Por Raúl Menchaca
LA HABANA, diciembre 24, 2018 (Xinhua) -- Una familia en una Cena de Navidad en un restaurante en el Municipio de La Habana Vieja, en La Habana, capital de Cuba, el 24 de diciembre de 2018. Las familias en Cuba celebran el lunes la Navidad, como en todos los pueblos latinoamericanos, con una cena en la que prima el deseo de unión y de prosperidad. Las fiestas navideñas, que llegaron a Cuba en el Siglo XV con los colonizadores españoles, renacieron en Cuba en los últimos años, después de que en 1970 quedaran suspendidas por el intento nacional de producir 10 millones de toneladas de azúcar durante la zafra de ese año. (Xinhua/Str)
LA HABANA, 24 dic (Xinhua) -- Las familias en Cuba celebran hoy la Navidad, como en todos los pueblos latinoamericanos, con una cena en la que prima el deseo de unión y de prosperidad.
Las fiestas navideñas, que llegaron a Cuba en el Siglo XV con los colonizadores españoles, renacieron en Cuba en los últimos años, después de que en 1970 quedaran suspendidas por el intento nacional de producir 10 millones de toneladas de azúcar durante la zafra de ese año.
En aquella fecha, todo el país, al pedido gubernamental, se lanzó a cumplir esa meta productiva que en definitiva no se alcanzó, y se consideró innecesario detener la cosecha por las fiestas, lo que de manera automática suspendió durante casi tres décadas esas celebraciones que eran una tradición en la familia cubana.
Desde aquel momento, esas fiestas desaparecieron del calendario oficial, hasta que con la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II, en enero de 1998, y en un gesto hacia la Iglesia católica, el gobierno reinstauró como feriado el 25 de diciembre.
"En Cuba, al igual que sucede en otros muchos países, la celebración se ha desacralizado, y esos días pasaron a ser un grato motivo de reunión familiar y de reencuentro de amigos", dijo el historiador y periodista, Ciro Bianchi, en un artículo retomado para su publicación reciente en el diario "Juventud Rebelde".
Por lo general, es una celebración familiar en la que se consume cerdo asado o pavo, "congrí", que es un arroz blanco cocinado de manera conjunta con frijoles negros, yuca con mojo de ajo y postres.
En los postres sobresalen los buñuelos de Navidad, aunque también existe una amplia gama de dulces en almíbar y turrones españoles, como parte de la tradicional comilona familiar.
Como Cuba no tiene tradición ni cultura vinícola, la cena se acompaña por lo regular con cervezas bien frías o ron.
LA HABANA, diciembre 24, 2018 (Xinhua) -- Una familia en una Cena de Navidad en un restaurante en el Municipio de La Habana Vieja, en La Habana, capital de Cuba, el 24 de diciembre de 2018. Las familias en Cuba celebran el lunes la Navidad, como en todos los pueblos latinoamericanos, con una cena en la que prima el deseo de unión y de prosperidad. Las fiestas navideñas, que llegaron a Cuba en el Siglo XV con los colonizadores españoles, renacieron en Cuba en los últimos años, después de que en 1970 quedaran suspendidas por el intento nacional de producir 10 millones de toneladas de azúcar durante la zafra de ese año. (Xinhua/Str)
"La familia cubana no tiene, en la ocasión, una hora fija para cenar. Se impone en la mayoría de la isla, hacerlo en familia, y se espera a tenerla toda a la mesa para empezar a degustar los platos", señaló Bianchi, un experto en las tradiciones populares cubanas.
Otro buen conocedor de las tradiciones cubanas, el etnólogo, poeta y novelista, Miguel Barnet, afirmó estar convencido de que "no hay familia cubana que se acueste sin comer" un día como hoy.
"Por modestos que sean sus recursos, siempre se reserva algo especial o al menos distinto para esa noche", refirió el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Las estrecheces económicas que experimenta Cuba complican la organización de la cena pero no la impiden pues, como explicaba Barnet, todos tratan de guardar algo para la ocasión, por magros que sean los recursos.
Pero la singularidad de esa celebración, al menos en Cuba, llega al día siguiente, el 25, cuando se celebra la "Montería", que no es más que comer lo que quedó de la cena anterior.
"Los días 25 de diciembre nunca cociné. Es la Montería, el día en que se come lo que sobró del asado de Navidad", detalló a Xinhua la nonagenaria Lidia Fadragas, una bisabuela acostumbrada a organizar y presidir las celebraciones familiares.
"El día 25 es para descansar, por eso las mujeres no deben cocinar, sino que se come y se toma lo que quedó", ahondó la anciana, quien a los 97 años conserva una envidiable salud y lucidez.
La situación económica de Cuba no deja mucho espacio a la utilización comercial de la fecha, en la que además los cubanos no acostumbran a hacer regalos, y la tradición se guarda de manera celosa dentro del ámbito familiar y de los más cercanos amigos.
En un país con un pueblo tan dado a la alegría y las fiestas, las navidades son un momento más de jolgorio, matizado por el sentido familiar que cobra vigor esta noche en cada casa de la isla.