Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 15 jul (Xinhua) -- El triunfo de hoy de Francia en el Mundial de Fútbol Rusia-2018 fue celebrado en Cuba con la creciente pasión que ha despertado este deporte en la isla, en los últimos años.
A media mañana de este domingo, muchos cubanos se plantaron frente a los televisores para ver la transmisión del partido final de la Copa de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), transmitido en vivo por la televisión pública de la isla, que ofreció todos los partidos del Mundial.
Los goles de Francia, y quizás con menor fuerza los de Croacia, fueron gritados por aficionados cubanos, contaminados con una fiebre futbolística que se acentuó por estos días en la isla.
La selección gala repitió el triunfo que únicamente había alcanzado en el Mundial Francia 1998, cuando superó en la final por 3-0 a Brasil, y de esa forma el ahora seleccionador Didier Deschamps atesora dos copas mundiales, una como jugador y otra como técnico.
"Es un triunfo justo para un equipo superior, muy joven, técnico y veloz", dijo a Xinhua el soldador Roberto Quiñones, un asiduo a la improvisada Peña Deportiva que se reúne en el céntrico Parque Central de La Habana, donde cada día se discute "de lo humano y lo divino" en relación con cualquier deporte.
Quiñones admite que Croacia ha sido la sorpresa del torneo, "pues nadie pensaba que llegaría hasta la final con más voluntad que fútbol".
Además, reconoció el empeño de los croatas, encabezados por Luka Modric, una de las estrellas del club Real Madrid, uno de los equipos más seguidos en la isla, donde los corazones se dividen fundamentalmente entre el Barcelona y la principal representación de la capital española.
Carlos Cuéllar, un joven universitario, hubiera preferido una victoria croata, "porque fue un equipo que demostró una voluntad increíble, aunque le faltó un extra de calidad".
Cuéllar admite la superioridad francesa, aunque critica el hecho de que 14 de los 23 jugadores tengan origen africano en naciones como Togo, Guinea, Mali, Senegal, Angola, Argelia, Marruecos, Camerún y República Democrática del Congo.
"Entiendo que ese es el resultado de una realidad colonial, pero me pregunto también qué haría Francia sin esos jugadores que nacieron lejos", señala el estudiante.
Lo cierto es que la isla vivió el Mundial de Rusia como si su selección hubiera estado presente en los estadios rusos, aunque la temprana eliminación de España, Alemania, Brasil y Argentina, dejó desconsolados a la mayoría de los hinchas cubanos.
Como pasa cada cuatro años, el Mundial de Rusia 2018 ha significado el regreso del fútbol a la atención nacional, con los principales diarios dedicándole separatas especiales al torneo, y la transmisión en vivo de todos los partidos del campeonato.
El fútbol se juega de manera oficial en la isla desde 1911, cuando se disputó el primer partido en el Campo de Palatino, en la barriada habanera del Cerro, muy cerca del actual Estadio Latinoamericano, santuario del béisbol cubano.
Desde esa fecha, los logros de los jugadores cubanos han sido más bien modestos, con una plata en Juegos Panamericanos en San Juan 1979, un séptimo lugar en el Mundial de 1938, un séptimo puesto olímpico en Moscú 1980 y cinco títulos Centroamericanos.
La poca proyección del fútbol local se evidencia en el hecho de que Cuba descendió el pasado año al puesto 180 en la clasificación mundial de la FIFA, la posición más baja desde 1993, cuando el equipo absoluto varonil de la mayor isla de las Antillas ocupó ese escaño entre 211 naciones.
Las deserciones y la falta de roce internacional han golpeado a la selección cubana, que vivió entre 2000 y 2004 sus más recientes días de gloria con el peruano Miguel Company como director técnico, que la llevó hasta la segunda fase de la Copa de Oro, y logró dos empates con Costa Rica en la eliminatoria mundialista.
