(Rusia 2018) ESPECIAL: Afición rusa y mexicana disfrutan silbatazo inicial en CDMX

Spanish.xinhuanet.com   2018-06-15 07:00:17

MEXICO, 14 jun (Xinhua) -- A casi 11.000 kilómetros de su país natal, la rusa Anya Shevtsova siguió entusiasmada por la televisión el triunfo por goleada de su selección, este jueves, en el partido inaugural de la Copa Mundial Rusia 2018.

Lo hizo acompañada por su novio, el mexicano Luis Merino, pero rodeada de aficionados igualmente animados por el comienzo del torneo que cada cuatro años coloca al fútbol en el centro de las conversaciones.

Tan lejos de Moscú, todos ellos eligieron disfrutar del partido de Rusia ante Arabia Saudita entre empanadas de carne o sopa de res con betabel para sentirse a tono con el país anfitrión, en un restaurante ruso en el céntrico y tradicional barrio Santa María la Ribera de la Ciudad de México.

"Estoy sorprendida con mis jugadores, porque no tenía mucha fe, pero lo hicieron bien y estoy en un lugar donde puedo comer mi comida. Se siente bien", expresó Anya, avecindada en la capital del país desde hace dos años y empleada de una escuela de idiomas.

Su novio, quien trabaja en una aerolínea, contó que quisieron seguir la inauguración del campeonato saboreando la gastronomía rusa, y por eso visitaron el Kolobok, uno de los tres o cuatro negocios de comida de aquel país que hay en toda la ciudad.

En cuanto el balón comenzó a rodar en el estadio de Luzhnikí de la capital rusa, los platos con sopa "borshch", canapés o rebanadas de pastel de miel empezaron a circular por las mesas del pequeño local, adornado con las banderas de las 32 selecciones mundialistas.

Contagiado de la emoción del mes del fútbol, José Luis Hernández, un empleado telefonista jubilado, miraba el televisor portando un "shapka", el típico gorro ruso, que compró meses atrás en la feria de las culturas amigas que organiza la ciudad.

"Uno espera que el optimismo que uno siente contagie a todo el mundo", manifestó el hombre de 70 años que iba acompañado de su hijo.

Mientras el televisor transmitía a los seleccionados rusos Cheryshev y Golovin dar cuenta de Arabia Saudita en un cotejo que terminó 5-0, de la cocina salían empanadas, platos con ensalada de col agria y tasas de café.

La fiebre de Rusia 2018 atrajo desde hace varios días la atención de los mexicanos hacia el restaurante, abierto en 2002 por la familia Leonov, tras dejar su país, y es una especie de centro de reunión para rusos durante los fines de semana, señaló la gerente, Gloria Rodríguez.

"Hay mucha curiosidad por el Mundial, la gente nos habla preguntando los horarios y si tenemos descuentos durante los partidos", agregó la encargada.

El ambiente de hoy en el negocio, ubicado en una esquina frente a la tradicional plaza del barrio, es botón de muestra de la afluencia que los restaurantes de la capital y el país tendrán durante el torneo de fútbol, el deporte más seguido en México.

A pesar de que los juegos serán en su mayoría por la mañana, ante la diferencia del horario con Rusia, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) dijo a Xinhua que estima ventas diarias por 600 millones de pesos (28,7 millones de dólares) a nivel nacional durante la Copa Mundial, un 10 por ciento más que en días normales.

Expuso que precisamente serán las cafeterías y los pequeños restaurantes con televisiones los beneficiados por los horarios de las transmisiones, dentro de una fiebre mundialista que también abarca la instalación de pantallas en plazas públicas de la ciudad para que la gente siga los partidos de la selección mexicana.

"Me gusta mucho que sea en un país tan distinto, una cultura muy diferente de la que se aprende ahora mucho con todo lo que están pasando de Rusia", comentó Adrián Hernández, otro aficionado mexicano que vio el partido acompañado por su esposa y dos pequeños hijos.

Para Anya, de 23 años, el campeonato es un buen pretexto para que los mexicanos sepan más sobre la cultura rusa, como ella ha ido descubriendo la de México, a raíz de que conoció a su novio en Finlandia, y decidieron vivir juntos en la capital de este país.

"Estoy segura de que la gente que fue al Mundial le va a gustar bastante mi país (...) lo que más me interesa es que la gente aprenda más cosas y pueda disfrutar de este momento", concluyó la joven rusa.

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(Rusia 2018) ESPECIAL: Afición rusa y mexicana disfrutan silbatazo inicial en CDMX

Spanish.xinhuanet.com 2018-06-15 07:00:17

MEXICO, 14 jun (Xinhua) -- A casi 11.000 kilómetros de su país natal, la rusa Anya Shevtsova siguió entusiasmada por la televisión el triunfo por goleada de su selección, este jueves, en el partido inaugural de la Copa Mundial Rusia 2018.

Lo hizo acompañada por su novio, el mexicano Luis Merino, pero rodeada de aficionados igualmente animados por el comienzo del torneo que cada cuatro años coloca al fútbol en el centro de las conversaciones.

Tan lejos de Moscú, todos ellos eligieron disfrutar del partido de Rusia ante Arabia Saudita entre empanadas de carne o sopa de res con betabel para sentirse a tono con el país anfitrión, en un restaurante ruso en el céntrico y tradicional barrio Santa María la Ribera de la Ciudad de México.

"Estoy sorprendida con mis jugadores, porque no tenía mucha fe, pero lo hicieron bien y estoy en un lugar donde puedo comer mi comida. Se siente bien", expresó Anya, avecindada en la capital del país desde hace dos años y empleada de una escuela de idiomas.

Su novio, quien trabaja en una aerolínea, contó que quisieron seguir la inauguración del campeonato saboreando la gastronomía rusa, y por eso visitaron el Kolobok, uno de los tres o cuatro negocios de comida de aquel país que hay en toda la ciudad.

En cuanto el balón comenzó a rodar en el estadio de Luzhnikí de la capital rusa, los platos con sopa "borshch", canapés o rebanadas de pastel de miel empezaron a circular por las mesas del pequeño local, adornado con las banderas de las 32 selecciones mundialistas.

Contagiado de la emoción del mes del fútbol, José Luis Hernández, un empleado telefonista jubilado, miraba el televisor portando un "shapka", el típico gorro ruso, que compró meses atrás en la feria de las culturas amigas que organiza la ciudad.

"Uno espera que el optimismo que uno siente contagie a todo el mundo", manifestó el hombre de 70 años que iba acompañado de su hijo.

Mientras el televisor transmitía a los seleccionados rusos Cheryshev y Golovin dar cuenta de Arabia Saudita en un cotejo que terminó 5-0, de la cocina salían empanadas, platos con ensalada de col agria y tasas de café.

La fiebre de Rusia 2018 atrajo desde hace varios días la atención de los mexicanos hacia el restaurante, abierto en 2002 por la familia Leonov, tras dejar su país, y es una especie de centro de reunión para rusos durante los fines de semana, señaló la gerente, Gloria Rodríguez.

"Hay mucha curiosidad por el Mundial, la gente nos habla preguntando los horarios y si tenemos descuentos durante los partidos", agregó la encargada.

El ambiente de hoy en el negocio, ubicado en una esquina frente a la tradicional plaza del barrio, es botón de muestra de la afluencia que los restaurantes de la capital y el país tendrán durante el torneo de fútbol, el deporte más seguido en México.

A pesar de que los juegos serán en su mayoría por la mañana, ante la diferencia del horario con Rusia, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) dijo a Xinhua que estima ventas diarias por 600 millones de pesos (28,7 millones de dólares) a nivel nacional durante la Copa Mundial, un 10 por ciento más que en días normales.

Expuso que precisamente serán las cafeterías y los pequeños restaurantes con televisiones los beneficiados por los horarios de las transmisiones, dentro de una fiebre mundialista que también abarca la instalación de pantallas en plazas públicas de la ciudad para que la gente siga los partidos de la selección mexicana.

"Me gusta mucho que sea en un país tan distinto, una cultura muy diferente de la que se aprende ahora mucho con todo lo que están pasando de Rusia", comentó Adrián Hernández, otro aficionado mexicano que vio el partido acompañado por su esposa y dos pequeños hijos.

Para Anya, de 23 años, el campeonato es un buen pretexto para que los mexicanos sepan más sobre la cultura rusa, como ella ha ido descubriendo la de México, a raíz de que conoció a su novio en Finlandia, y decidieron vivir juntos en la capital de este país.

"Estoy segura de que la gente que fue al Mundial le va a gustar bastante mi país (...) lo que más me interesa es que la gente aprenda más cosas y pueda disfrutar de este momento", concluyó la joven rusa.

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