LA HABANA, 24 oct (Xinhua) -- El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció hoy en La Habana que la Misión Permanente de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) circuló ocho enmiendas a la resolución que condena al bloqueo.
La nueva acción de Washington fue calificada por Rodríguez de difamatoria para justificar su política hostil contra Cuba, y dijo que se le ha reiterado al gobierno de Estados Unidos la disposición de debatir sobre cualquier tema, incluidos los derechos humanos, pero sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía.
En conferencia de prensa, Rodríguez afirmó que el prolongado cerco contra la mayor de las Antillas es una conducta que no tiene apoyo dentro de la comunidad estadounidense ni en el mundo, y es una violación masiva de los derechos humanos de los cubanos y un acto de genocidio.
Acotó que las mencionadas enmiendas, referidas a aspectos de derechos humanos en la isla y de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, están llenas de sinsentidos y denotan una profunda ignorancia.
Su propósito, dice Rodríguez, es que otros países que cada año votan contra el bloqueo modifiquen su postura hacia la demanda cubana de poner fin a esa política, reclamo que desde 1992 recibe el apoyo mayoritario de la Asamblea General de la ONU.
El jefe de la Diplomacia cubana señaló que con demasiada frecuencia la administración estadounidense agrede a la ONU y dificulta la aplicación de sus mandatos.
Mencionó como una escalada en la retórica y la hostilidad de Estados Unidos la orden dada en septiembre del año pasado de que fuera retirado el personal diplomático cubano del suelo norteamericano, y el anuncio de la embajada de Estados Unidos en La Habana de no garantizar el servicio a los cubanos.
En sus declaraciones a la prensa, Rodríguez denunció que los ataques de Estados Unidos contra Cuba en foros de la ONU son una clara violación a la Carta de ese organismo internacional.
Puntualizó que la delegación cubana ejercerá sus derechos en reuniones de la ONU referidas a Cuba, y que Estados Unidos es el país con menos moral para acusar a otros en materia de derechos humanos. Fin