Por Chen Yao, Huang Shunda y Xu Ye
BEIJING, 24 ene (Xinhua) -- "Sobre Guaidó no sé mucho, lo que necesitamos solo es una vida mejor y tranquila", dijo Beatriz Zapata, enfermera de 46 años quien participó el miércoles en una marcha progubernamental en la Plaza de las Américas en Caracas, capital de Venezuela.
Juan Guaidó, diputado opositor y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, se autoproclamó el miércoles "presidente encargado" del país. Poco después el gobernante de Estados Unidos, Donald Trump, le dio su respaldo.
Más tarde el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció durante una multitudinaria concentración en los alrededores del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, su decisión de romper relaciones "diplomáticas y políticas" con EEUU.
PEDIR UNA VIDA MEJOR
Los venezolanos salieron el miércoles a las calles en dos manifestaciones masivas: una en apoyo al mandatario constitucional, Nicolás Maduro, y otra para acompañar la autoproclamación del diputado opositor Juan Guaidó como presidente encargado.
Laura González, abogada venezolana de 36 años, dijo que marchó hasta Miraflores porque sintió temor después de ver un video en el que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, habló sobre Venezuela.
"En este momento tenemos muchos problemas en el país, sin embargo pienso que los problemas de Venezuela los debemos resolver los venezolanos. No quiero que ningún otro país nos domine porque es algo injusto", dijo la abogada.
Rubén Lovera, de 83 años, técnico jubilado, eligió defender al Gobierno de Maduro debido a que vio que hay varios países interesados en agredir a Venezuela.
La mayor demanda de los venezolanos que salieron a las calles fue pedir una vida mejor. En opinión del investigador asociado del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, Wang Peng, la cuestión fundamental es la economía.
"En ese sentido el Gobierno venezolano debe esforzarse por desarrollar la economía, en especial, garantizar la estabilidad de la producción petrolera, garantizar el suministro más básico del país", señaló Wang.
El experto chino opinó por otro lado que es muy posible que la Casa Blanca aumente las sanciones económicas contra Venezuela después del anuncio del Gobierno de Maduro de romper las relaciones diplomáticas con Washington.
El académico consideró que eso sin duda aumentará la presión económica sobre Venezuela. Sin embargo, indicó que existen casos de países con ideologías opuestas a las de EEUU que eligieron un camino autónomo de desarrollo a pesar de las sanciones impuestas por la Casa Blanca.
"Por lo tanto no se descarta la posibilidad de que Venezuela replique este camino", apuntó Wang.
DIVISIÓN EN AUMENTO
La autoproclamación de Guaidó como "presidente interino" de Venezuela provocó reacciones muy distintas entre países latinoamericanos.
El portavoz de la Presidencia de México, Jesús Ramírez Cuevas, expresó que el Gobierno de su país mantiene su postura sobre Venezuela y sigue reconociendo a Nicolás Maduro como el "presidente democráticamente electo" del país sudamericano.
Los presidentes de Cuba y Bolivia, Miguel Díaz-Canel y Evo Morales, respectivamente, así como el Gobierno de El Salvador ratificaron su apoyo a la administración de Maduro.
Al contrario, Argentina, Brasil, Colombia y otros países latinoamericanos mostraron su reconocimiento a Guaidó como el "presidente interino" y apoyaron el "proceso de transición democrática en Venezuela en el marco de su Constitución", a fin de realizar nuevas elecciones en el corto plazo.
Analistas señalaron que la presión internacional que enfrenta Venezuela ha crecido aún más y la diferente postura sobre Venezuela refleja el empeoramiento de la contradicción en ese tema entre izquierdas y derechas en América Latina.
"A mayor polarización política, mayor conflicto y mayores dificultades para llegar a acuerdos, una división extrema entre izquierdas y derechas propicia conflictos y merma los consensos, desafortunadamente", opinó el expresidente de la Asociación de Comunicación Política de España (ACOP) David Redoli.
Wang Peng consideró que tras las elecciones en América Latina en 2018 aumentaron los Gobiernos de derecha, en detrimento de la izquierda en la región.
Las contradicciones y discrepancias entre la izquierda y la derecha han aumentado, lo que permite que las fuerzas occidentales encabezadas por EEUU encuentren oportunidades para sembrar discordia en la unidad y la integración de Latinoamérica, según Wang.
UNA SOLUCIÓN MEJOR
Sobre las posibles soluciones para Venezuela, los expertos señalaron que lo más urgente es que el Gobierno venezolano y la oposición muestren la suficiente sinceridad para alcanzar un compromiso político.
Wang comentó que la actual presión internacional que enfrenta Venezuela no tiene precedentes. Pero desde otra perspectiva, el Gobierno de Maduro aún cuenta con respaldos.
Algunos países latinoamericanos, incluido México, han expresado su apoyo a la elección democrática del pueblo venezolano pidiendo un diálogo entre el Gobierno y la oposición con el objetivo de resolver la discrepancia de manera pacífica.
"Esto puede requerir que el Gobierno y la oposición alcancen un compromiso político a través del diálogo, especialmente sobre la postura de que otros países no pueden interferir en los asuntos internos venezolanos", señaló el académico.
Washington había manifestado no descartar una intervención militar en Venezuela, lo que fue rechazado unánimemente por los países de la región.
En ese sentido, Wang indicó que aunque algunos países de la región rechazan al Gobierno de Maduro, esperan que la crisis en Venezuela pueda resolverse por medios pacíficos.
Apuntó que los países latinoamericanos han sido exitosos en la resolución de discrepancias en la región a través del mecanismo de coordinación regional.
En el año 2008, a través de la declaración de la 20ª edición de la Cumbre del Grupo de Río celebrada en Santo Domingo, capital de República Dominicana, se solucionó una crisis entre Colombia y Ecuador.
Un año después los países latinoamericanos a través de la coordinación regional promovieron la conciliación tras un golpe de Estado en Honduras.
"Estas experiencias exitosas ponen de manifiesto que los países latinoamericanos poseen la voluntad y la capacidad de unirse y reforzarse", comentó Wang, señalando que esa coordinación también puede contribuir a solucionar los problemas de Venezuela.
"La solución de los problemas internos de una región debe ser protagonizada por sus propios países", concluyó Wang.
