QUITO, 27 oct (Xinhua) -- La discapacidad no es una barrera. Así lo demuestran niños y jóvenes ecuatorianos con discapacidad que forman parte de la Orquesta Sinamune, creada hace 25 años como el único proyecto educativo especial en el campo de la música en Ecuador.
La orquesta pertenece al Sistema Nacional de Música para Niños Especiales (Sinamune), concebida como una escuela integral que funciona en el barrio Carcelén, en el norte de Quito.
Bajo la dirección del también músico, Edgar Palacios, quien además es compositor y trompetista, la orquesta nació como un proyecto para brindar terapia para personas con discapacidad física y mental en los ámbitos de las artes plásticas, danza, canto, coro, producción discográfica, audiovisual y artística.
Palacios, un reconocido musicólogo local con estudios en el Conservatorio "Ciprian Porumbescu" de Bucarest, Rumanía, dijo en entrevista con Xinhua que en 1993 se cristalizó la creación de este sistema de música que "trata la inclusión en su máximo nivel".
"Tenemos jóvenes que están aprendiendo y practicando diferentes destrezas para que se puedan incluir en la sociedad, inclusive en el trabajo. Y la música les ha dado una autoestima maravillosa para poder llegar a ser personas felices", indicó.
La orquesta está estructurada por instrumentos de viento, teclados, percusión, además de voces y coreografía.
Los jóvenes artistas son un ejemplo de esfuerzo, constancia y dedicación para vencer las dificultades de la vida.
Cristian Tapia, un joven invidente de 26 años e integrante de la orquesta, dijo a Xinhua sentirse feliz de formar parte de este grupo de músicos especiales, quienes se han convertido en los embajadores de la música nacional en el exterior.
Su repertorio está compuesto por canciones tradicionales de Ecuador, algunas de ellas, interpretadas por bandas de pueblo, y otras son composiciones preparadas para fechas especiales como la Navidad.
Varias giras nacionales e internacionales ha realizado la orquesta durante su trayectoria, con una buena aceptación del público.
"Mi experiencia ha sido muy bonita, muy espectacular (...) Hemos estado en España y Colombia", dijo Tapia emocionado tras comentar que canta, toca la trompeta y la percusión.
El joven demostró a Xinhua sus dotes de cantante al interpretar una frase de la canción "A mi lindo Ecuador", que es parte de la historia de la música nacional del país sudamericano.
La orquesta también se ha presentado en Cuba y Perú, y en cada una de sus presentaciones invita al público a romper los paradigmas al demostrar que todo puede ser posible.
Para su funcionamiento requiere un presupuesto anual de 250.000 dólares, de los cuales, el Ministerio de Educación apoya con un aporte de 100.000 dólares.
Para cubrir el resto de los recursos, la orquesta apuesta por el autofinanciamiento mediante presentaciones, además, recibe el apoyo de organizaciones solidarias.
En Sinamune, los niños aprenden a tocar percusiones, teclado, clarinete, saxofón y flauta, entre otros, y tras varias clases se determina para cual son hábiles.
Luego de que desarrollan su potencial artístico se convierten en parte de la orquesta, la cual practica todos los días para conciertos y presentaciones.
También reciben clases de danzas, formación orquestal y talleres de pintura y artesanías, entre otras actividades lúdicas al aire libre a cargo de al menos 30 profesores y voluntarios.
El programa, que está dirigido especialmente a niños con síndrome de Down, autismo y parálisis cerebral, incluye también el aprendizaje de materias como matemáticas, lenguaje e inglés.
Estas actividades mejoran el autoestima de los niños y jóvenes al ayudarles a desarrollar la creatividad y la imaginación, y a expresar libremente sus sentimientos y emociones.
Según datos del gobierno ecuatoriano, en el país existen unas 598.000 personas con discapacidad.