ESPECIAL: Incertidumbre electoral afecta a economía brasileña y retrasa recuperación para 2019

Spanish.xinhuanet.com   2018-06-16 08:40:11

BRASILIA, 15 jun (Xinhua) -- A menos de cuatro meses de los comicios presidenciales de octubre, la incertidumbre sobre el escenario electoral retrasa la recuperación económica en Brasil, que debe ganar impulso cuando haya una tendencia más definida sobre el rumbo político del país a partir del 2019.

El año pasado, la economía brasileña consiguió dejar atrás un profundo ciclo recesivo, con un crecimiento de 1 por ciento después de dos años consecutivos de caída de 3,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Este año, sin embargo, la recuperación se muestra más lenta que lo esperado, en gran medida impactada por la falta de definición sobre el futuro político del país, que busca superar un período convulsivo, con crisis sucesivas.

Para el economista José Luiz Pagnussat, del Consejo Federal de Economía (Cofecon), los inversores aún no han tomado posición sobre qué candidato apoyarán, manteniéndose a la expectativa de mayores definiciones.

"No hay claridad sobre el escenario para 2019, por lo que yo diría que el mercado está a la espera, sin que haya una turbulencia tan fuerte ni una expectativa positiva. Está más en una posición neutra que pendiendo a un lado u otro", consideró.

Según él, la reducción en las estimaciones de crecimiento este año, que pasaron de 3 a 2 por ciento en las últimas semanas, está vinculada a la incerteza electoral.

"El empresario está invirtiendo menos, hay una acomodación de los inversores. Cuando comiencen a definirse mejor las perspectivas del futuro debe haber una reactivación de la economía más fuerte", señaló.

El cuadro electoral es de una fuerte dispersión, sin definición de alianzas, lo que provoca confusión e impide que el electorado comience a tomar posiciones más firmes.

El desgaste de la dirigencia política brasileña en todos sus matices ha impedido que los partidos puedan presentar candidaturas fuertes, lo que se refleja en las encuestas en un alto porcentaje de electores que pretenden anular su voto.

Además, la condena del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril pasado, que lideraba las preferencias de los electores, sumó mayor indefinición al pleito electoral.

Por otro lado, el crecimiento débil y el alto desempleo redujeron el apoyo a las reformas de corte liberal impulsadas por el gobierno de Michel Temer, lo que dificulta las aspiraciones de los candidatos que defienden ese programa.

En un informe enviado a clientes esta semana, el banco de inversiones BTG Pactual destacó la importancia de las convenciones partidarias que definirán los candidatos y alianzas, entre el 20 de julio y el 5 de agosto.

"Ese será el primer gran evento de campaña de este año y potencialmente decisivo", subraya el informe.

"Dado que la mayoría de los partidos en Brasil es de centro derecha o de centroizquierda, pueden fácilmente optar por coaliciones en ambos lados del espectro político, dificultando la anticipación de qué camino seguir", agrega.

Las opciones que pueden contar con el apoyo del mercado financiero incluyen al candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL); el ex ministro de Hacienda de Temer, Henrique Meirelles, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB); al ex gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB).

Otra opción bien vista por el mercado sería la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, del partido Red Sustentabilidad (Red), que viene mejorando su posición en las encuestas, y cuenta con un equipo de asesores económicos moderados.

En el campo de la centro izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT) asegura que mantendrá la candidatura de Lula da Silva, a pesar de los obstáculos legales, y llama a formar una gran coalición alrededor de su nombre con los mayores partidos de izquierda.

Otro nombre que tiene chances de llegar a la segunda vuelta es el ex ministro de Integración Nacional Ciro Gomes, del Partido Laborista Democrático (PDT), que rechaza la privatización de empresas como Petrobras y defiende la necesidad de reindustrializar el país.

La dispersión electoral hace que los inversores, el sector productivo y los consumidores se retraigan, lo que se reflejó en los últimos meses en la caída de los indicadores de expectativas.

"Esto ya ocurrió en otras elecciones. Cuando comienza a definirse cuál será el futuro presidente, o por lo menos la tendencia, hay una reactivación más fuerte, y así debe ocurrir también este año", apuntó Pagnussat.

"Tenemos mucha capacidad ociosa de la economía y de la industria, una tasa de desempleo elevada, es decir, tenemos recursos y un espacio para crecimiento grande", recordó.

Si de la contienda electoral surge un escenario político más calmo en 2019, la tendencia es que finalmente la economía brasileña tenga una recuperación más intensa.

"Las inversiones este año volvieron a crecer, incluso en este escenario económico estagnado, mostrando que los empresarios ya se están preparando para eso", puntualizó.

En el campo de la inserción económica internacional, el economista espera que el año próximo Brasil continúe avanzando la cooperación, como viene ocurriendo, en especial con China, aunque haya una cierta incertidumbre en las relaciones comerciales con Estados Unidos y otros antiguos mercados, como el europeo.

"En las relaciones de Brasil con el mundo hay una tendencia a la estabilidad, porque los intereses económicos son muy fuertes. El agronegocio brasileño depende del mercado chino, y China continuará demandando nuestros productos", señaló.

Con relación a EEUU, la incerteza proviene no sólo de la decisión del presidente Donald Trump de aplicar tarifas sobre diversos productos, sino también por el perfil del comercio brasileño con ese país.

"Nuestra industria tiene dificultades para competir allá, y ellos no demandan nuestros productos agropecuarios, con excepción de naranjas y algunas otras cosas. Está siempre esa inseguridad, pero es un mercado grande y próximo, importante para Brasil, la relación puede variar pero no tiende a alterarse mucho", consideró.

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ESPECIAL: Incertidumbre electoral afecta a economía brasileña y retrasa recuperación para 2019

Spanish.xinhuanet.com 2018-06-16 08:40:11

BRASILIA, 15 jun (Xinhua) -- A menos de cuatro meses de los comicios presidenciales de octubre, la incertidumbre sobre el escenario electoral retrasa la recuperación económica en Brasil, que debe ganar impulso cuando haya una tendencia más definida sobre el rumbo político del país a partir del 2019.

El año pasado, la economía brasileña consiguió dejar atrás un profundo ciclo recesivo, con un crecimiento de 1 por ciento después de dos años consecutivos de caída de 3,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Este año, sin embargo, la recuperación se muestra más lenta que lo esperado, en gran medida impactada por la falta de definición sobre el futuro político del país, que busca superar un período convulsivo, con crisis sucesivas.

Para el economista José Luiz Pagnussat, del Consejo Federal de Economía (Cofecon), los inversores aún no han tomado posición sobre qué candidato apoyarán, manteniéndose a la expectativa de mayores definiciones.

"No hay claridad sobre el escenario para 2019, por lo que yo diría que el mercado está a la espera, sin que haya una turbulencia tan fuerte ni una expectativa positiva. Está más en una posición neutra que pendiendo a un lado u otro", consideró.

Según él, la reducción en las estimaciones de crecimiento este año, que pasaron de 3 a 2 por ciento en las últimas semanas, está vinculada a la incerteza electoral.

"El empresario está invirtiendo menos, hay una acomodación de los inversores. Cuando comiencen a definirse mejor las perspectivas del futuro debe haber una reactivación de la economía más fuerte", señaló.

El cuadro electoral es de una fuerte dispersión, sin definición de alianzas, lo que provoca confusión e impide que el electorado comience a tomar posiciones más firmes.

El desgaste de la dirigencia política brasileña en todos sus matices ha impedido que los partidos puedan presentar candidaturas fuertes, lo que se refleja en las encuestas en un alto porcentaje de electores que pretenden anular su voto.

Además, la condena del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril pasado, que lideraba las preferencias de los electores, sumó mayor indefinición al pleito electoral.

Por otro lado, el crecimiento débil y el alto desempleo redujeron el apoyo a las reformas de corte liberal impulsadas por el gobierno de Michel Temer, lo que dificulta las aspiraciones de los candidatos que defienden ese programa.

En un informe enviado a clientes esta semana, el banco de inversiones BTG Pactual destacó la importancia de las convenciones partidarias que definirán los candidatos y alianzas, entre el 20 de julio y el 5 de agosto.

"Ese será el primer gran evento de campaña de este año y potencialmente decisivo", subraya el informe.

"Dado que la mayoría de los partidos en Brasil es de centro derecha o de centroizquierda, pueden fácilmente optar por coaliciones en ambos lados del espectro político, dificultando la anticipación de qué camino seguir", agrega.

Las opciones que pueden contar con el apoyo del mercado financiero incluyen al candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL); el ex ministro de Hacienda de Temer, Henrique Meirelles, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB); al ex gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB).

Otra opción bien vista por el mercado sería la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, del partido Red Sustentabilidad (Red), que viene mejorando su posición en las encuestas, y cuenta con un equipo de asesores económicos moderados.

En el campo de la centro izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT) asegura que mantendrá la candidatura de Lula da Silva, a pesar de los obstáculos legales, y llama a formar una gran coalición alrededor de su nombre con los mayores partidos de izquierda.

Otro nombre que tiene chances de llegar a la segunda vuelta es el ex ministro de Integración Nacional Ciro Gomes, del Partido Laborista Democrático (PDT), que rechaza la privatización de empresas como Petrobras y defiende la necesidad de reindustrializar el país.

La dispersión electoral hace que los inversores, el sector productivo y los consumidores se retraigan, lo que se reflejó en los últimos meses en la caída de los indicadores de expectativas.

"Esto ya ocurrió en otras elecciones. Cuando comienza a definirse cuál será el futuro presidente, o por lo menos la tendencia, hay una reactivación más fuerte, y así debe ocurrir también este año", apuntó Pagnussat.

"Tenemos mucha capacidad ociosa de la economía y de la industria, una tasa de desempleo elevada, es decir, tenemos recursos y un espacio para crecimiento grande", recordó.

Si de la contienda electoral surge un escenario político más calmo en 2019, la tendencia es que finalmente la economía brasileña tenga una recuperación más intensa.

"Las inversiones este año volvieron a crecer, incluso en este escenario económico estagnado, mostrando que los empresarios ya se están preparando para eso", puntualizó.

En el campo de la inserción económica internacional, el economista espera que el año próximo Brasil continúe avanzando la cooperación, como viene ocurriendo, en especial con China, aunque haya una cierta incertidumbre en las relaciones comerciales con Estados Unidos y otros antiguos mercados, como el europeo.

"En las relaciones de Brasil con el mundo hay una tendencia a la estabilidad, porque los intereses económicos son muy fuertes. El agronegocio brasileño depende del mercado chino, y China continuará demandando nuestros productos", señaló.

Con relación a EEUU, la incerteza proviene no sólo de la decisión del presidente Donald Trump de aplicar tarifas sobre diversos productos, sino también por el perfil del comercio brasileño con ese país.

"Nuestra industria tiene dificultades para competir allá, y ellos no demandan nuestros productos agropecuarios, con excepción de naranjas y algunas otras cosas. Está siempre esa inseguridad, pero es un mercado grande y próximo, importante para Brasil, la relación puede variar pero no tiende a alterarse mucho", consideró.

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