ESPECIAL: Estudio galería "La Marca", arte y tatuaje a lo cubano

Actualizado 2018-10-06 07:36:42 | Spanish. xinhuanet. com

CUBA-HABANA-TATUAJES-ESTUDIO LA MARCA

LA HABANA, octubre 5, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 4 de octubre de 2018 de un hombre mostrando un tatuaje en su hombro izquierdo, en el estudio galería de arte corporal "La Marca", en la zona de La Habana Vieja, en La Habana, Cuba. Los tatuajes, vistos antes como un estigma social relacionado a marginales y presidiarios, hoy en día son una moda mundial a la que los cubanos también han sucumbido con pasión, como todo lo que se hace en la caliente isla caribeña. No es raro entonces el éxito del estudio galería de arte corporal "La Marca", pequeño local en el corazón de La Habana Vieja, donde desde hace cuatro años el artista Leo Canosa lidera lo que describe como un espacio para la convergencia artística. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 5 oct (Xinhua) -- Los tatuajes, vistos antes como un estigma social relacionado a marginales y presidiarios, hoy en día son una moda mundial a la que los cubanos también han sucumbido con pasión, como todo lo que se hace en la caliente isla caribeña.

No es raro entonces el éxito del estudio galería de arte corporal "La Marca", pequeño local en el corazón de La Habana Vieja, donde desde hace cuatro años el artista Leo Canosa lidera lo que describe como un espacio para la convergencia artística.

"La proyección de nosotros es tratar que la gente vea que el tatuaje es otra forma de expresión artística, que lo único que cambia es el soporte, que es la piel", afirmó a Xinhua, mientras trabajaba sobre el tobillo de una joven en la que dibujaba una mariposa.

El pequeño local fue comprado como vivienda por Canosa y su esposa, Ailed Duarte, quienes al amparo de las reformas que tienen lugar en la isla establecieron allí el estudio galería, aunque ese tipo de espacio no es completamente legal y en la actualidad opera en una suerte de limbo jurídico.

Sucede que ni el oficio de tatuador, ni los talleres de tatuaje, están reconocidos por la ley que regula los trabajos y negocios privados, aunque tampoco aparecen tipificados como prohibidos.

En el sitio no hay un jefe definido, pero Canosa, que tiene 43 años y es el dueño del inmueble, es visto por los otros tatuadores con veneración por el prestigio ganado con sus atrevidos diseños y excelencia en el tatuaje.

El local está ambientado con un estilo muy ecléctico, que mezcla las manualidades y el arte plástico más refinado, lo que anuncia la originalidad de los diseños de los tatuajes, que Canosa y una veintena de muchachos más jóvenes, reivindican como "obras de autor".

Casi todos los tatuadores de "La Marca" están graduados en escuelas de arte, lo que les permite ofrecer un trato personalizado a quien desee hacerse un tatuaje, bajo la idea de que se trata de producir nuevos dibujos según las ideas del cliente, sin recurrir a catálogos.

Uno de los fundadores del grupo, David López, ganó hace unos días en el I Festival Ink Cuba, el Primer Premio en la categoría American Old School, "que es un estilo muy sencillo, con líneas sólidas, soluciones de colores sencillos y planos de claroscuro muy primitivos".

Una empinada escalera de caracol, casi oculta al fondo, permite acceder a la segunda planta del local, donde hay tres sillones abatibles de cuero negro, en los que se sientan o acuestan los clientes para que los artistas trabajen sobre la piel.

Hay unos altavoces escondidos desde los que se escucha el más duro rock, el más tradicional de los sones o una salsa de moda, música que dice el tatuador, hace que la gente se sienta más cómoda y que el artista pueda trabajar con más tranquilidad.

"Los diseños que reflejan la identidad cubana son los más populares", señaló Canosa, quien comenzó a tatuar en 1995 y se reconoce ahora como un discípulo del afamado tatuador canadiense John "The Dutchman" Van' t Hullenaar.

Canosa hizo su primer tatuaje sobre el hombro derecho de su tío, el reconocido pintor cubano Vicente Rodríguez Bonachea, fallecido en 2012, a los 55 años, como consecuencia de un problema cerebrovascular.

Aquel diseño iniciático es hoy en día el logotipo de "La Marca", lugar por el que han pasado con sus obras personajes como el artista y tatuador mexicano Jerónimo López, conocido como "Dr. Lakra", quien estuvo allí durante la Bienal de La Habana 2015 o el fotorreportero catalán Edu Bayer, quien expuso su colección "Marcados".

Ahora mismo trabaja en "La Marca" la joven artista mexicana, Jeannine Santana, quien durante 10 días intercambia sus diseños con los colegas cubanos.

Los tatuadores de "La Marca" han tenido que sortear la falta de materiales comprándolos en el extranjero e importándolos bajo las estrictas normas aduanales de la isla, lo que encarece la realización de las obras, aunque no son pocos los que acuden cada día al sito.

Canosa asegura que ha perdido la cuenta de los tatuajes que ha hecho, pero recuerda que en el primer año de su emprendimiento hicieron más de 800 y desde entonces dejó de contar, aunque afirma que es bastante pareja la proporción entre hombres y mujeres.

El fundador del sitio y un grupo de sus tatuadores se preparan para asistir a la Convención de Tatuajes en Ecatepec, México, donde presentarán sus diseños como han hecho antes en ciudades extranjeras como Mérida, Las Vegas, Miami, Vancouver o Toronto.

Cuatro veces al año organizan muestras de diseño, fotografía o pintura, y durante las inauguraciones sortean tatuajes concebidos por reconocidos autores del país, algo que harán este viernes en la Fábrica de Arte Cubano, concurrido centro cultural en la capital de la isla.

Pero "La Marca" no se queda en los tatuajes, pues sus fundadores concibieron el local con un enfoque comunitario, y por eso ofrecen a los niños del barrio talleres de apreciación de las artes visuales, conferencias sobre reciclaje y hasta clases de matemáticas para los más atrasados en las escuelas.

Más allá de los originales dibujos en la piel, "La Marca" reivindica un arte muchas veces visto con ojeriza, pero que la modernidad ha puesto al alcance de todos como una particular manera de señalar, a lo cubano, la individualidad de las personas.

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LA HABANA, octubre 5, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 4 de octubre de 2018 de un hombre mostrando un tatuaje en su hombro izquierdo, en el estudio galería de arte corporal "La Marca", en la zona de La Habana Vieja, en La Habana, Cuba. Los tatuajes, vistos antes como un estigma social relacionado a marginales y presidiarios, hoy en día son una moda mundial a la que los cubanos también han sucumbido con pasión, como todo lo que se hace en la caliente isla caribeña. No es raro entonces el éxito del estudio galería de arte corporal "La Marca", pequeño local en el corazón de La Habana Vieja, donde desde hace cuatro años el artista Leo Canosa lidera lo que describe como un espacio para la convergencia artística. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 5 oct (Xinhua) -- Los tatuajes, vistos antes como un estigma social relacionado a marginales y presidiarios, hoy en día son una moda mundial a la que los cubanos también han sucumbido con pasión, como todo lo que se hace en la caliente isla caribeña.

No es raro entonces el éxito del estudio galería de arte corporal "La Marca", pequeño local en el corazón de La Habana Vieja, donde desde hace cuatro años el artista Leo Canosa lidera lo que describe como un espacio para la convergencia artística.

"La proyección de nosotros es tratar que la gente vea que el tatuaje es otra forma de expresión artística, que lo único que cambia es el soporte, que es la piel", afirmó a Xinhua, mientras trabajaba sobre el tobillo de una joven en la que dibujaba una mariposa.

El pequeño local fue comprado como vivienda por Canosa y su esposa, Ailed Duarte, quienes al amparo de las reformas que tienen lugar en la isla establecieron allí el estudio galería, aunque ese tipo de espacio no es completamente legal y en la actualidad opera en una suerte de limbo jurídico.

Sucede que ni el oficio de tatuador, ni los talleres de tatuaje, están reconocidos por la ley que regula los trabajos y negocios privados, aunque tampoco aparecen tipificados como prohibidos.

En el sitio no hay un jefe definido, pero Canosa, que tiene 43 años y es el dueño del inmueble, es visto por los otros tatuadores con veneración por el prestigio ganado con sus atrevidos diseños y excelencia en el tatuaje.

El local está ambientado con un estilo muy ecléctico, que mezcla las manualidades y el arte plástico más refinado, lo que anuncia la originalidad de los diseños de los tatuajes, que Canosa y una veintena de muchachos más jóvenes, reivindican como "obras de autor".

Casi todos los tatuadores de "La Marca" están graduados en escuelas de arte, lo que les permite ofrecer un trato personalizado a quien desee hacerse un tatuaje, bajo la idea de que se trata de producir nuevos dibujos según las ideas del cliente, sin recurrir a catálogos.

Uno de los fundadores del grupo, David López, ganó hace unos días en el I Festival Ink Cuba, el Primer Premio en la categoría American Old School, "que es un estilo muy sencillo, con líneas sólidas, soluciones de colores sencillos y planos de claroscuro muy primitivos".

Una empinada escalera de caracol, casi oculta al fondo, permite acceder a la segunda planta del local, donde hay tres sillones abatibles de cuero negro, en los que se sientan o acuestan los clientes para que los artistas trabajen sobre la piel.

Hay unos altavoces escondidos desde los que se escucha el más duro rock, el más tradicional de los sones o una salsa de moda, música que dice el tatuador, hace que la gente se sienta más cómoda y que el artista pueda trabajar con más tranquilidad.

"Los diseños que reflejan la identidad cubana son los más populares", señaló Canosa, quien comenzó a tatuar en 1995 y se reconoce ahora como un discípulo del afamado tatuador canadiense John "The Dutchman" Van' t Hullenaar.

Canosa hizo su primer tatuaje sobre el hombro derecho de su tío, el reconocido pintor cubano Vicente Rodríguez Bonachea, fallecido en 2012, a los 55 años, como consecuencia de un problema cerebrovascular.

Aquel diseño iniciático es hoy en día el logotipo de "La Marca", lugar por el que han pasado con sus obras personajes como el artista y tatuador mexicano Jerónimo López, conocido como "Dr. Lakra", quien estuvo allí durante la Bienal de La Habana 2015 o el fotorreportero catalán Edu Bayer, quien expuso su colección "Marcados".

Ahora mismo trabaja en "La Marca" la joven artista mexicana, Jeannine Santana, quien durante 10 días intercambia sus diseños con los colegas cubanos.

Los tatuadores de "La Marca" han tenido que sortear la falta de materiales comprándolos en el extranjero e importándolos bajo las estrictas normas aduanales de la isla, lo que encarece la realización de las obras, aunque no son pocos los que acuden cada día al sito.

Canosa asegura que ha perdido la cuenta de los tatuajes que ha hecho, pero recuerda que en el primer año de su emprendimiento hicieron más de 800 y desde entonces dejó de contar, aunque afirma que es bastante pareja la proporción entre hombres y mujeres.

El fundador del sitio y un grupo de sus tatuadores se preparan para asistir a la Convención de Tatuajes en Ecatepec, México, donde presentarán sus diseños como han hecho antes en ciudades extranjeras como Mérida, Las Vegas, Miami, Vancouver o Toronto.

Cuatro veces al año organizan muestras de diseño, fotografía o pintura, y durante las inauguraciones sortean tatuajes concebidos por reconocidos autores del país, algo que harán este viernes en la Fábrica de Arte Cubano, concurrido centro cultural en la capital de la isla.

Pero "La Marca" no se queda en los tatuajes, pues sus fundadores concibieron el local con un enfoque comunitario, y por eso ofrecen a los niños del barrio talleres de apreciación de las artes visuales, conferencias sobre reciclaje y hasta clases de matemáticas para los más atrasados en las escuelas.

Más allá de los originales dibujos en la piel, "La Marca" reivindica un arte muchas veces visto con ojeriza, pero que la modernidad ha puesto al alcance de todos como una particular manera de señalar, a lo cubano, la individualidad de las personas.

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