MEXICO, 28 jun (Xinhua) -- La científica mexicana Mayra García Sánchez, de la Universidad de Guadalajara (UdeG) en México, desarrolló un cultivo de bacterias que se alimentan con pulpa de mango y, una vez que los microorganismos consumen la fruta, producen un biopolímero que puede ser útil para el sector salud.
"La idea de utilizar mango para producir celulosa bacteriana surgió a raíz de observar la problemática de esta fruta y su desperdicio, además, se observó que la cantidad de azúcar del mango era ideal para alimentar a la bacteria", dijo la experta en procesos biotecnológicos, en un comunicado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) emitido este jueves.
En medicina, los polímeros biodegradables ofrecen un gran potencial para la administración controlada de fármacos y heridas; por ejemplo, adhesivos, suturas, mallas quirúrgicas, dispositivos ortopédicos y para aplicaciones dentales, según expertos.
El proyecto, detalló García Sánchez, consiste en crear un medio de cultivo para una bacteria a partir del desperdicio de mango, con lo que se reduce alrededor del 65 por ciento el costo de producción en este biopolímero: la celulosa bacteriana.
La celulosa tiene distintos usos, pues al ser un material de alta pureza puede emplearse en el sector salud, además, tiene alta capacidad de retención de fluidos y podría usarse para tratamientos de piel.
"Su alta permeabilidad permite que en heridas cutáneas ayude a la regeneración o cicatrización, o como recubrimiento en úlceras de pie diabético, por ejemplo", comentó.
Asimismo, mencionó que este biopolímero se puede mezclar con otros compuestos que no sean afines a líquidos para crear nuevos materiales que sí puedan absorber agua.
Según la científica, este biopolímero se elabora a nivel laboratorio y ya se le aplicaron pruebas fisicomecánicas y químicas para conocer las propiedades del material.
"En parte es ayudar a que la producción de mango que no se vende tenga utilidad, y en algún momento que esta aplicación del desperdicio agroindustrial llegue a beneficiar incluso a los productores y que podamos usar ese desperdicio a tal escala que todos tengan un beneficio", dijo.
La materia prima para la celulosa se obtiene de sembradíos del municipio de Amatitán, localizado en las cercanías del pueblo de Tequila, en el estado de Jalisco (occidente).
El proyecto de la científica, "Manufactura aditiva y aplicación biomédica de celulosa bacteriana obtenida de nutrientes alternos", obtuvo apoyo del Conacyt de México.