BEIJING, 4 feb (Xinhua) -- El veterano maquinista Zhou Li, de 54 años, ha conducido cuatro generaciones de trenes chinos: desde locomotoras de vapor a los de alta velocidad.
Zhou, que ha estado dos tercios de las Fiestas de Primavera trabajando, cumple su trigésimo primer festival al frente de un tren.
La Fiesta de Primavera es un periodo frenético de recoridos en China, ya que cientos de millones de nacionales vuelven a sus casas para reunirse con la familia, visitar parientes o amigos, o solo por alejarse un corto periodo de tiempo de la vida urbana.
Zhou es uno de los muchos maquinistas chinos que han vivido en primera persona el rápido desarrollo de la red ferroviaria nacional en conexión con los cambios en la temporada alta de viajes más grande del mundo.
Desde la fundación de la República Popular China hace 70 años, la velocidad de los trenes se ha multiplicado por seis a la par que la extensión del sistema ferroviario se ha expandido de 20.000 kilómetros en 1949 a 131.000 kilómetros a finales de 2018.
Gracias a esta enorme red ferroviaria, el viaje de vuelta a casa para 413 millones de chinos, la cifra de personas que elegirán el tren durante las vacaciones de este año, se ha vuelto más rápido, conveniente y con más alta tecnología.
Según los cálculos basándose en noticias de archivo del Diario del Pueblo, durante la Fiesta de Primavera de 1957 se realizaron 31 millones de viajes por tren, lo que se queda casi en nada si se compara con las cifras actuales.
Sin embargo, en esa época el elevado número de viajes también suponía una gran presión al sistema de transporte nacional. El Diario del Pueblo incluso publicó un editorial en 1959 en el que urgía a los viajeros cuyo trayecto era de corta distancia a caminar o ir en bicicleta siempre que fuera posible, con el objetivo de rebajar la carga sobre el sistema de transporte público.
Hace una década, encontrarse en un vagón plagado de pasajeros y sus maletas durante un viaje de 58 horas era normal para muchos. Hoy en día, la constante mejora y expansión de la red ferroviaria y el lanzamiento de los trenes de alta velocidad implican que estos viajes están menos congestionados y se puede disfrutar más de ellos.
Yu Maosheng, de 38 años, indica que él solía esperar varias horas en la cola para los boletos de tren y necesitaba más de 30 horas para volver a su casa en Linyi, localidad de la provincia oriental de Shangdong desde Shenzhen, ciudad de la provincia meridional de Guangdong.
En la actualidad, el viaje entre Shenzhen y Linyi se ha recortado a 10 horas gracias a los trenes de alta velocidad.
En septiembre de 2017, los trenes de alta velocidad Fuxing, de desarrollo nacional, comenzaron a operar entre Beijing y Shanghai. Estos trenes, que alcanzan una velocidad de 350 kilómetros por hora, son el tren en servicio comercial más rápido del mundo.
Los trenes Fuxing transitarán entre Beijing y Zhangjiakou, localidad de la provincia septentrional de Hebei, cuando las dos ciudades alberguen los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
"También se han hecho esfuerzos para introducir vías férreas inteligentes, que utilizarán tecnologías punta, entre ellas macrodatos e inteligencia artificial", explica Wang Junbiao, de la Academia de Ciencias del Ferrocarril de China.
A la par, China ha desarrollado la página web de venta de billetes en tiempo real más grande del mundo, ya que despacha cerca de 3.500 millones de boletos al año. En muchas estaciones de trenes se han empleado nuevas tecnologías como el escaneado facial para subir a bordo del tren.
Este año Yu compró sus boletos en línea y comenta que tiene ganas de comprobar cómo funciona el escaneado facial cuando vaya a ocupar su asiento en el vagón.
Zhou todavía recuerda los días en los que veía a los viajeros acarreando multitud de bolsas mientras se apresuraban para subir al tren y asegurarse el espacio suficiente para sus pertenencias. Ahora, con vagones más ordenados y espaciosos, este caos ha pasado a mejor vida.
"Todo ha mejorado muy rápidamente, al igual que la velocidad de los trenes", concluye.