RIO DE JANEIRO, 12 ene (Xinhua) -- Hace diez años, la Policía de Río de Janeiro, con ayuda del Ejército, instaló la primera Unidad de Policía Pacificadora (UPP) en una favela de la ciudad, con el objetivo de expulsar a los narcotraficantes que la dominaban e integrar nuevamente estas barriadas a la ciudad más turística de Brasil.
En diciembre de 2008, la favela de Dona Marta, en el sur de Río de Janeiro, se convirtió en la primera comunidad en recibir una UPP e iniciar una histórica etapa en la que los habitantes de las barriadas gozaron de cierta tranquilidad y pasaron a formar parte de los circuitos turísticos en la ciudad.
Las favelas que recibieron a las UPP pasaron a registrar un índice de muertes violentas menor que la media de la ciudad durante los diez primeros años del programa, que se ha visto perjudicado con la grave crisis económica que sufre Río de Janeiro.
En 2007, un año antes de la instalación de la primera UPP, la tasa de muertes violentas en las áreas en las que se instalarían posteriormente las comisarías era de 54 muertes por cada 100.000 habitantes, superior a la media de 49,7 que tenía la ciudad de Río de Janeiro, según datos del Instituto de Seguridad Pública (ISP).
Un año más tarde, las cifras se invirtieron y mientras la tasa de muertes violentas en Río de Janeiro era de 45,6 por cada 100.000 habitantes, en las áreas con UPP era de 42.
Esta relación se mantuvo durante los diez años que duró el programa, que se adelantó en colaboración con el sector privado.
La tasa en las comunidades se redujo considerablemente hasta 2013, cuando hubo 11 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, casi una tercera parte de las 32,7 que hubo en Río de Janeiro.
Posteriormente la cifra subió y el año pasado alcanzó las 35, aunque siguió por debajo de la media de Río, de 40 muertes violentas cada 100.000 habitantes.
En total, durante los diez primeros años de UPP, se contabilizaron 1.668 muertes violentas, según el ISP.
"Las UPP fueron un proyecto histórico en la seguridad pública del país. Generaron resultados extraordinarios, como la reducción de los principales indicadores de criminalidad y las muertes que fueron evitadas", explicó a Xinhua el excomandante de las UPP Federico Caldas.
El período de 'tregua' con los narcotraficantes fue importante para la inversión de varios proyectos sociales en las comunidades, con más de 130 policías voluntarios participando en ellos.
Según la Coordinadora de Policía Pacificadora, 6.996 personas se beneficiaron de 120 proyectos realizados en las favelas con UPP.
El fundador del instituto de estudios Observatorio de Favelas, Jailson Silva, explica que son dos los "méritos fundamentales" de las unidades.
Uno "es la superación de la lógica del exterminio, de que la Policía tenía que entrar en la favela matando", argumentó Silva.
"La segunda cuestión clave fue el control de las armas y la protección de la vida, en lugar de ir detrás de los narcotraficantes", explicó.
En 2014, con todas las UPP instaladas en virtud del Mundial de fútbol (un total de 38), el proyecto llegó a tener 9.453 policías, aunque según la secretaría de Seguridad regional, actualmente hay 7.193 agentes, en 31 UPP, lo que significa que se han sido eliminado siete unidades.
Debido a la mala salud financiera de Río de Janeiro, la continuidad de las UPP es una incógnita, aunque el nuevo gobernador, Wilson Witzel, afirmó que pretende continuar con el proyecto, si bien con una reestructuración acompañada de más infraestructura en estas barriadas de la ciudad.
