(Rusia 2018)ESPECIAL: Cuba se rinde al fútbol

Spanish.xinhuanet.com   2018-07-02 00:40:12

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 1 jul (Xinhua) -- Los cubanos, amantes del deporte por naturaleza, ahora sólo hablan de fútbol, y viven el Mundial de Rusia 2018 como si la Copa de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) se disputara en esta isla.

La eliminación, el sábado, de dos de los mejores jugadores del mundo, el argentino Leonel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, cayó como un balde de agua fría sobre muchos fanáticos en Cuba, donde la pasión se divide mayoritariamente entre los Clubes Barcelona y Real Madrid.

"No puedo creer que ya no esté Messi", dijo a Xinhua, casi con lágrimas en los ojos, el estudiante Yordano Carrión, un joven vestido con una camiseta de su ídolo, pero que está tan atribulado que da la espalda a la cámara y no quiere fotos.

Carrión es uno de los miles de cubanos atrapados en una fiebre de fútbol, tan severa, que a veces uno no sabe si está en Cuba o en Sudamérica o Europa.

Muchos, como Alejandro Menchaca, sacan una bandera y visten los colores de su equipo favorito, en este caso España, sólo para ver en televisión los partidos de una selección que ha avanzado a tropezones por las canchas rusas.

Esa pasión, que renace en la isla cada cuatro años cuando se celebran los Mundiales, hace que se conviertan en pequeños estadios muchos de los negocios privados nacidos al calor de las reformas, que desde hace una década tienen lugar en Cuba con el llamado "Proceso de actualización del modelo económico".

En la cafetería Boné Ma, ubicada en una céntrica calle del barrio habanero del Vedado, varias decenas de personas se dan cita a diario para observar los partidos sentados en las sillas del local o simplemente parados en la acera bajo una colección de banderas de los países mundialistas.

Cada partido es, además, una pequeña batalla entre los seguidores de uno u otro equipo, quienes discuten con vehemencia para defender los colores de la selección preferida.

La estatal televisión cubana ha transmitido en directo y por señal abierta todos los partidos del Mundial, utilizando incluso dos canales para ofrecer los juegos que se disputaron de manera simultánea en la etapa clasificatoria del torneo.

Muchos aseguran que esta fiebre se acentuó entre 2008 y 2009, más o menos en coincidencia con la victoria de España en el Mundial de 2010, pero en realidad el germen estaba inoculado desde antes en un país amante, como pocos, de los deportes.

Lo cierto es que poco a poco el fútbol desplazó al béisbol, el tradicional deporte principal de la isla, que conquistó tres oros olímpicos, 25 mundiales, 10 Copas Intercontinentales, 12 Juegos Panamericanos y 14 Centroamericanos.

En la tradicional Peña deportiva del Parque Central de La Habana, donde se discute con fuerza, y sobre todo con argumentos deportivos que sorprenden, la fiebre futbolística es evidente, aunque algunos puristas sigan defendiendo al béisbol.

"Lo del fútbol es sólo moda, porque la pelota (béisbol) es el deporte nacional", afirma con seguridad Manuel Acosta, un negro cincuentón que dice haber jugado en el llamado Torneo Azucarero, un campeonato nacional que cada año disputan los trabajadores de las refinerías del dulce.

Pero Acosta se rinde cuando se alzan las voces de otros aficionados, como Alberto González o Emilio Diviñó, que defienden al fútbol con bravura, aunque optan por una fórmula de pacífica coexistencia entre ambos deportes.

"El fútbol es el más universal de los deportes, y Cuba no puede escapar a eso, porque además es una disciplina con los recursos suficientes para controlar las transmisiones de televisión", sostiene González, mientras Diviñó asiente con un gesto.

El fútbol se juega de manera oficial en la isla desde 1911, cuando se disputó el primer partido en el Campo de Palatino, en la barriada habanera del Cerro, muy cerca del actual Estadio Latinoamericano, santuario del béisbol cubano.

Desde esa fecha, los logros de los jugadores cubanos han sido más bien modestos, con una plata en Juegos Panamericanos en San Juan-1979, un séptimo lugar en el Mundial de 1938, un séptimo puesto olímpico en Moscú-1980 y cinco títulos Centroamericanos.

La poca proyección del fútbol local se evidencia en el hecho de que Cuba descendió el año pasado al puesto 180 en la clasificación mundial de la FIFA, la posición más baja desde 1993, cuando el equipo absoluto varonil de la mayor isla de las Antillas ocupó ese escaño entre 211 naciones.

Las deserciones y la falta de roce internacional han golpeado a la selección cubana, que vivió entre 2000 y 2004 sus más recientes días de gloria con el peruano Miguel Company como director técnico, que la llevó hasta la segunda fase de la Copa de Oro, y logró dos empates con Costa Rica en la eliminatoria mundialista.

Ahora es pobre la asistencia de los aficionados a los juegos de un campeonato nacional de bajo nivel técnico, y son las transmisiones en vivo de duelos como Real Madrid- Barcelona las que han alimentado la pasión futbolera de los cubanos, y en especial de los niños que tiene como referentes a grandes estrellas extranjeras.

Las autoridades deportivas tratan de aprovechar esa fiebre futbolística, y han logrado colocar al deporte dentro del programa educativo de las escuelas de enseñanza general.

En otras escuelas más especializadas, como las de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) o la Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA), estudian de manera continua jóvenes talentos desde los 13 hasta los 18 años, quienes al arribar a esa edad pasan a las academias superiores.

Cuba también ha aprovechado la inyección de fondos realizada por la FIFA en los últimos 15 años, que suma unos cinco millones de dólares, para la construcción de una cancha sintética y el mejoramiento de la sede de la concentración del equipo nacional.

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(Rusia 2018)ESPECIAL: Cuba se rinde al fútbol

Spanish.xinhuanet.com 2018-07-02 00:40:12

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 1 jul (Xinhua) -- Los cubanos, amantes del deporte por naturaleza, ahora sólo hablan de fútbol, y viven el Mundial de Rusia 2018 como si la Copa de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) se disputara en esta isla.

La eliminación, el sábado, de dos de los mejores jugadores del mundo, el argentino Leonel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, cayó como un balde de agua fría sobre muchos fanáticos en Cuba, donde la pasión se divide mayoritariamente entre los Clubes Barcelona y Real Madrid.

"No puedo creer que ya no esté Messi", dijo a Xinhua, casi con lágrimas en los ojos, el estudiante Yordano Carrión, un joven vestido con una camiseta de su ídolo, pero que está tan atribulado que da la espalda a la cámara y no quiere fotos.

Carrión es uno de los miles de cubanos atrapados en una fiebre de fútbol, tan severa, que a veces uno no sabe si está en Cuba o en Sudamérica o Europa.

Muchos, como Alejandro Menchaca, sacan una bandera y visten los colores de su equipo favorito, en este caso España, sólo para ver en televisión los partidos de una selección que ha avanzado a tropezones por las canchas rusas.

Esa pasión, que renace en la isla cada cuatro años cuando se celebran los Mundiales, hace que se conviertan en pequeños estadios muchos de los negocios privados nacidos al calor de las reformas, que desde hace una década tienen lugar en Cuba con el llamado "Proceso de actualización del modelo económico".

En la cafetería Boné Ma, ubicada en una céntrica calle del barrio habanero del Vedado, varias decenas de personas se dan cita a diario para observar los partidos sentados en las sillas del local o simplemente parados en la acera bajo una colección de banderas de los países mundialistas.

Cada partido es, además, una pequeña batalla entre los seguidores de uno u otro equipo, quienes discuten con vehemencia para defender los colores de la selección preferida.

La estatal televisión cubana ha transmitido en directo y por señal abierta todos los partidos del Mundial, utilizando incluso dos canales para ofrecer los juegos que se disputaron de manera simultánea en la etapa clasificatoria del torneo.

Muchos aseguran que esta fiebre se acentuó entre 2008 y 2009, más o menos en coincidencia con la victoria de España en el Mundial de 2010, pero en realidad el germen estaba inoculado desde antes en un país amante, como pocos, de los deportes.

Lo cierto es que poco a poco el fútbol desplazó al béisbol, el tradicional deporte principal de la isla, que conquistó tres oros olímpicos, 25 mundiales, 10 Copas Intercontinentales, 12 Juegos Panamericanos y 14 Centroamericanos.

En la tradicional Peña deportiva del Parque Central de La Habana, donde se discute con fuerza, y sobre todo con argumentos deportivos que sorprenden, la fiebre futbolística es evidente, aunque algunos puristas sigan defendiendo al béisbol.

"Lo del fútbol es sólo moda, porque la pelota (béisbol) es el deporte nacional", afirma con seguridad Manuel Acosta, un negro cincuentón que dice haber jugado en el llamado Torneo Azucarero, un campeonato nacional que cada año disputan los trabajadores de las refinerías del dulce.

Pero Acosta se rinde cuando se alzan las voces de otros aficionados, como Alberto González o Emilio Diviñó, que defienden al fútbol con bravura, aunque optan por una fórmula de pacífica coexistencia entre ambos deportes.

"El fútbol es el más universal de los deportes, y Cuba no puede escapar a eso, porque además es una disciplina con los recursos suficientes para controlar las transmisiones de televisión", sostiene González, mientras Diviñó asiente con un gesto.

El fútbol se juega de manera oficial en la isla desde 1911, cuando se disputó el primer partido en el Campo de Palatino, en la barriada habanera del Cerro, muy cerca del actual Estadio Latinoamericano, santuario del béisbol cubano.

Desde esa fecha, los logros de los jugadores cubanos han sido más bien modestos, con una plata en Juegos Panamericanos en San Juan-1979, un séptimo lugar en el Mundial de 1938, un séptimo puesto olímpico en Moscú-1980 y cinco títulos Centroamericanos.

La poca proyección del fútbol local se evidencia en el hecho de que Cuba descendió el año pasado al puesto 180 en la clasificación mundial de la FIFA, la posición más baja desde 1993, cuando el equipo absoluto varonil de la mayor isla de las Antillas ocupó ese escaño entre 211 naciones.

Las deserciones y la falta de roce internacional han golpeado a la selección cubana, que vivió entre 2000 y 2004 sus más recientes días de gloria con el peruano Miguel Company como director técnico, que la llevó hasta la segunda fase de la Copa de Oro, y logró dos empates con Costa Rica en la eliminatoria mundialista.

Ahora es pobre la asistencia de los aficionados a los juegos de un campeonato nacional de bajo nivel técnico, y son las transmisiones en vivo de duelos como Real Madrid- Barcelona las que han alimentado la pasión futbolera de los cubanos, y en especial de los niños que tiene como referentes a grandes estrellas extranjeras.

Las autoridades deportivas tratan de aprovechar esa fiebre futbolística, y han logrado colocar al deporte dentro del programa educativo de las escuelas de enseñanza general.

En otras escuelas más especializadas, como las de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) o la Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA), estudian de manera continua jóvenes talentos desde los 13 hasta los 18 años, quienes al arribar a esa edad pasan a las academias superiores.

Cuba también ha aprovechado la inyección de fondos realizada por la FIFA en los últimos 15 años, que suma unos cinco millones de dólares, para la construcción de una cancha sintética y el mejoramiento de la sede de la concentración del equipo nacional.

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