ESPECIAL: Autos clásicos recuerdan primer carro que rodó en Cuba

Actualizado 2018-11-05 02:28:20 | Spanish. xinhuanet. com

CUBA-HABANA-AUTOMOVILES CLASICOS

LA HABANA, noviembre 4, 2018 (Xinhua) -- Un automóvil de los años cincuenta perteneciente al Club "A lo Cubano" transita por una calle, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba, el 4 de noviembre de 2018. El domingo, 60 automóviles y 10 motocicletas con varias décadas de antigüedad recorrieron las calles de La Habana en un singular Rally de regularidad, en el que no se compite sólo en velocidad, sino en cumplimiento estricto de las normas del tránsito. La carrera cubrió un recorrido de dos horas por los principales barrios de la capital de la isla, para premiar la regularidad y castigar las infracciones de tráfico o la excesiva velocidad. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 4 nov (Xinhua) -- El primer automóvil que rodó en Cuba, a finales de 1898, era ruidoso y con un motor de bencina que apenas le permitía hacer diez kilómetros por hora, por lo que no competía ni siquiera con los caballos de carga.

Aquel auto era un Le Parisienne, comprado en 1.000 pesos por el cubano José Muñoz, representante de la compañía francesa que fabricaba esos coches en una acción que tenía visos de propaganda comercial.

Aunque primero fue motivo de burlas y risas, el automóvil conmocionó a los habaneros y apenas seis meses después llegó el segundo, un Rochet-Schneider adquirido también en Francia por el farmacéutico Ernesto Sarrá, quien pagó 4.000 pesos por ese "bólido" que corría hasta 30 kilómetros por hora.

De aquellos dos autos apenas queda el recuerdo y alguna descolorida fotografía en los diarios habaneros de la época, pero los miembros del Club de autos antiguos "A lo cubano", guardan reverencia cada año a esos coches iniciáticos.

Por eso, este domingo, 60 automóviles y 10 motocicletas con varias décadas de antigüedad recorrieron las calles de La Habana en un singular Rally de regularidad, en el que no se compite sólo en velocidad, sino en cumplimiento estricto de las normas del tránsito.

"Los Rally de regularidad se realizan en muchas partes del mundo, sobre todo en Europa, y hemos querido traer ese estilo de hacer competencia a nuestro país", explicó a Xinhua el director de la competencia, Alberto Gutiérrez, quien además es el presidente del Club "A lo cubano".

La carrera cubrió un recorrido de dos horas por los principales barrios de la capital de la isla, para premiar la regularidad y castigar las infracciones de tráfico o la excesiva velocidad.

"Ya es el décimo cuarto que hacemos. Gusta mucho y tiene muchos admiradores, mucha gente que le gusta la competencia", dijo Gutiérrez.

A la cabeza de la competencia arrancó un Citroën francés, de 1936, aunque predominaron los carros de marcas estadounidenses, como Chevrolet, Buick, Ford, Studebaker o Cadillac, cuyos modelos son de la década de los 50 del pasado siglo.

Gutiérrez señaló también que el objetivo del rally ha sido destacar la interacción entre la ciudad y los automóviles y motocicletas que circulan por ella, y que le dan vida y un particular colorido.

Pero más allá de toque folclórico que aportan a la ciudad, para muchos de los propietarios esos carros constituyen el sostén de la familia, pues se utilizan como medios de transporte generalmente destinados a recorridos turísticos.

Esos dueños están afiliados al Club "A lo cubano", es una escudería de autos que tienen como mínimo 35 años de fabricación, y fue fundada en octubre de 2003 en el parqueo del afamado cabaret Tropicana, convertido ahora en una especie de sede oficiosa del grupo.

Más de un centenar de automóviles y motocicletas forman parte del club, único de su tipo en la isla y evidencia de la perseverancia e ingenio de los propietarios para mantenerlos rodando por calles y avenidas.

Precisamente, el nombre de la agrupación hace referencia a la carencia de piezas originales, que ha obligado a los propietarios "a lo cubano" a realizar incontables e ingeniosas adaptaciones, fundamentalmente en las partes mecánicas, que permiten mostrar una época, una identidad y una cultura.

Muchos de esos brillantes autos, cuidados con celo por sus dueños, son verdaderas joyas de la ingeniería y la supervivencia, en franca batalla contra el tiempo.

Estos autos viejos son los biznietos de aquel Le Parisienne, cuya estrepitosa marcha se perdió entre las calles habaneras en la bruma del tiempo, pero cuyo recuerdo aún se mantiene vivo entre los dueños de esas joyas de la mecánica contemporánea.

   1 2 3 4 5 6 7   

 
Para cualquier sugerencia o consulta puede ponerse en contacto con nosotros a través del siguiente correo
electrónico:spanish@xinhuanet.com
分享
Xinhuanet

ESPECIAL: Autos clásicos recuerdan primer carro que rodó en Cuba

Spanish.xinhuanet.com 2018-11-05 02:28:20

CUBA-HABANA-AUTOMOVILES CLASICOS

LA HABANA, noviembre 4, 2018 (Xinhua) -- Un automóvil de los años cincuenta perteneciente al Club "A lo Cubano" transita por una calle, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba, el 4 de noviembre de 2018. El domingo, 60 automóviles y 10 motocicletas con varias décadas de antigüedad recorrieron las calles de La Habana en un singular Rally de regularidad, en el que no se compite sólo en velocidad, sino en cumplimiento estricto de las normas del tránsito. La carrera cubrió un recorrido de dos horas por los principales barrios de la capital de la isla, para premiar la regularidad y castigar las infracciones de tráfico o la excesiva velocidad. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 4 nov (Xinhua) -- El primer automóvil que rodó en Cuba, a finales de 1898, era ruidoso y con un motor de bencina que apenas le permitía hacer diez kilómetros por hora, por lo que no competía ni siquiera con los caballos de carga.

Aquel auto era un Le Parisienne, comprado en 1.000 pesos por el cubano José Muñoz, representante de la compañía francesa que fabricaba esos coches en una acción que tenía visos de propaganda comercial.

Aunque primero fue motivo de burlas y risas, el automóvil conmocionó a los habaneros y apenas seis meses después llegó el segundo, un Rochet-Schneider adquirido también en Francia por el farmacéutico Ernesto Sarrá, quien pagó 4.000 pesos por ese "bólido" que corría hasta 30 kilómetros por hora.

De aquellos dos autos apenas queda el recuerdo y alguna descolorida fotografía en los diarios habaneros de la época, pero los miembros del Club de autos antiguos "A lo cubano", guardan reverencia cada año a esos coches iniciáticos.

Por eso, este domingo, 60 automóviles y 10 motocicletas con varias décadas de antigüedad recorrieron las calles de La Habana en un singular Rally de regularidad, en el que no se compite sólo en velocidad, sino en cumplimiento estricto de las normas del tránsito.

"Los Rally de regularidad se realizan en muchas partes del mundo, sobre todo en Europa, y hemos querido traer ese estilo de hacer competencia a nuestro país", explicó a Xinhua el director de la competencia, Alberto Gutiérrez, quien además es el presidente del Club "A lo cubano".

La carrera cubrió un recorrido de dos horas por los principales barrios de la capital de la isla, para premiar la regularidad y castigar las infracciones de tráfico o la excesiva velocidad.

"Ya es el décimo cuarto que hacemos. Gusta mucho y tiene muchos admiradores, mucha gente que le gusta la competencia", dijo Gutiérrez.

A la cabeza de la competencia arrancó un Citroën francés, de 1936, aunque predominaron los carros de marcas estadounidenses, como Chevrolet, Buick, Ford, Studebaker o Cadillac, cuyos modelos son de la década de los 50 del pasado siglo.

Gutiérrez señaló también que el objetivo del rally ha sido destacar la interacción entre la ciudad y los automóviles y motocicletas que circulan por ella, y que le dan vida y un particular colorido.

Pero más allá de toque folclórico que aportan a la ciudad, para muchos de los propietarios esos carros constituyen el sostén de la familia, pues se utilizan como medios de transporte generalmente destinados a recorridos turísticos.

Esos dueños están afiliados al Club "A lo cubano", es una escudería de autos que tienen como mínimo 35 años de fabricación, y fue fundada en octubre de 2003 en el parqueo del afamado cabaret Tropicana, convertido ahora en una especie de sede oficiosa del grupo.

Más de un centenar de automóviles y motocicletas forman parte del club, único de su tipo en la isla y evidencia de la perseverancia e ingenio de los propietarios para mantenerlos rodando por calles y avenidas.

Precisamente, el nombre de la agrupación hace referencia a la carencia de piezas originales, que ha obligado a los propietarios "a lo cubano" a realizar incontables e ingeniosas adaptaciones, fundamentalmente en las partes mecánicas, que permiten mostrar una época, una identidad y una cultura.

Muchos de esos brillantes autos, cuidados con celo por sus dueños, son verdaderas joyas de la ingeniería y la supervivencia, en franca batalla contra el tiempo.

Estos autos viejos son los biznietos de aquel Le Parisienne, cuya estrepitosa marcha se perdió entre las calles habaneras en la bruma del tiempo, pero cuyo recuerdo aún se mantiene vivo entre los dueños de esas joyas de la mecánica contemporánea.

   1 2 3 4 5 6 7 >>  

010020070760000000000000011100001375818051