Enfoque de China: una pequeña fruta cumple el gran sueño de enriquecerse de una aldea pobre

Actualizado 2018-07-13 10:33:39 | Spanish. xinhuanet. com

La fruta con espinas, que la aldea de Dafa cultiva y usa para producir bebidas, licores y cervezas, los cuales han sido bien acogidos en el mercado.

GUIYANG, 13 jul (Xinhua) -- Una fruta pequeña y con muchas espinas, parecida al higo chumbo, ayudó a una aldea que en su momento fue una de las más pobres de China a cumplir el sueño largamente esperado de enriquecerse.

La fruta, originalmente silvestre y con poco valor pero luego mejorada por agrónomos, crece en muchas partes de la montañosa provincia suroccidental de Guizhou.

El milagro ha sido posible, además de la fruta, gracias al altruismo y la perseverancia de Chen Daxing, jefe del Partido Comunista de China en la aldea de Daba, quien desde hace 22 años ha asumido el liderazgo decidido a cambiar la fisonomía pobre de su pueblo.

La aldea hoy tiene más de 300 familias y 1.500 habitantes, pero en el pasado no era más que un pequeño poblado de campesinos migrantes, de unas 30 familias que no sumaban más de 100 personas.

Nuevas casas de los campesinos de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Allí la gente trabajaba mucho pero ganaba poco. Había familias en extrema pobreza, cuya única alimentación eran unos cuantos frijoles y pimientos bañados en agua salada.

La familia de Chen, conformada por 12 personas, también era así. A lo largo de todo el año se dedicaban a labrar la tierra. A menudo, él se empleaba como guardabosques para aportar un ingreso adicional a la familia.

Chen nunca se alejó de su tierra natal. Desde que asumió la jefatura de la aldea, lo que siempre tuvo en mente, y a lo que dedicó toda su energía, fue guiar a sus coterráneos hacia una vida mejor.

La casa vieja de una familia campesina de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

En diez años, Chen y sus vecinos probaron el cultivo del tabaco, brotes de bambú, hierbas medicinales, e incluso la ganadería en pequeña escala. No obstante, el mercado no les fue favorable, y todos esos intentos fracasaron.

Muchos lugareños se desanimaron, pero Chen no. Él persistió, y en 2007 le recomendaron la fruta mágica, agridulce y rica en vitaminas.

En esa ocasión, Chen tuvo la corazonada de que la oportunidad de tener un negocio rentable para sacar a la aldea de la pobreza por fin había llegado. Sin embargo, los vecinos, atormentados por la serie de fracasos que traían a cuestas, en principio recibieron el proyecto con un no rotundo.

El líder local debió redoblar esfuerzos para convencerlos y echarlos a andar. La preocupación ante la posibilidad de perder un negocio que él presentía lucrativo llenó su cabeza de canas, casi de la noche a la mañana empezó a parecer un anciano.

Chen Daxing lucha por decenas de años, al frente de los vecinos de la aldea de Dafa en busca de una mejor vida (Por Huang Yongxian)

Al final, Chen decidió arriesgarse y lanzarse al ruedo él solo, con la idea de que la mejor forma de hacer que sus vecinos lo siguieran, tarde o temprano, era lograr el éxito él primero.

Alquiló terrenos y empezó a cultivar. Luego tuvo que esperar cuatro años para ver madurar los frutos de la especie mejorada.

La cosecha llegó a ser de más de 30 toneladas, con cada kilo a 40 yuanes, un precio nada despreciable.

En 2012, su familia obtuvo ingresos por 5 millones de yuanes (700.000 de dólares) sólo con la venta de plántulas de la fruta.

El éxito de Chen hizo renacer la esperanza entre sus paisanos. Entonces fundaron una cooperativa y destinaron un terreno de 335 hectáreas para cultivar la pera-espina.

Una fila de nuevas casas de campesinos al lado de una calle de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Decidido a no dejar pasar la oportunidad, Chen hizo a la cooperativa un importante aporte de sus propios fondos, además de gestionar varios préstamos bancarios, pues sus vecinos no podían aportar mucho más que las tierras.

A finales de 2017, la superficie cultivada alcanzó los 16,700 hectáreas, y para mantenerla produciendo habían sido contratadas más de 60.000 personas en toda la ciudad de Anshun, donde se encuentra la aldea de Daba.

Para aprovechar plenamente la fruta, los agricultores establecieron una nueva empresa para producir bebidas, licores y cerveza, todos a base de la pera-espina. En 2016, la producción superó las 5.000 toneladas y alcanza los 50 millones de yuanes.

Chen Daxing confía en que a este ritmo, el poblado podrá pagar todos los préstamos pendientes en un lapso de tres a cinco años.

La nueva casa de tres pisos del campesino Xu Zhongyi, de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Hoy en la aldea prácticamente no queda nada de su paupérrimo pasado. Ahora es un próspero pueblo con cómodas casas de tres pisos, calles pavimentadas, prados y jardines.

El ingreso disponible per cápita de los habitantes locales se ha elevado de los 1.900 yuanes de hace seis años a los 12.000 actuales. "Ahora sí vivimos una vida realmente feliz", dice Xu Zhongyi, sentado sobre un banquillo en el patio de su nueva casa.

A los 53 años, este hombre era uno de los más pobres de la aldea. Ahora trabaja en la cooperativa como operario y cada año gana unos 50.000 yuanes.

Bebidas, licores y cervezas que la cooperativa de la aldea produce a base de la fruta con espinas. (por Huang Yongxian)

 
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Enfoque de China: una pequeña fruta cumple el gran sueño de enriquecerse de una aldea pobre

Spanish.xinhuanet.com 2018-07-13 10:33:39

La fruta con espinas, que la aldea de Dafa cultiva y usa para producir bebidas, licores y cervezas, los cuales han sido bien acogidos en el mercado.

GUIYANG, 13 jul (Xinhua) -- Una fruta pequeña y con muchas espinas, parecida al higo chumbo, ayudó a una aldea que en su momento fue una de las más pobres de China a cumplir el sueño largamente esperado de enriquecerse.

La fruta, originalmente silvestre y con poco valor pero luego mejorada por agrónomos, crece en muchas partes de la montañosa provincia suroccidental de Guizhou.

El milagro ha sido posible, además de la fruta, gracias al altruismo y la perseverancia de Chen Daxing, jefe del Partido Comunista de China en la aldea de Daba, quien desde hace 22 años ha asumido el liderazgo decidido a cambiar la fisonomía pobre de su pueblo.

La aldea hoy tiene más de 300 familias y 1.500 habitantes, pero en el pasado no era más que un pequeño poblado de campesinos migrantes, de unas 30 familias que no sumaban más de 100 personas.

Nuevas casas de los campesinos de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Allí la gente trabajaba mucho pero ganaba poco. Había familias en extrema pobreza, cuya única alimentación eran unos cuantos frijoles y pimientos bañados en agua salada.

La familia de Chen, conformada por 12 personas, también era así. A lo largo de todo el año se dedicaban a labrar la tierra. A menudo, él se empleaba como guardabosques para aportar un ingreso adicional a la familia.

Chen nunca se alejó de su tierra natal. Desde que asumió la jefatura de la aldea, lo que siempre tuvo en mente, y a lo que dedicó toda su energía, fue guiar a sus coterráneos hacia una vida mejor.

La casa vieja de una familia campesina de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

En diez años, Chen y sus vecinos probaron el cultivo del tabaco, brotes de bambú, hierbas medicinales, e incluso la ganadería en pequeña escala. No obstante, el mercado no les fue favorable, y todos esos intentos fracasaron.

Muchos lugareños se desanimaron, pero Chen no. Él persistió, y en 2007 le recomendaron la fruta mágica, agridulce y rica en vitaminas.

En esa ocasión, Chen tuvo la corazonada de que la oportunidad de tener un negocio rentable para sacar a la aldea de la pobreza por fin había llegado. Sin embargo, los vecinos, atormentados por la serie de fracasos que traían a cuestas, en principio recibieron el proyecto con un no rotundo.

El líder local debió redoblar esfuerzos para convencerlos y echarlos a andar. La preocupación ante la posibilidad de perder un negocio que él presentía lucrativo llenó su cabeza de canas, casi de la noche a la mañana empezó a parecer un anciano.

Chen Daxing lucha por decenas de años, al frente de los vecinos de la aldea de Dafa en busca de una mejor vida (Por Huang Yongxian)

Al final, Chen decidió arriesgarse y lanzarse al ruedo él solo, con la idea de que la mejor forma de hacer que sus vecinos lo siguieran, tarde o temprano, era lograr el éxito él primero.

Alquiló terrenos y empezó a cultivar. Luego tuvo que esperar cuatro años para ver madurar los frutos de la especie mejorada.

La cosecha llegó a ser de más de 30 toneladas, con cada kilo a 40 yuanes, un precio nada despreciable.

En 2012, su familia obtuvo ingresos por 5 millones de yuanes (700.000 de dólares) sólo con la venta de plántulas de la fruta.

El éxito de Chen hizo renacer la esperanza entre sus paisanos. Entonces fundaron una cooperativa y destinaron un terreno de 335 hectáreas para cultivar la pera-espina.

Una fila de nuevas casas de campesinos al lado de una calle de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Decidido a no dejar pasar la oportunidad, Chen hizo a la cooperativa un importante aporte de sus propios fondos, además de gestionar varios préstamos bancarios, pues sus vecinos no podían aportar mucho más que las tierras.

A finales de 2017, la superficie cultivada alcanzó los 16,700 hectáreas, y para mantenerla produciendo habían sido contratadas más de 60.000 personas en toda la ciudad de Anshun, donde se encuentra la aldea de Daba.

Para aprovechar plenamente la fruta, los agricultores establecieron una nueva empresa para producir bebidas, licores y cerveza, todos a base de la pera-espina. En 2016, la producción superó las 5.000 toneladas y alcanza los 50 millones de yuanes.

Chen Daxing confía en que a este ritmo, el poblado podrá pagar todos los préstamos pendientes en un lapso de tres a cinco años.

La nueva casa de tres pisos del campesino Xu Zhongyi, de la aldea de Dafa (por Huang Yongxian)

Hoy en la aldea prácticamente no queda nada de su paupérrimo pasado. Ahora es un próspero pueblo con cómodas casas de tres pisos, calles pavimentadas, prados y jardines.

El ingreso disponible per cápita de los habitantes locales se ha elevado de los 1.900 yuanes de hace seis años a los 12.000 actuales. "Ahora sí vivimos una vida realmente feliz", dice Xu Zhongyi, sentado sobre un banquillo en el patio de su nueva casa.

A los 53 años, este hombre era uno de los más pobres de la aldea. Ahora trabaja en la cooperativa como operario y cada año gana unos 50.000 yuanes.

Bebidas, licores y cervezas que la cooperativa de la aldea produce a base de la fruta con espinas. (por Huang Yongxian)

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