Por Huang Shunda
BEIJING, 1 feb (Xinhua) -- La mexicana Blanca Martínez se sintió muy sorprendida al ver el cierre de la mayoría de las pequeñas tiendas alrededor de su universidad china, lo que hizo desiertas las habitualmente concurridas calles.
La chica mexicana de Guerrero preguntó a los propietarios de los comercios sobre la situación. Le respondieron que todos en el barrio, y en el país, se estaban uniendo al "Chunyun", la mayor movilización humana del mundo, cuando los chinos regresan a sus lugares de origen para celebrar el año nuevo lunar.
Martínez vive en la ciudad de Xi'an, capital de la provincia china de Shaanxi (norte), desde 2017, pero este año es la primera vez que se queda para celebrar el festival más solemne para el país asiático.
Además, lo hace como asistente del tren de alta velocidad de China.
Tres días antes del inicio del Chunyun, Martínez, junto con otros cuatro voluntarios de distintos países, recibió una capacitación de un par de días en la Estación Norte de Xi'an, que incluyó clases de etiqueta básica, y aprendió temas de seguridad y a solucionar emergencias.
El entrenamiento fue intenso. Después del primer día sus pies estaban tan adoloridos que ni siquiera pudo quitarse las botas.
El primer día del Chunyun, el 21 de enero, la sorprendieron los "mares" de gente en la estación. "Nunca en mi vida he visto tanta movilización de personas como en China. Es definitivamente sorprendente", dijo Martínez.
Para Martínez no es extraño que los chinos regresen en multitud a sus casas durante esta temporada para reunirse con sus familiares, pues los mexicanos comparten este mismo anhelo durante la Navidad.
"Una reunión familiar puede hacer que olvides el trabajo y los problemas que tal vez tienes en las grandes ciudades y que sientas el amor con la gente que te ama y apoya. Esta preciosa oportunidad no la puedes pagar ni con todo el dinero del mundo", expresó.
Martínez subraya la puntualidad y la rapidez del tren de alta velocidad de China.
A pesar de la multitud Martínez se sorprendió con el corto intervalo entre los trenes y el orden de la estación. La única "emergencia" que ha encontrado fue la de una pareja de pasajeros que saltó al tren en el último minuto.
La pareja de mayores de edad, que llevaba bolsas grandes y pequeñas, le preguntó dónde estaba su vagón. Por los billetes Martínez se dio cuenta de que estaban a diez coches de distancia y solo faltaban 3 minutos para la salida del tren.
Sin tiempo para más, la mexicana agarró las bolsas de la pareja y con ellos corrió para lograr entrar al vagón.
"Aún durante el Chunyun los trenes salen a la hora exacta y llegan al destino ni un minuto más ni uno menos, me ha sorprendido mucho", dijo.
Explicó que en su país no existen trenes para llevar pasajeros y el sistema de transporte más usado es el autobús, que con frecuencia no sale a la hora anunciada.
Recuerda que la primera vez que tomó un tren de alta velocidad en China fue para viajar al monte Hua en Shaanxi. Confesó que esperaba algo turbulento. "Como en las películas cuando el tren está súper acelerado, así me imaginaba el tren, pero resultó súper suave y tranquilo, lo que me maravilló".
"México es tan vasto y extenso que creo que el tren rápido definitivamente ayudaría a su desarrollo, como ha hecho en China", enfatizó Martínez.
En el grupo integrado por cinco personas de varias nacionalidades, Martínez se encarga de recibir y guiar a los pasajeros dentro del tren. Siempre los saluda en chino con un entusiasta "bienvenidos".
Después de la salida del tren, les regaló a los viajeros Chunlian, papeles rojos con caracteres chinos de buenos deseos, que la gente pegará en la puerta de sus casas en la Fiesta de la Primavera, que cae este año el 5 de febrero.
El grupo también dio a los pasajeros una muestra de canciones y bailes típicos de sus países de origen, lo que fue recibido con calurosos aplausos.
Ella consiguió una beca del gobierno chino y en agosto de 2017 llegó a la Universidad de Xi'an Jiaotong para estudiar mandarín. Un año después, ya aficionada al país, solicitó un programa de maestría con otra beca.
Antes de llegar tenía muchos prejuicios sobre China, pero hoy es feliz. Dice que la generosidad de los chinos es lo que le genera más afecto por el gigante asiático. Hoy ya usa las plataformas de pago a través del celular y hace compras en línea como cualquier otra persona en la nación.
Dice que quiere educar a todas las personas sobre lo que es realmente China y recomendarles que la mejor opción es venir y experimentar.
"Es una cultura milenaria que nunca terminas de conocer, que me mantiene ocupada todos los días", sonrió Martínez.