RESUMEN: "No tengo derecho a fallar", dice López Obrador al tomar protesta como presidente de México

Spanish.xinhuanet.com   2018-12-02 12:25:23

MEXICO, 1 dic (Xinhua) -- El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo hoy que no tiene el derecho de fallarle a los mexicanos, luego de tomar protesta en el Congreso.

Una vez que se colocó la banda presidencial en el pecho, el político que llegó al cargo de presidente en su tercer intento, declaró desde el pleno del Palacio Legislativo que el país atraviesa un difícil panorama de desigualdad, inseguridad y estancamiento económico, pero que es optimista sobre el futuro.

"Estoy preparado para no fallarle a mi pueblo. Ahora que venía para acá se emparejó un joven en bicicleta (al vehículo en el cual se trasladó al Palacio Legislativo) y me dijo 'Tú no tienes derecho a fallarnos'. Y ese es el compromiso que tengo con el pueblo: no tengo derecho a fallar", aseguró.

López Obrador recibió la banda con el escudo nacional en una ceremonia de transmisión de poder que atestiguaron los 628 diputados y senadores, la plana de la política mexicana e invitados extranjeros, entre ellos presidentes, jefes de Estado y representantes de unos 24 países.

El ahora ex mandatario de México, Enrique Peña Nieto, se retiró la banda para entregársela al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, y éste a su vez se la dio a López Obrador, quien fue apoyado por un cadete para colocársela en el pecho.

López Obrador protestó entonces "guardar y hacer guardar" la Constitución y después pronunció un discurso de 78 minutos que centró en describir a la corrupción como el factor que impide a México crecer, además de que repasó lo que considera efectos negativos de los 30 años de la adopción del neoliberalismo como política económica.

"Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo. Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos", afirmó.

Peña Nieto escuchó el discurso del nuevo presidente mexicano, entre aplausos de los legisladores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y breves protestas de la oposición.

El discurso también lo escuchó el rey de España, Felipe VI; el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence; Ivanka Trump, hija del presidente estadounidense, Donald Trump; y varios presidentes latinoamericanos y caribeños, como Evo Morales, de Bolivia, y Miguel Díaz-Canel, de Cuba.

López Obrador reiteró las políticas y medidas que enunció desde su campaña: programas médicos para gente marginada, becas para estudiantes, apoyos económicos para ancianos y personas con discapacidad y la creación de 100 universidades públicas, entre otros.

Anunció que el gobierno trabajará con austeridad para encauzar recursos a otros rubros y reafirmó su compromiso de no adquirir más deudas y perseguir la corrupción en sus filas "de arriba para abajo, como se limpian las escaleras".

Enfatizó que buscará que la corrupción se vuelva un delito grave en la regulación mexicana, no obstante aclaró que no emprenderá una persecución contra funcionarios de gobiernos anteriores.

"Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo", señaló.

López Obrador abrió su discurso con un agradecimiento a Peña Nieto por no haber interferido en las elecciones de julio pasado, que ganó tras llevarse el 53 por ciento de los votos.

"Iniciamos hoy la cuarta transformación política de México. Puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político", celebró el nuevo presidente en referencia a las otra tres transformaciones en la historia del país: la Independencia, la Reforma y la Revolución.

López Obrador, de 65 años, asumió la presidencia tras una larga carrera política en la que fue alcalde de la Ciudad de México (2000-2005).

En 2006 intentó ganar la presidencia, pero perdió las elecciones de ese año, al igual que las de 2012, cuando triunfó Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó al gobierno luego de 12 años.

El líder de los diputados del PRI, René Juárez, dijo durante la sesión del Congreso General que antecedió a la toma de protesta que su partido levantará la voz "cuántas veces sea necesario con energía y determinación (...) Nos constituimos en una oposición comprometida con México".

Entre los asistentes que también escucharon a López Obrador estuvo el magnate mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, quien a su salida de la ceremonia coincidió en que es indispensable erradicar la corrupción.

"Creo que hay coincidencias, todo mundo anhela que los recursos se manejen con eficacia", dijo Slim a periodistas al señalar que no existe preocupación entre los empresarios por las medidas adoptadas por López Obrador, como la cancelación de la construcción del aeropuerto en la zona federal del lago de Texcoco, estado de México (centro).

Tras concluir el acto en el Congreso de la Unión, López Obrador se dirigió al Palacio Nacional, en el centro de la capital mexicana, para brindar una comida a los representantes de los gobiernos extranjeros y, más tarde, festejar en la Plaza de la Constitución en un acto masivo.

"Estoy consciente de la gran expectativa que existe entre los mexicanos y el desafío que significa enfrentar los grandes y graves problemas nacionales, pero soy optimista y creo que vamos a salir bien", apuntó.

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RESUMEN: "No tengo derecho a fallar", dice López Obrador al tomar protesta como presidente de México

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MEXICO, 1 dic (Xinhua) -- El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo hoy que no tiene el derecho de fallarle a los mexicanos, luego de tomar protesta en el Congreso.

Una vez que se colocó la banda presidencial en el pecho, el político que llegó al cargo de presidente en su tercer intento, declaró desde el pleno del Palacio Legislativo que el país atraviesa un difícil panorama de desigualdad, inseguridad y estancamiento económico, pero que es optimista sobre el futuro.

"Estoy preparado para no fallarle a mi pueblo. Ahora que venía para acá se emparejó un joven en bicicleta (al vehículo en el cual se trasladó al Palacio Legislativo) y me dijo 'Tú no tienes derecho a fallarnos'. Y ese es el compromiso que tengo con el pueblo: no tengo derecho a fallar", aseguró.

López Obrador recibió la banda con el escudo nacional en una ceremonia de transmisión de poder que atestiguaron los 628 diputados y senadores, la plana de la política mexicana e invitados extranjeros, entre ellos presidentes, jefes de Estado y representantes de unos 24 países.

El ahora ex mandatario de México, Enrique Peña Nieto, se retiró la banda para entregársela al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, y éste a su vez se la dio a López Obrador, quien fue apoyado por un cadete para colocársela en el pecho.

López Obrador protestó entonces "guardar y hacer guardar" la Constitución y después pronunció un discurso de 78 minutos que centró en describir a la corrupción como el factor que impide a México crecer, además de que repasó lo que considera efectos negativos de los 30 años de la adopción del neoliberalismo como política económica.

"Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo. Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos", afirmó.

Peña Nieto escuchó el discurso del nuevo presidente mexicano, entre aplausos de los legisladores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y breves protestas de la oposición.

El discurso también lo escuchó el rey de España, Felipe VI; el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence; Ivanka Trump, hija del presidente estadounidense, Donald Trump; y varios presidentes latinoamericanos y caribeños, como Evo Morales, de Bolivia, y Miguel Díaz-Canel, de Cuba.

López Obrador reiteró las políticas y medidas que enunció desde su campaña: programas médicos para gente marginada, becas para estudiantes, apoyos económicos para ancianos y personas con discapacidad y la creación de 100 universidades públicas, entre otros.

Anunció que el gobierno trabajará con austeridad para encauzar recursos a otros rubros y reafirmó su compromiso de no adquirir más deudas y perseguir la corrupción en sus filas "de arriba para abajo, como se limpian las escaleras".

Enfatizó que buscará que la corrupción se vuelva un delito grave en la regulación mexicana, no obstante aclaró que no emprenderá una persecución contra funcionarios de gobiernos anteriores.

"Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo", señaló.

López Obrador abrió su discurso con un agradecimiento a Peña Nieto por no haber interferido en las elecciones de julio pasado, que ganó tras llevarse el 53 por ciento de los votos.

"Iniciamos hoy la cuarta transformación política de México. Puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político", celebró el nuevo presidente en referencia a las otra tres transformaciones en la historia del país: la Independencia, la Reforma y la Revolución.

López Obrador, de 65 años, asumió la presidencia tras una larga carrera política en la que fue alcalde de la Ciudad de México (2000-2005).

En 2006 intentó ganar la presidencia, pero perdió las elecciones de ese año, al igual que las de 2012, cuando triunfó Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó al gobierno luego de 12 años.

El líder de los diputados del PRI, René Juárez, dijo durante la sesión del Congreso General que antecedió a la toma de protesta que su partido levantará la voz "cuántas veces sea necesario con energía y determinación (...) Nos constituimos en una oposición comprometida con México".

Entre los asistentes que también escucharon a López Obrador estuvo el magnate mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, quien a su salida de la ceremonia coincidió en que es indispensable erradicar la corrupción.

"Creo que hay coincidencias, todo mundo anhela que los recursos se manejen con eficacia", dijo Slim a periodistas al señalar que no existe preocupación entre los empresarios por las medidas adoptadas por López Obrador, como la cancelación de la construcción del aeropuerto en la zona federal del lago de Texcoco, estado de México (centro).

Tras concluir el acto en el Congreso de la Unión, López Obrador se dirigió al Palacio Nacional, en el centro de la capital mexicana, para brindar una comida a los representantes de los gobiernos extranjeros y, más tarde, festejar en la Plaza de la Constitución en un acto masivo.

"Estoy consciente de la gran expectativa que existe entre los mexicanos y el desafío que significa enfrentar los grandes y graves problemas nacionales, pero soy optimista y creo que vamos a salir bien", apuntó.

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