ESPECIAL: Cuarenta años de historia de China en imágenes de televisiva familia colombiana

Actualizado 2018-06-29 18:40:12 | Spanish. xinhuanet. com

Por Fernando Muñoz

Andrés Mora junto a su padre Héctor y su hermano filmando en Xi'an en 1997. (Cortesía: Andrés Mora)

BEIJING, 29 jun (Xinhua) -- Hace cuarenta años, cuando inició la política de reforma y apertura, China era un misterio para Colombia y otras naciones latinoamericanas. Gracias a la contribución de una televisiva familia colombiana, los Mora, el velo se ha corrido y el país asiático presenta ahora una cara más moderna, abierta y confiada.

"Cuando yo era pequeño mi padre hablaba con nosotros después de cada viaje" y él "estaba convencido de que China era el país del futuro", que sería el "punto de referencia inevitable para toda la gente del mundo en 30 o 40 años", aseguró en entrevista con Xinhua el cineasta colombiano Andrés Mora.

El oficio de su padre, Héctor Mora, era contar historias para la televisión latinoamericana sobre sitios distantes y culturas ajenas, y en medio de sus travesías pisó suelo chino por primera vez en 1979, con motivo del aniversario número 30 de la fundación del país y un año antes de que los gobiernos de China y Colombia establecieran relaciones diplomáticas.

Sobre su primera experiencia con China, Mora padre escribió en uno de sus libros que las referencias que tenía antes de iniciar su visita eran la pólvora, la brújula, la tinta china, el papel, la seda, el chop-suey, Mao Zedong y el mentol chino, además del reconocido libro publicado en 1974 por el autor francés Alain Peyrefitte "Cuando China despierte el mundo temblará".

Todos estos aspectos, sumados a una colaboración ofrecida por Xinhua en ese entonces, impulsaron a Mora a filmar su primer documental sobre China para el público colombiano y de algunas partes de Latinoamérica.

Una visita que marcó su vida y su profesión para siempre "porque cuando se va por primera vez a China, no se vuelve a ser el mismo de antes", señaló el ya fallecido documentalista y agregó que "en los años 80 (del siglo pasado) China era magia, misterio, lejanía".

Andrés Mora y su padre Héctor visitan Lasha en 1997 para filmar un especial sobre el Tibet. (Cortesía: Andrés Mora)

"De verdad es confuso describir los cambios sociales, políticos, económicos de este milenario y gigantesco país, si bien son paralelos a las férreas tradiciones, la apariencia y el aspecto de su gente, su sociedad y su arquitectura son un envoltorio nuevo y distante del contenido del paquete", escribió en 2016 en un artículo sobre los cambios ocurridos.

"Es una fórmula visual nueva para comparar dos planetas distintos en un mismo territorio y en un cambio resumido en poco tiempo, pero no en su contenido tradicional primario", agregó en referencia a la política de reforma y apertura de China lanzada bajo el liderazgo de Deng Xiaoping en 1978.

Enormes cambios han tenido lugar desde entonces que han convertido a China en la segunda economía más grande del planeta y en un motor de crecimiento para todo el mundo.

China se insertó en la economía global a través de la venta de manufacturas y años después, con una balanza comercial ya equilibrada, comenzó a usar los excedentes para modernizar su infraestructura económica, convirtiéndose en tiempo récord en un gigante de la producción tecnológica de punta y en un innovador mundial.

Varios de los 1.240 reportajes que produjo Héctor Mora tuvieron a China como protagonista. Destacan el grabado en 1989, con el que buscaba informar sin el filtro de los medios de otros países sobre lo que estaba pasando en ese momento; el que hizo en la región autónoma del Tíbet, cuya realización le tomó diez años, y aquel con el que en 1997 reportó el retorno de Hong Kong a China.

Siguiendo sus pasos, Andrés Mora llegó a China lleno de curiosidad por conocer ese mundo velado a sus ojos que lo atrapó desde el primer momento y al cual permanece aferrado desde hace 15 años.

En su primera visita, en 1997, quedó fascinado "por la fuerza y la independencia absoluta de China como país". Durante la segunda, en 1999, "la semilla de la curiosidad" quedó sembrada en su corazón y en 2002, durante la tercera cita, ya definió a Beijing como su casa porque quería ver y ser parte de "una potencia mundial en construcción".

El equipo de filmación de la empresa para la que trabaja Andrés Mora hace grabaciones en Hong Kong en el año 2006. (Cortesía: Andrés Mora)

La fórmula para llegar de manera definitiva se la ofreció un funcionario de la Embajada de China en Bogotá, quien le sugirió solicitar una beca para estudiar un posgrado en la Academia de Cine de Beijing dado su interés en los audiovisuales y el buen momento por el que pasaba la producción cinematográfica china.

Desde entonces, empezó su pasión por acercar a China con Latinoamérica a través del séptimo arte, tendiendo puentes entre ambas culturas que permitan un mutuo conocimiento de dos regiones geográficamente distantes pero con ansias de estrechar lazos.

La China que ahora filma Andrés, quien también se dedica a la televisión, tiene en común la "inmensidad" cultural y territorial, mientras las diferencias "se encuentran en el aspecto físico de las ciudades", el cual es palpable en las decenas de rascacielos que adornan las megalópolis chinas.

"La incorporación de la tecnología en la vida cotidiana y la transformación de núcleos rurales en núcleos urbanos" son otras dos diferencias entre las filmaciones que hace hoy en día Andrés comparadas con las que hizo su padre hace unos 40 años.

"La implementación de la tecnología al alcance y beneficio de todos es evidentemente un gran paso que determinará el mejoramiento de vida en todo el país", aseguró y detalló que ha sido testigo de la incorporación de las redes telefónicas, de televisión e internet en la vida cotidiana de los chinos.

De ahí que su principal plan a futuro sea poder materializar la realización de largometrajes entre Latinoamérica y China, "al estilo de coproducciones".

"Lo que yo quiero es poder materializar una coproducción donde llamemos inversionistas chinos y latinoamericanos, trabajando con talento chino y latinoamericano para sacar adelante una película que pueda salir en cinemas, ese sería el primer gran paso. El problema a solucionar es que aún hay desconocimiento entre ambas regiones", puntualizó.

 
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ESPECIAL: Cuarenta años de historia de China en imágenes de televisiva familia colombiana

Spanish.xinhuanet.com 2018-06-29 18:40:12

Por Fernando Muñoz

Andrés Mora junto a su padre Héctor y su hermano filmando en Xi'an en 1997. (Cortesía: Andrés Mora)

BEIJING, 29 jun (Xinhua) -- Hace cuarenta años, cuando inició la política de reforma y apertura, China era un misterio para Colombia y otras naciones latinoamericanas. Gracias a la contribución de una televisiva familia colombiana, los Mora, el velo se ha corrido y el país asiático presenta ahora una cara más moderna, abierta y confiada.

"Cuando yo era pequeño mi padre hablaba con nosotros después de cada viaje" y él "estaba convencido de que China era el país del futuro", que sería el "punto de referencia inevitable para toda la gente del mundo en 30 o 40 años", aseguró en entrevista con Xinhua el cineasta colombiano Andrés Mora.

El oficio de su padre, Héctor Mora, era contar historias para la televisión latinoamericana sobre sitios distantes y culturas ajenas, y en medio de sus travesías pisó suelo chino por primera vez en 1979, con motivo del aniversario número 30 de la fundación del país y un año antes de que los gobiernos de China y Colombia establecieran relaciones diplomáticas.

Sobre su primera experiencia con China, Mora padre escribió en uno de sus libros que las referencias que tenía antes de iniciar su visita eran la pólvora, la brújula, la tinta china, el papel, la seda, el chop-suey, Mao Zedong y el mentol chino, además del reconocido libro publicado en 1974 por el autor francés Alain Peyrefitte "Cuando China despierte el mundo temblará".

Todos estos aspectos, sumados a una colaboración ofrecida por Xinhua en ese entonces, impulsaron a Mora a filmar su primer documental sobre China para el público colombiano y de algunas partes de Latinoamérica.

Una visita que marcó su vida y su profesión para siempre "porque cuando se va por primera vez a China, no se vuelve a ser el mismo de antes", señaló el ya fallecido documentalista y agregó que "en los años 80 (del siglo pasado) China era magia, misterio, lejanía".

Andrés Mora y su padre Héctor visitan Lasha en 1997 para filmar un especial sobre el Tibet. (Cortesía: Andrés Mora)

"De verdad es confuso describir los cambios sociales, políticos, económicos de este milenario y gigantesco país, si bien son paralelos a las férreas tradiciones, la apariencia y el aspecto de su gente, su sociedad y su arquitectura son un envoltorio nuevo y distante del contenido del paquete", escribió en 2016 en un artículo sobre los cambios ocurridos.

"Es una fórmula visual nueva para comparar dos planetas distintos en un mismo territorio y en un cambio resumido en poco tiempo, pero no en su contenido tradicional primario", agregó en referencia a la política de reforma y apertura de China lanzada bajo el liderazgo de Deng Xiaoping en 1978.

Enormes cambios han tenido lugar desde entonces que han convertido a China en la segunda economía más grande del planeta y en un motor de crecimiento para todo el mundo.

China se insertó en la economía global a través de la venta de manufacturas y años después, con una balanza comercial ya equilibrada, comenzó a usar los excedentes para modernizar su infraestructura económica, convirtiéndose en tiempo récord en un gigante de la producción tecnológica de punta y en un innovador mundial.

Varios de los 1.240 reportajes que produjo Héctor Mora tuvieron a China como protagonista. Destacan el grabado en 1989, con el que buscaba informar sin el filtro de los medios de otros países sobre lo que estaba pasando en ese momento; el que hizo en la región autónoma del Tíbet, cuya realización le tomó diez años, y aquel con el que en 1997 reportó el retorno de Hong Kong a China.

Siguiendo sus pasos, Andrés Mora llegó a China lleno de curiosidad por conocer ese mundo velado a sus ojos que lo atrapó desde el primer momento y al cual permanece aferrado desde hace 15 años.

En su primera visita, en 1997, quedó fascinado "por la fuerza y la independencia absoluta de China como país". Durante la segunda, en 1999, "la semilla de la curiosidad" quedó sembrada en su corazón y en 2002, durante la tercera cita, ya definió a Beijing como su casa porque quería ver y ser parte de "una potencia mundial en construcción".

El equipo de filmación de la empresa para la que trabaja Andrés Mora hace grabaciones en Hong Kong en el año 2006. (Cortesía: Andrés Mora)

La fórmula para llegar de manera definitiva se la ofreció un funcionario de la Embajada de China en Bogotá, quien le sugirió solicitar una beca para estudiar un posgrado en la Academia de Cine de Beijing dado su interés en los audiovisuales y el buen momento por el que pasaba la producción cinematográfica china.

Desde entonces, empezó su pasión por acercar a China con Latinoamérica a través del séptimo arte, tendiendo puentes entre ambas culturas que permitan un mutuo conocimiento de dos regiones geográficamente distantes pero con ansias de estrechar lazos.

La China que ahora filma Andrés, quien también se dedica a la televisión, tiene en común la "inmensidad" cultural y territorial, mientras las diferencias "se encuentran en el aspecto físico de las ciudades", el cual es palpable en las decenas de rascacielos que adornan las megalópolis chinas.

"La incorporación de la tecnología en la vida cotidiana y la transformación de núcleos rurales en núcleos urbanos" son otras dos diferencias entre las filmaciones que hace hoy en día Andrés comparadas con las que hizo su padre hace unos 40 años.

"La implementación de la tecnología al alcance y beneficio de todos es evidentemente un gran paso que determinará el mejoramiento de vida en todo el país", aseguró y detalló que ha sido testigo de la incorporación de las redes telefónicas, de televisión e internet en la vida cotidiana de los chinos.

De ahí que su principal plan a futuro sea poder materializar la realización de largometrajes entre Latinoamérica y China, "al estilo de coproducciones".

"Lo que yo quiero es poder materializar una coproducción donde llamemos inversionistas chinos y latinoamericanos, trabajando con talento chino y latinoamericano para sacar adelante una película que pueda salir en cinemas, ese sería el primer gran paso. El problema a solucionar es que aún hay desconocimiento entre ambas regiones", puntualizó.

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