomáticos hechos desde finales de 2018 por parte de todas las partes implicadas, no solo Washington y Pyongyang, sino también Beijing, Seúl y Moscú.
Del 7 al 10 de enero, durante su cuarta visita a China en menos de un año, Kim valoró el papel de Beijing para resolver el conflicto de la península coreana.
Aseguró que su país aprecia mucho y de forma sincera los esfuerzos chinos y aseguró que trabajará para que su segunda reunión con Trump logre resultados que sean bien recibidos por la comunidad internacional.
Kim confió también en que las partes involucradas den importancia y respondan de forma positiva a las preocupaciones legítimas de la RPDC, e impulsen juntas una solución definitiva al problema.
Pese a que enfrenta muchos retos, la segunda reunión entre Kim y Trump podría generar más flexibilidad por parte de todos los actores, así como grandes avances en temas clave como la hoja de ruta para la desnuclearización y oportunidades económicas para Pyongyang.
Tras los altibajos que siguieron a la primera cumbre, que desanimaron a muchos, los dos países, con la mediación de la comunidad internacional, reimpulsaron las conversaciones a alto nivel con la visita en octubre a Pyongyang del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y el compromiso con la desnuclearización que Kim reiteró en su discurso de Año Nuevo.
Aquellos que en Washington defienden continuar con una política dura hacia Pyongyang, deben respetar la determinación de la RPDC de garantizar su seguridad nacional y mejorar el bienestar de sus ciudadanos, como destacó Kim en el discurso.
Tales iniciativas merecen un compromiso más constructivo con la RPDC desde el otro lado del océano Pacífico.
En vez de depender únicamente de los vecinos asiáticos de la RPDC a la hora de pagar la desnuclearización y garantizar su seguridad, los dirigentes de Washington deben mostrar buena voluntad estratégica y presentar ofertas concretas para mejorar la confianza de Pyongyang en aras de un futuro sin armas nucleares.
China, firme partidaria de la paz y la estabilidad en la península, siempre ha puesto la solución política por encima del cálculo geopolítico, ya que una península próspera y sin armas nucleares siempre ha estado acorde con sus intereses de seguridad esenciales.
El estancamiento de las negociaciones entre EEUU y la RPDC no beneficia a nadie. Por tanto, es de esperar que Washington y Pyongyang aprovechen el ambiente positivo generado por la próxima cumbre para mejorar la confianza mutua de manera responsable y obtener así resultados sustanciales.
