RIO DE JANEIRO, 13 ago (Xinhua) -- Brasil anunció hoy un proyecto público-privado para la construcción y gestión de presidios financiado por el banco estatal de fomento, el cual incluye bonos para las empresas gestoras que cumplan con los requisitos de inserción social de los reos.
El anuncio lo hicieron el ministro de Seguridad Pública, Raul Jungmann, y la presidenta del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Eliana Lustosa, durante una rueda de prensa en la que confirmaron la aplicación de una prueba piloto del proyecto en el estado de Maranhao (noreste), el más pobre del país.
"Esta asociación (del BNDES) con el Ministerio de Seguridad Pública permite que, una vez diseñado el modelo, sea replicado a varios estados y que no se tenga que pensar, en cada proyecto, la forma de estructurar. El hecho de tener recursos del Fondo Penitenciario Nacional, que son recursos no contingenciales, permite una solución financiera de largo plazo", explicó Lustosa.
Según la directora del BNDES, el banco participará en la estructuración de los proyectos para hacer un trabajo de forma integrada con los estados en los que se construyan las cárceles para generar una economía de escala, además de incluir el contenido social.
Lustosa explicó que las empresas que ganen las licitaciones recibirán una parte de dinero fija y otra, de forma objetiva, dependerá de alcanzar los objetivos sociales de no reincidencia de los presos y su recolocación en el mercado laboral.
"Los elementos sociales intrínsecos a la construcción y operación de los presidios formarán parte de la rentabilidad de aquél que gane los proyectos", agregó.
El proyecto piloto en Maranhao prevé la construcción de una cárcel para 500 presos, con un costo de 40 millones de reales (unos 11 millones de dólares).
Por su parte, el ministro Jungmann resaltó que Brasil tiene en la actualidad la tercera mayor población carcelaria del mundo, con "726.000 presos, y esta población crece una media de más del 8 por ciento anual".
"En 2025, a este ritmo, tendremos 1,471 millones de presos (...) Hoy tenemos 564.000 mandatos de prisión abiertos, por lo tanto, el sistema (carcelario) está hoy completamente saturado, con un déficit de 358.000 plazas, y es fundamental deshacer el nudo burocrático, legal, que ha impedido la expansión del sistema penitenciario", comentó.
Según el ministro de Seguridad Pública, la construcción de cárceles puede ayudar a combatir el crimen organizado y "a reducir la capacidad que tienen las facciones de dominar el sistema penitenciario brasileño.
De acuerdo con Jungmann, unas 70 "facciones criminales", desde las locales y menores hasta las mayores, dominan parte del sistema penitenciario.
La medida se suma a la anunciada la semana pasada por parte del gobierno brasileño de obligar a las empresas contratadas en licitaciones para obras públicas a usar parte de la mano de obra con presos y ex presos, con el objetivo de ayudarlos a la rehabilitación social.
