Diego de Pantoja, una inspiración centenaria para el intercambio cultural sino-occidental de hoy

Spanish.xinhuanet.com   2018-09-18 21:05:42

SHANGHAI, 18 sep (Xinhua) -- El misionero jesuita Diego de Pantoja es conocido como el primer español que llegó a Beijing y entró en la Ciudad Prohibida, y también fue un gran conocedor de China que introdujo la cultura del país oriental al mundo hispano.

De Pantoja visitó Beijing en 1601 junto con Matteo Ricci, un jesuita italiano reconocido a nivel internacional.

"En comparación con Matteo Ricci, Diego de Pantoja ha permanecido olvidado por la historia, pese a todas sus aportaciones para el intercambio cultural entre China y el Occidente", manifestó Inma Gonzáles, directora del Instituto Cervantes de Beijing.

En este año se conmemora el IV centenario del fallecimiento de Diego de Pantoja.

Por este motivo, la Biblioteca Miguel de Cervantes de Shanghai, el consulado general de España en esa ciudad y la embajada de España en China organizaron el seminario "Diego de Pantoja, precursor de los intercambios culturales entre China y el mundo hispano", al cual asistieron varios académicos tanto chinos como extranjeros.

"Muchas naciones del mundo han contado con un 'embajador cultural' que se tomó de la mano con China. De Pantoja sería el mejor portavoz del intercambio entre China y Occidente en los tiempos remotos", dijo Li Tiangang, profesor de la Universidad de Fudan, con sede en Shanghai.

Diego de Pantoja llegó a China procedente de Europa en 1597, en tiempos de la dinastía Ming. Gracias a su dedicación para el estudio y a su excelente habilidad de comunicación, el joven misionero se convirtió pronto en el asistente y colega de Ricci.

Los dos llegaron a Beijing en 1601 y lograron acceder a la Ciudad Prohibida, para brindar regalos de origen occidental al emperador Wan Li. Este fue uno de los inicios de la historia de los intercambios entre China y Occidente.

De Pantoja vivió en China durante más de 20 años. Él no solo introdujo los conocimientos tecnológicos de Europa a China, sino que también difundió la situación de China en esa época en el mundo occidental, lo que impulsó el desarrollo de la investigación sobre el país asiático en España.

Como un "confucionista occidental" que promovía la integración con la sociedad china, de Pantoja, quien incluso vestía trajes tradicionales chinos, no solo se esforzó por aprender el mandarín, sino que también observó estrictamente las costumbres y los ritos de iniciación de China, siguiendo las costumbres de los eruditos chinos.

De acuerdo con Gonzáles, de Pantoja mostró un gran respeto por la cultura tradicional china durante las primeras etapas del intercambio sino-occidental. "Después de su llegada a China, absorbió y aprendió la cultura china y luego se comunicó con los chinos con el lenguaje local", destacó.

"Sin el conocimiento y respeto del otro no puede haber un verdadero intercambio cultural. Esta es la herencia más importante que Pantoja nos ha dejado para el intercambio entre países hoy en día", agregó la educadora.

Zhang Kai, miembro del Instituto de Investigación de Historia de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo en su libro titulado "Pantoja y China" que seguir las huellas históricas dejadas por de Pantoja ayuda a la búsqueda de la rutina del intercambio cultural entre Oriente y Occidente, y brinda inspiraciones para el destino de la cultura humana.

Con motivo de la conmemoración del IV centenario del fallecimiento del religioso, el Instituto Cervantes realiza una serie de actividades bajo el lema de "Año de Pantoja 2018". El de Shanghai es el tercer seminario dedicado a este tema, luego de los de Beijing y Macao.

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Diego de Pantoja, una inspiración centenaria para el intercambio cultural sino-occidental de hoy

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SHANGHAI, 18 sep (Xinhua) -- El misionero jesuita Diego de Pantoja es conocido como el primer español que llegó a Beijing y entró en la Ciudad Prohibida, y también fue un gran conocedor de China que introdujo la cultura del país oriental al mundo hispano.

De Pantoja visitó Beijing en 1601 junto con Matteo Ricci, un jesuita italiano reconocido a nivel internacional.

"En comparación con Matteo Ricci, Diego de Pantoja ha permanecido olvidado por la historia, pese a todas sus aportaciones para el intercambio cultural entre China y el Occidente", manifestó Inma Gonzáles, directora del Instituto Cervantes de Beijing.

En este año se conmemora el IV centenario del fallecimiento de Diego de Pantoja.

Por este motivo, la Biblioteca Miguel de Cervantes de Shanghai, el consulado general de España en esa ciudad y la embajada de España en China organizaron el seminario "Diego de Pantoja, precursor de los intercambios culturales entre China y el mundo hispano", al cual asistieron varios académicos tanto chinos como extranjeros.

"Muchas naciones del mundo han contado con un 'embajador cultural' que se tomó de la mano con China. De Pantoja sería el mejor portavoz del intercambio entre China y Occidente en los tiempos remotos", dijo Li Tiangang, profesor de la Universidad de Fudan, con sede en Shanghai.

Diego de Pantoja llegó a China procedente de Europa en 1597, en tiempos de la dinastía Ming. Gracias a su dedicación para el estudio y a su excelente habilidad de comunicación, el joven misionero se convirtió pronto en el asistente y colega de Ricci.

Los dos llegaron a Beijing en 1601 y lograron acceder a la Ciudad Prohibida, para brindar regalos de origen occidental al emperador Wan Li. Este fue uno de los inicios de la historia de los intercambios entre China y Occidente.

De Pantoja vivió en China durante más de 20 años. Él no solo introdujo los conocimientos tecnológicos de Europa a China, sino que también difundió la situación de China en esa época en el mundo occidental, lo que impulsó el desarrollo de la investigación sobre el país asiático en España.

Como un "confucionista occidental" que promovía la integración con la sociedad china, de Pantoja, quien incluso vestía trajes tradicionales chinos, no solo se esforzó por aprender el mandarín, sino que también observó estrictamente las costumbres y los ritos de iniciación de China, siguiendo las costumbres de los eruditos chinos.

De acuerdo con Gonzáles, de Pantoja mostró un gran respeto por la cultura tradicional china durante las primeras etapas del intercambio sino-occidental. "Después de su llegada a China, absorbió y aprendió la cultura china y luego se comunicó con los chinos con el lenguaje local", destacó.

"Sin el conocimiento y respeto del otro no puede haber un verdadero intercambio cultural. Esta es la herencia más importante que Pantoja nos ha dejado para el intercambio entre países hoy en día", agregó la educadora.

Zhang Kai, miembro del Instituto de Investigación de Historia de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo en su libro titulado "Pantoja y China" que seguir las huellas históricas dejadas por de Pantoja ayuda a la búsqueda de la rutina del intercambio cultural entre Oriente y Occidente, y brinda inspiraciones para el destino de la cultura humana.

Con motivo de la conmemoración del IV centenario del fallecimiento del religioso, el Instituto Cervantes realiza una serie de actividades bajo el lema de "Año de Pantoja 2018". El de Shanghai es el tercer seminario dedicado a este tema, luego de los de Beijing y Macao.

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