SHANGHAI, 10 nov (Xinhua) -- Tomarse una fotografía con una piña en la mano o ante un moai, probar una loncha jamón ibérico recién cortado, ver a los diablos danzantes de Yare o degustar vino, ron, singani y mezcal han sido algunas de las propuestas, efectivas a juzgar por las colas, que los países de habla hispana han presentado en la primera Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, siglas en inglés).
"Saco el cuchillo y hay mil personas alrededor", dice Diego Ferrera, un cortador de jamón ducho en ferias que se ha quedado "completamente sorprendido" por la respuesta que ha tenido en la CIIE, que se cerró hoy sábado en Shanghai.
A lo largo de los seis días de feria, ha habido colas para, por ejemplo, catar un ceviche preparado por el ministro de Comercio peruano, asados argentinos y uruguayos, helado de elote mexicano y frutas de lo más variado. Entre ellas, hermosas piñas con las que tomarse una foto flanqueado por una pareja de dominicanos ataviados con trajes tradicionales.
También han sido del agrado obvio de las multitudes las degustaciones de café y de diversas bebidas espirituosas, ya fueran vinos chilenos, argentinos o españoles, rones dominicanos, venezolanos o cubanos o cerveza y mezcal mexicanos.
"Es 'baijiu' (aguardiente de arroz chino)", dice un visitante tras probar un singani en el pabellón de Bolivia. No anda desencaminado. El singani sí es aguardiente, pero de uva moscatel, y tiene embajadores de renombre como el director de cine estadounidense Steven Sothenberg, que decidió crear su propia marca tras descubrirlo cuando rodaba la película "Che" en el país andino.
En la CIIE se han podido ver, además, pabellones pensados al detalle, como los de Chile, Costa Rica y México.
"Queríamos revelar el territorio de Chile y los sectores productivos asociados a él. Partimos desde el desierto, con energía solar o astronomía, pasamos por la zona central, donde tenemos valles y frutas como la cereza, y finalmente llegamos al extremo sur, con energía eólica o exploración científica", explica Alejandro Muñoz, gerente de diseño y producción de Imagen de Chile.
En el pabellón, hecho con mucho material reciclado, tal como exigían los organizadores, ha habido, por supuesto, degustaciones de vino, actuaciones folclóricas de huaso y rapanui, y un "photocall" con un moai donde "no para" de haber gente, relata Muñoz.
"Lo que más les está gustando es la parte de adelante, donde ofrecemos café, y la de atrás, donde las personas se pueden sentar y, al mecerse, ver imágenes del país, playas, osos perezosos o colibríes, y oler nuestros bosques", cuenta por su parte Seth Aravia, de la marca país Esencial Costa Rica.
En el diseño del pabellón, "queríamos mostrar un poco de Costa Rica a través de los cinco sentidos", por lo que "estamos degustando café, hay un olor que es el aroma de nuestros bosques, tenemos árboles donde sentir la textura del país y por último sonidos e imágenes del país que llaman mucho la atención a la cultura china".
La feria de Shanghai ofreció también a los visitantes la oportunidad única de ver a los diablos danzantes de Yare, una festividad religiosa de raíces españolas, indígenas y africanas que se celebra en varias comunidades de la costa venezolana y fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2012.
México, uno de los países invitados de honor, desplegó en su pabellón todo tipo de productos y servicios, desde tecnología hasta turismo. "La parte de artesanía ha sido un atractivo sin saberlo, desde cosas elaboradas como los textiles hasta juguetes como el yoyo", cuenta Eleonora García, de Proméxico.
Para el año próximo, han pensado ya en incorporar helado de aguacate, tras el éxito que tuvo entre los visitantes el de elote y piña y que les hizo percatarse de que los ciudadanos chinos están muy abiertos a "nuevos sabores".
A modo de colofón de la vistosa propuesta de los países de habla hispana, en la víspera del cierre de la CIIE México acercó a los ciudadanos chinos algunos de los elementos emblemáticos del país en una fiesta con un grupo de mariachis en la que hubo guacamole, cerveza y mezcal y a la que las autoridades y responsables del pabellón se sumaron bailando.