WASHINGTON, 25 jul (Xinhua) -- Los últimos acuerdos entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, de visita en el país norteamericano, podrían ser el primer paso para apaciguar los conflictos comerciales transatlánticos, aunque no han conseguido resolver sus considerables diferencias.
En una conferencia de prensa conjunta después de su reunión de más de una hora, Trump y Juncker dijeron a los medios que las dos partes han acordado trabajar juntas hacia "cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices".
También prometieron trabajar para aumentar el comercio en servicios, productos químicos, farmacéuticos y médicos, así como la soja, mientras que Bruselas planea importar más Gas Natural Licuado (GNL) de EEUU.
Las dos partes han acordado poner en marcha un estrecho diálogo sobre estándares, para facilitar el comercio, reducir los obstáculos burocráticos y establecer inmediatamente un grupo de trabajo para "identificar medidas a corto plazo para facilitar los intercambios comerciales y valorar las medidas arancelarias existentes y lo que se puede hacer con eso en beneficio de ambos", dijo Trump.
Mientras que algunos expertos de EEUU han afirmado que consideran las iniciativas anunciadas por Trump y Juncker como alentadoras, creen que las grandes diferencias entre las dos partes perduran y dudan que los acuerdos acaben siendo implementados.
Tori Whiting, una economista comercial de Heritage Foundation dijo que "los anuncios de hoy ... son alentadores como primer paso para frenar la guerra comercial".
Sin embargo, a pesar de las citadas iniciativas, las dos partes no han conseguido enmendar los lazos, debilitados por los aranceles impuestos por EEUU sobre los coches, el acero y el aluminio europeos.
"La Casa Blanca debería inmediatamente cumplir con sus promesas de eliminar los aranceles sobre el acero y el aluminio de la UE y trabajar para establecer acuerdos similares con sus otros aliados. El presidente debería también suspender la investigación de seguridad nacional sobre las importaciones de automóviles", dijo Whiting.
Además del espinoso tema comercial, las dos partes también se han visto enfrentadas por sus diferencias sobre el acuerdo nuclear iraní, el acuerdo climático de París, el estatus de Jerusalén y la cuota de gasto de defensa, entre otros. Las relaciones de Trump con Rusia también han provocado la desconfianza en Europa.
"Hay diferencias sustanciales entre EEUU y la Unión Europea y eso es algo que la reunión no ha cambiado", afirmó a Xinhua Darrell West, investigador de la Institución Brookings.
A su juicio, "Trump es crítico con nuestros aliados europeos y cree que no están aportando los suficiente a la seguridad nacional. Está poco interesado en el libre comercio, el cambio climático, la negociación con Irán y hacerle frente a Rusia".
"Va a ser muy difícil si no imposible tender un puente", consideró.
Tras subrayar que la retórica y las medidas de Trump van a complicar la tendencia de las relaciones transatlánticas, el analista opinó que "será difícil que los líderes europeos vendan a sus votantes las ideas de Trump" y añadió que "muchos de ellos no están interesados en seguir la dirección de Trump".
"El resultado más probable es que los líderes estén de acuerdo en mostrar su desacuerdo sobre varios asuntos fundamentales. Esto es algo que en raras ocasiones ha sucedido en el pasado, pero que se ha convertido en algo común durante la Administración Trump", añadió.
Michael O'Hanlon, también investigador de la Institución Brookings, dijo a Xinhua que las medidas comerciales no revisten aún "modo de compromiso".
"Parece que está yendo más allá en su estrategia en vez de echarse atrás", explicó el experto, que dudó de que "haya un progreso notable pronto".
El tono reconciliador de Juncker durante su visita le pareció quizás a Trump "más feliz" de lo que esperaba, aunque probablemente pensó también que todavía no podía dar las cosas por hecho.
"La idea de Trump sobre una negociación es que la otra parte se rinda incondicionalmente", apuntó entre tanto Ivo Daalder, embajador de EEUU ante la OTAN durante el Gobierno de Barack Obama, en una artículo publicado por POLITICO.
Para Juncker, detalló, "la principal cuestión política es si Trump quiere llegar a un acuerdo con el resto del mundo de aquí a las elecciones de mitad de periodo".
