RIO DE JANEIRO, 14 nov (Xinhua) -- El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, salió hoy por primera vez de la cárcel en la que se encuentra desde el pasado 7 de abril para declarar ante la Justicia en otro caso de corrupción.
El ex mandatario fue interrogado como parte de la investigación por las remodelaciones a la hacienda de un amigo suyo por parte de una constructora, a cambio de recibir contratos con la estatal Petrobras.
Lula, de 73 años, prestó declaración durante casi tres horas en la ciudad de Curitiba, estado de Paraná (sur) ante la jueza Gabriela Hardt, sustituta en la operación "Lava Jato" (Autolavado) del juez Sergio Moro, quien fue designado por el presidente electo brasileño, Jair Bolsonaro, como ministro de Justicia a partir del próximo 1 de enero.
El ex presidente brasileño, condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, se enfrenta a los mismos cargos en este proceso por la supuesta remodelación de una hacienda en Atibaia, estado de Sao Paulo (sureste) pagada por las empresas Odebrecht y OAS, y valorada en un millón de reales (unos 270.000 dólares).
Lula es reo junto a otras 12 personas, entre ellas el empresario Fernando Bittar, dueño de la propiedad.
Según el Ministerio Público Federal, la hacienda era propiedad de Lula, que la visitaba con frecuencia, aunque el ex presidente de Brasil niega que sea su propietario.
Lula, quien antes sostuvo acalorados interrogatorios con Moro, aseguró ante la jueza Hardt que su prisión es "un premio" en la Operación "Lava Jato", pero que "no sabe para quién" es este premio.
El ex mandatario fue trasladado bajo un fuerte esquema de seguridad desde la sede de la Policía Federal en Curitiba, hasta la Justicia Federal en la misma ciudad, donde lo esperaban centenares de simpatizantes.
La de este miércoles fue la tercera declaración que Lula presta ante la Justicia de Curitiba y la primera desde que ingresó a prisión.
Lula, líder simbólico y fundador del Partido de los Trabajadores (PT), fue impedido por la Justicia electoral para presentarse a las elecciones presidenciales del mes pasado, en las que lideraba todos los sondeos.
La Justicia argumentó que una persona condenada en segunda instancia, como es el caso de Lula, no puede postularse para ser elegido a un cargo público. Fin
