BRASILIA, 1 oct (Xinhua) -- Las elecciones generales en Brasil, que se llevarán a cabo el próximo 7 de octubre, tendrán como resultado una escasa renovación parlamentaria, expresó hoy lunes el analista político Antonio Augusto de Queiroz.
El también director de Documentación del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP) habló en entrevista con Xinhua sobre la perspectiva del nuevo Legislativo que surgirá de las urnas.
Los brasileños elegirán el próximo domingo, además de presidente y vicepresidente, a los representantes del Legislativo federal (senadores y diputados), así como gobernadores e integrantes de las Asambleas Legislativas estatales.
Un estudio preliminar del DIAP proyecta una tasa de renovación en la Cámara de Diputados y el Senado inferior al 30 o 40 por ciento registrado en procesos anteriores.
La elección de diputados y senadores es de suma importancia, porque cualquiera que sea el gobierno que surja de las urnas, dependerá de la aprobación de una serie de reformas políticas y económicas, en especial para equilibrar las cuentas públicas.
Según el estudio preliminar conducido por Queiroz, habrá un ligero crecimiento de los partidos de izquierda y de derecha, acompañado de una discreta reducción de los partidos de centro.
La baja renovación se explica en parte porque los legisladores que buscan la reelección disponen de varias ventajas comparativas con relación a los que aspiran a ingresar.
El entrevistado señaló que la elección caracteriza a una "circulación del poder" y no una renovación propiamente real.
"Las vacantes que van a ser ocupadas por los nuevos no reelectos, son básicamente ocupadas por personas que ya fueron parlamentarios o estaban en cargos ejecutivos", dijo.
El 79 por ciento de los 513 diputados federales de Brasil intentará la reelección, según el estudio del DIAP, basado en el registro de las candidaturas en el Tribunal Superior Electoral (TSE), estimándose que el 75 por ciento de los candidatos será reelegido.
En cuanto al Senado, 32 de 54 senadores buscarán la reelección, número por encima de la media de las tres últimas elecciones.
El entrevistado enfatizó que la elección legislativa está disociada de la presidencial, en el sentido de que obligará al nuevo presidente a establecer un diálogo con el Congreso para aprobar reformas, aunque en condiciones diferentes para la derecha y la izquierda.
En el caso del candidato presidencial, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL, derecha), quien lidera las encuestas de intención del voto, el cuadro puede ser un desafío mayor, al no haber conseguido aliados hasta el momento.
Augusto de Queiroz comentó que la elección parlamentaria y la presidencial son distintas, con criterios distintos.
"Entonces, no hay relación directa, va a haber una pulverización muy grande. Bolsonaro, por ejemplo, va a tener una elección espectacular y no va a conseguir elegir ni 20 diputados", estimó el director de Documentación del DIAP.
Dijo que en el caso del candidato presidencial, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), es otra la situación.
"El PT tiene una estructura montada desde hace mucho tiempo, y con Haddad como candidato o no, conseguiría un número significativo de diputados", consideró Queiroz.
Según el estudio del DIAP, el PT seguirá con la mayor bancada de diputados federales (entre 55 y 65 integrantes).
Le seguiría el Movimiento Democrático Brasileño (44 a 50), el Partido Social Demócrata Brasileño (42 a 50), el Partido Popular (40 a 48) y el Partido Social Democrático (40 a 50).
En un segundo bloque están el Partido de la República, el Demócratas, el Partido Socialista Brasileño, el Partido Democrático Laborista y el Partido Republicano Brasileño, con bancadas que obtendrían entre 20 y 40 diputados, según el DIAP.
De acuerdo con Queiroz, el nuevo Congreso deberá al mismo tiempo enfrentar una situación diferente a ciclos pasados, como consecuencia de la apretada situación fiscal.
Para el entrevistado, el próximo gobierno deberá hacer un trabajo de convencimiento muy grande ante el Congreso, con ligeras ventajas para un presidente más a la izquierda del espectro político, respecto a conseguir que se aprueben reformas económicas.
"El candidato más a la derecha tendría enorme dificultad de aprobar una agenda de reformas, si esa agenda entrase en conflicto con la mayoría del parlamento", dijo
"El candidato de izquierda, a su vez, no tiene mucho margen para presentar una agenda que sea muy diferente de la que está colocada, una agenda más equilibrada", complementó.
Un candidato de derecha tendría necesariamente el voto contrario de la izquierda, pero un candidato de izquierda no tendría necesariamente, en las reformas económicas, el voto contrario de la derecha, según el analista.
