ESPECIAL: El Carnaval de La Habana, de baile de negros a fiesta popular

Actualizado 2018-08-19 01:49:56 | Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca

CUBA-HABANA-CARNAVAL DE LA HABANA-SERIE

Una comparsa participa durante el Carnaval de La Habana llevado a cabo en el Malecón habanero, en La Habana, Cuba, durante las primeras horas el 18 de agosto de 2018. Establecido durante la etapa colonial como "baile de negros", el Carnaval de La Habana es hoy una expresión de la diversidad cultural cubana y sobre todo un momento de diversión anual arraigado en el gusto popular. Durante el fin de semana del 18 y 19 de agosto y el próximo del 25 y 26 de agosto, el emblemático malecón de la capital de la isla, se convertirá en un gigantesco escenario, donde miles de personas cantarán y bailarán al ritmo de 18 comparsas y 14 carrozas tradicionales que desfilarán durante casi dos kilómetros. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 18 ago (Xinhua) -- Establecido durante la etapa colonial como "baile de negros", el Carnaval de La Habana es hoy una expresión de la diversidad cultural cubana y sobre todo un momento de diversión anual arraigado en el gusto popular.

Durante este fin de semana (18 y 19 de agosto) y el próximo (25 y 26 de agosto), el emblemático malecón de la capital de la isla, se convertirá en un gigantesco escenario, donde miles de personas cantarán y bailarán al ritmo de 18 comparsas y 14 carrozas tradicionales que desfilarán durante casi dos kilómetros.

El festejo, el más masivo de los que se realizan en la isla, formará parte de las celebraciones por los 500 años de la fundación de la urbe, que se cumplen en 2019.

"Es una tradición de nosotros los cubanos que nos viene de generación en generación, de nuestros abuelos, de nuestros padres", dijo a Xinhua, entre el bullicio carnavalero, Orlando Betancourt, director de la comparsa "Los jóvenes del Este".

Betancourt, quien desde hace una década dirige la comparsa, está convencido de que "no hay pueblo sin carnaval", en alusión al conocido carácter fiestero de los cubanos.

La Habana y Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país, se disputan la organización de las fiestas más fastuosas, aunque para muchos el carnaval habanero, que se realiza cada año en verano, es el más importante de la isla.

"Los de Santiago de Cuba son buenos, pero los de aquí también se sienten", dice, entre risas, Adisvinda Vinagera, una fornida bailarina integrante de "El Alacrán", una de las comparsas tradicionales de la fiesta habanera.

Esta edición del carnaval está dedicada a los 110 años de las comparsas de "El Alacrán" y "Los Componedores de Batea", las dos más antiguas de la isla y, como todas, formadas por aficionados que se preparan de año en año para el desfile a lo largo del Malecón.

Como en cada edición del carnaval habanero, conocidos cantantes, casi todos salseros, participan en las fiestas, montados sobre iluminadas carrozas, desde donde interpretan sus más conocidas canciones y animan a la multitud.

"Esta es la fiesta popular más grande y más cubana que existe, el Carnaval de La Habana", aseguró Alain Pérez, un conocido salsero que regresó a Cuba después de vivir varios años en España, donde integró el grupo del "canta'or" Paco de Lucía.

Esa opinión la comparte Osdalgia Lemes, una joven cantante cubana también conocida por sus éxitos salseros.

"Desde niña vengo al carnaval, antes como espectadora y ahora como cantante, y siempre me sobrecoge la masividad y la alegría que expresa la gente en estos días", afirmó Osdalgia.

Estas fiestas están asociadas a las celebraciones religiosas y al mestizaje entre africanos y españoles, alcanzado en un largo proceso que tuvo lugar en la isla a partir de la introducción de esclavos traídos de Africa que inició en 1550.

Las raíces del carnaval en Cuba están en las celebraciones del Corpus Christi, la Epifanía y el Día de Reyes cuando, autorizados por los amos, los esclavos negros organizaban danzas y marchas colectivas, en los momentos que tenían para disfrutar de algunos días de descanso.

Entonces, aparecieron los "Cabildos de Nación", grupos integrados por los negros africanos que mostraban al público su cultura, a los que después se les unió la "Tumba Francesa", una agrupación que llegó a la isla con los franceses y sus esclavos haitianos.

Esa amalgama de tradiciones y creencias, que más tarde incluyó el aporte de emigrantes chinos, se fue refinando en un crisol cultural hasta convertirse después en las actuales fiestas populares, donde la conga tiene el protagonismo musical.

El primer carnaval de la capital cubana se realizó el 24 de febrero de 1895, desde entonces y hasta principios de los años 60 del pasado siglo, esas festividades se organizaban en el segundo mes del año, pero tras el triunfo de la Revolución en 1959 la fiesta se cambió a julio, al finalizar la zafra azucarera.

Es una tradición la asistencia de las familias a la fiesta, donde, además de disfrutar a la orilla del mar, mitigan el persistente calor cubano, que por estos días se incrementa.

"Vengo para despejarme un poco y salir de la rutina diaria", afirmó Luis Alvarez, un ingeniero que sentado desde un muro, con su hija y su esposa, mira el paso de las carrozas y las evoluciones de los bailarines.

La familia de Alvarez es un ejemplo de los miles de cubanos que cada año son espectadores, pero pasan a ser participantes activos de la fiesta, atraídos por la música de los grupos populares más selectos y sus pegajosos estribillos.

Ni siquiera las estrecheces económicas del país, que han golpeado el lustre del Carnaval, han disminuido el carácter lúdico de esas celebraciones anuales que tienen lugar prácticamente en todas las provincias de la isla.

Por eso, cada año, en los días del verano caribeño, miles de personas toman el malecón para divertirse entre carrozas y comparsas, mientras disfrutan de las alegres noches de La Habana, una ciudad que se aproxima a cumplir el medio milenio de su fundación.

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Por Raúl Menchaca

CUBA-HABANA-CARNAVAL DE LA HABANA-SERIE

Una comparsa participa durante el Carnaval de La Habana llevado a cabo en el Malecón habanero, en La Habana, Cuba, durante las primeras horas el 18 de agosto de 2018. Establecido durante la etapa colonial como "baile de negros", el Carnaval de La Habana es hoy una expresión de la diversidad cultural cubana y sobre todo un momento de diversión anual arraigado en el gusto popular. Durante el fin de semana del 18 y 19 de agosto y el próximo del 25 y 26 de agosto, el emblemático malecón de la capital de la isla, se convertirá en un gigantesco escenario, donde miles de personas cantarán y bailarán al ritmo de 18 comparsas y 14 carrozas tradicionales que desfilarán durante casi dos kilómetros. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 18 ago (Xinhua) -- Establecido durante la etapa colonial como "baile de negros", el Carnaval de La Habana es hoy una expresión de la diversidad cultural cubana y sobre todo un momento de diversión anual arraigado en el gusto popular.

Durante este fin de semana (18 y 19 de agosto) y el próximo (25 y 26 de agosto), el emblemático malecón de la capital de la isla, se convertirá en un gigantesco escenario, donde miles de personas cantarán y bailarán al ritmo de 18 comparsas y 14 carrozas tradicionales que desfilarán durante casi dos kilómetros.

El festejo, el más masivo de los que se realizan en la isla, formará parte de las celebraciones por los 500 años de la fundación de la urbe, que se cumplen en 2019.

"Es una tradición de nosotros los cubanos que nos viene de generación en generación, de nuestros abuelos, de nuestros padres", dijo a Xinhua, entre el bullicio carnavalero, Orlando Betancourt, director de la comparsa "Los jóvenes del Este".

Betancourt, quien desde hace una década dirige la comparsa, está convencido de que "no hay pueblo sin carnaval", en alusión al conocido carácter fiestero de los cubanos.

La Habana y Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país, se disputan la organización de las fiestas más fastuosas, aunque para muchos el carnaval habanero, que se realiza cada año en verano, es el más importante de la isla.

"Los de Santiago de Cuba son buenos, pero los de aquí también se sienten", dice, entre risas, Adisvinda Vinagera, una fornida bailarina integrante de "El Alacrán", una de las comparsas tradicionales de la fiesta habanera.

Esta edición del carnaval está dedicada a los 110 años de las comparsas de "El Alacrán" y "Los Componedores de Batea", las dos más antiguas de la isla y, como todas, formadas por aficionados que se preparan de año en año para el desfile a lo largo del Malecón.

Como en cada edición del carnaval habanero, conocidos cantantes, casi todos salseros, participan en las fiestas, montados sobre iluminadas carrozas, desde donde interpretan sus más conocidas canciones y animan a la multitud.

"Esta es la fiesta popular más grande y más cubana que existe, el Carnaval de La Habana", aseguró Alain Pérez, un conocido salsero que regresó a Cuba después de vivir varios años en España, donde integró el grupo del "canta'or" Paco de Lucía.

Esa opinión la comparte Osdalgia Lemes, una joven cantante cubana también conocida por sus éxitos salseros.

"Desde niña vengo al carnaval, antes como espectadora y ahora como cantante, y siempre me sobrecoge la masividad y la alegría que expresa la gente en estos días", afirmó Osdalgia.

Estas fiestas están asociadas a las celebraciones religiosas y al mestizaje entre africanos y españoles, alcanzado en un largo proceso que tuvo lugar en la isla a partir de la introducción de esclavos traídos de Africa que inició en 1550.

Las raíces del carnaval en Cuba están en las celebraciones del Corpus Christi, la Epifanía y el Día de Reyes cuando, autorizados por los amos, los esclavos negros organizaban danzas y marchas colectivas, en los momentos que tenían para disfrutar de algunos días de descanso.

Entonces, aparecieron los "Cabildos de Nación", grupos integrados por los negros africanos que mostraban al público su cultura, a los que después se les unió la "Tumba Francesa", una agrupación que llegó a la isla con los franceses y sus esclavos haitianos.

Esa amalgama de tradiciones y creencias, que más tarde incluyó el aporte de emigrantes chinos, se fue refinando en un crisol cultural hasta convertirse después en las actuales fiestas populares, donde la conga tiene el protagonismo musical.

El primer carnaval de la capital cubana se realizó el 24 de febrero de 1895, desde entonces y hasta principios de los años 60 del pasado siglo, esas festividades se organizaban en el segundo mes del año, pero tras el triunfo de la Revolución en 1959 la fiesta se cambió a julio, al finalizar la zafra azucarera.

Es una tradición la asistencia de las familias a la fiesta, donde, además de disfrutar a la orilla del mar, mitigan el persistente calor cubano, que por estos días se incrementa.

"Vengo para despejarme un poco y salir de la rutina diaria", afirmó Luis Alvarez, un ingeniero que sentado desde un muro, con su hija y su esposa, mira el paso de las carrozas y las evoluciones de los bailarines.

La familia de Alvarez es un ejemplo de los miles de cubanos que cada año son espectadores, pero pasan a ser participantes activos de la fiesta, atraídos por la música de los grupos populares más selectos y sus pegajosos estribillos.

Ni siquiera las estrecheces económicas del país, que han golpeado el lustre del Carnaval, han disminuido el carácter lúdico de esas celebraciones anuales que tienen lugar prácticamente en todas las provincias de la isla.

Por eso, cada año, en los días del verano caribeño, miles de personas toman el malecón para divertirse entre carrozas y comparsas, mientras disfrutan de las alegres noches de La Habana, una ciudad que se aproxima a cumplir el medio milenio de su fundación.

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