ESPECIAL: Carreras de caballos en la playa en España

Spanish.xinhuanet.com   2018-08-11 17:09:55

Por Javier Ureta

SANLUCAR DE BARRAMEDA, España, 11 ago (Xinhua) -- La pequeña localidad andaluza de Sanlúcar de Barrameda, enclavada en el sur de España, donde se juntan el río Guadalquivir y el océano Atlántico, celebra estos días sus carreras de caballos en la playa, una tradición centenaria que este año conmemora su 173º edición y que atrae a miles de personas.

Las orillas de las playas están atestadas de gente en un día de verano perfecto, con un clima caluroso y soleado cuya calma se rompe cuando el sol comienza a caer y la Policía desaloja a los bañistas de la arena para que puedan correr los caballos.

"Llevo montando aquí desde que debuté hace diez años. Es un tremendo shock de adrenalina poder galopar en las orillas del río Guadalquivir al atardecer. Es algo maravilloso", comenta a Xinhua la amazona Lucía Gelabert, antes de que comience una de las pruebas en las que compite.

En cada uno de los tres ciclos, que se reparten a lo largo de agosto, se corren cinco pruebas divididas por distancias (desde los 1.300 metros hasta los 1.800) y que reparten 180.000 euros en premios, a lo que se suman a las clásicas apuestas presentes en todas las carreras de caballos.

El origen de este evento, que se remonta a 1845, estuvo en las competiciones informales que realizaban los dueños de ganado equino que era utilizado para el transporte de pescado desde el antiguo puerto hasta los mercados locales y de poblaciones cercanas, en tanto que la prueba es la segunda más antigua documentada en España.

En cada carrera corren cinco caballos pura sangre que poseen la fortaleza adicional de ser capaces de cambiar su césped habitual por la arena irregular de las playas de Sanlúcar.

"Pero desde luego lo que la hace especial es la gente. Tienes el público muy encima y notas el cariño de los espectadores", observa Gelabert.

Las carreras de caballos de Sanlúcar están consideradas de Interés Turístico Internacional, pero además suponen casi una religión o una forma de vida para los locales.

"Venimos toda la familia y traemos cosas para pasar el día y quedarnos aquí hasta la última hora de la noche mientras vemos las carreras", explica Ecu Martínez, un lugareño que asiste a la competición con sus nietos.

"Hay gente, como yo, que no viene a la playa nunca excepto hoy. Pero para nosotros esto es algo muy especial, muy bonito, que no se puede encontrar en ninguna otra parte de España", insiste.

Más allá de los locales, esta disciplina que combina la competición con la belleza de una playa bañada por la luz del atardecer y que se encuentra enfrente de la reserva ecológica más grande de España, el Coto de Doñana, también atrae a miles de visitantes de otras partes de España y del resto del mundo.

"Me he hecho 700 kilómetros desde Madrid para poder venir a ver esto porque es un espectáculo incomparable", dice Mariano Mantecón mientras a su alrededor se escuchan voces en francés, inglés y portugués.

Mientras tanto, dos caballos se disputan en la foto-finish la victoria de la última carrera del día, cuando el sol ya no es más que una enorme circunferencia naranja que se esconde en el Atlántico y la brisa por fin corre entre los miles de personas que abarrotan la playa de Sanlúcar de Barrameda.

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ESPECIAL: Carreras de caballos en la playa en España

Spanish.xinhuanet.com 2018-08-11 17:09:55

Por Javier Ureta

SANLUCAR DE BARRAMEDA, España, 11 ago (Xinhua) -- La pequeña localidad andaluza de Sanlúcar de Barrameda, enclavada en el sur de España, donde se juntan el río Guadalquivir y el océano Atlántico, celebra estos días sus carreras de caballos en la playa, una tradición centenaria que este año conmemora su 173º edición y que atrae a miles de personas.

Las orillas de las playas están atestadas de gente en un día de verano perfecto, con un clima caluroso y soleado cuya calma se rompe cuando el sol comienza a caer y la Policía desaloja a los bañistas de la arena para que puedan correr los caballos.

"Llevo montando aquí desde que debuté hace diez años. Es un tremendo shock de adrenalina poder galopar en las orillas del río Guadalquivir al atardecer. Es algo maravilloso", comenta a Xinhua la amazona Lucía Gelabert, antes de que comience una de las pruebas en las que compite.

En cada uno de los tres ciclos, que se reparten a lo largo de agosto, se corren cinco pruebas divididas por distancias (desde los 1.300 metros hasta los 1.800) y que reparten 180.000 euros en premios, a lo que se suman a las clásicas apuestas presentes en todas las carreras de caballos.

El origen de este evento, que se remonta a 1845, estuvo en las competiciones informales que realizaban los dueños de ganado equino que era utilizado para el transporte de pescado desde el antiguo puerto hasta los mercados locales y de poblaciones cercanas, en tanto que la prueba es la segunda más antigua documentada en España.

En cada carrera corren cinco caballos pura sangre que poseen la fortaleza adicional de ser capaces de cambiar su césped habitual por la arena irregular de las playas de Sanlúcar.

"Pero desde luego lo que la hace especial es la gente. Tienes el público muy encima y notas el cariño de los espectadores", observa Gelabert.

Las carreras de caballos de Sanlúcar están consideradas de Interés Turístico Internacional, pero además suponen casi una religión o una forma de vida para los locales.

"Venimos toda la familia y traemos cosas para pasar el día y quedarnos aquí hasta la última hora de la noche mientras vemos las carreras", explica Ecu Martínez, un lugareño que asiste a la competición con sus nietos.

"Hay gente, como yo, que no viene a la playa nunca excepto hoy. Pero para nosotros esto es algo muy especial, muy bonito, que no se puede encontrar en ninguna otra parte de España", insiste.

Más allá de los locales, esta disciplina que combina la competición con la belleza de una playa bañada por la luz del atardecer y que se encuentra enfrente de la reserva ecológica más grande de España, el Coto de Doñana, también atrae a miles de visitantes de otras partes de España y del resto del mundo.

"Me he hecho 700 kilómetros desde Madrid para poder venir a ver esto porque es un espectáculo incomparable", dice Mariano Mantecón mientras a su alrededor se escuchan voces en francés, inglés y portugués.

Mientras tanto, dos caballos se disputan en la foto-finish la victoria de la última carrera del día, cuando el sol ya no es más que una enorme circunferencia naranja que se esconde en el Atlántico y la brisa por fin corre entre los miles de personas que abarrotan la playa de Sanlúcar de Barrameda.

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