Imagen del 8 de septiembre de 2018 de una persona disfrazada posando durante el 5 Festival Nacional del Otaku (OTAFEST), en la Fortaleza de La Cabaña, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 9 sep (Xinhua) -- Varias decenas de conocidos personajes de las historietas y seriales animados reviven este fin de semana en la Fortaleza de La Cabaña, un centenario castillo que guarda la entrada de la bahía de La Habana.
La quinta edición del Festival Nacional del Otaku (OTAFEST), con frecuencia anual, reúne a cientos de jóvenes cubanos que desafían la lluvia para cruzar a la orilla este de la bahía habanera y compartir la afición por esa singular cultura.
Varios "cosplayers", personas disfrazadas como sus personajes favoritos, se pasean por algunas de las explanadas de la fortaleza, donde son solicitados constantemente para hacerse fotos o explicar cómo concibieron el disfraz.
Uno de ellos es Javier Jubert, un estudiante de inglés en la Universidad Pedagógica de La Habana, que ayudado por dos amigas se maquilla y disfraza como "Bill Clave", el villano de la serie "Gravity fall".
"Lo hago para divertirme y divertir a las demás personas, y porque es un personaje bastante extrovertido con el que me identifico", dice Jubert mientras explica la historia del malvado personaje de la serie estadounidense.
Yadrián Baños tiene 16 años y sólo le falta un año de estudios para entrar a la Universidad, pero se confiesa fanático de los video juegos, en especial del DOTA, por lo que se atrevió por primera vez a interpretar a "Bloodseeker".
Pero Baños está acompañado de su amigo Fernando Javier González, un joven mecánico de 18 años, que se viste como el "Príncipe Ashitaka", el protagonista de la película animada japonesa "Princesa Mononoke".
González comenzó a disfrazarse para evitar la fila que siempre se forma a la entrada del Festival, pero lo que así comenzó después se convirtió en una afición que practica desde hace una década con seis personajes diferentes, entre ellos "Bender", el sarcástico robot del serial animado "Futurama".
"Las personas llegan y te dicen: "¿Puedo tirarme una foto contigo?", y te sientes como si fueras importante, reconocido. Ser cosplayer es jugar a ser famoso", asegura este muchacho que adopta poses de actor.
Los más comunes en el OTAFEST son los personajes japoneses tomados del anime, es decir de los dibujos animados, y el manga, que son los comics, pero también aparecen algunos de los videojuegos.
El ambiente es animado, a pesar de la lluvia, que no impide que algunos osados se lancen a bailar bajo el agua, mientras la mayoría prefiere observar bajo techo.
Las actividades se concentran en tres naves contiguas, donde se venden productos relacionados con la convención, se disputan videojuegos y hasta se dibuja.
Algunos adultos se pasean también entre el público, con más curiosidad que atracción, pero otros, como Silvia Hernández, una mujer de 50 años, acompaña a sus sobrinos que son asiduos al OTAFEST.
"Es muy lindo que puedan ver a su personaje favorito hecho realidad", dice sin prejuicios Hernández, quien revela que en su temprana juventud le gustaba disfrazarse como Paul Stanley, la voz líder del grupo de rock "Kiss", una agrupación conocida además por sus extrañas vestimentas y maquillajes.
El OTAFEST es organizado por el proyecto socio-cultural "Freak Zone", que forma parte de una plataforma de actores culturales nombrada "Love In", y perteneciente a una empresa estatal de radio y televisión.
"Al principio para hacer un cosplay íbamos a una tienda de ropa usada, comprábamos algo que se asemejara a los trajes y después lo modificábamos en casa con lo poco que sabíamos de costura y de manualidades", explica Enrique Mayo, director del Festival.
Mayo señala que ahora "hay más calidad en los disfraces", porque "hemos aprendido a comprar las telas y hacer los trajes desde cero".
Muchos de los aditamentos que utilizan los personajes, desde gorros hasta armas como espadas, son hechas a partir de trozos de poly espuma y madera trabajados de manera manual.
"La calidad de los participantes ha crecido muchísimo y también la cantidad de personas que vienen", afirma Mayo, quien añora volver a disfrazarse como todo un cosplayer, pero que ha relegado sus deseos para dedicarse a la organización de la convención.
El OTAFEST es en la actualidad el más singular de los eventos que se realizan en Cuba, pero no sólo por la extravagancia de algunos disfraces, sino por ser un momento en el que los más jóvenes pueden dar rienda suelta a su imaginación y compartir unos instantes con sus personajes favoritos.