Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 2 jun (Xinhua) -- Al jugador uruguayo Richard "Chengue" Morales todavía se le recuerda por su fallido cabezazo casi al final del partido contra la selección de Senegal, cuando el marcador estaba empatado 3-3, cuyo gol hubiera significado la victoria y la clasificación a octavos en la Copa Mundial de Corea-Japón 2002.
"Hasta hoy no me olvido porque la gente me lo recuerda", se lamentó Morales entrevistado por Xinhua, sin ocultar su ilusión por lo que ahora logre la selección "celeste" con Luis Suárez y Edinson Cavani entre sus filas en Rusia 2018.
Más allá de los "sinsabores", nadie arrebatará al "Chengue" haber vestido la camiseta de la selección de Uruguay, lo que era un sueño cuando debutaba en un club de tercera división a los 21 años de edad.
Richard se convirtió en símbolo de la clasificación mundialista en 2001, al marcar dos goles en el partido de vuelta de la repesca ante Australia, tras dos mundiales de ausencia del seleccionado uruguayo, equipo dos veces campeón del mundo y 15 a nivel continental.
Pero la Copa Mundial de 2002 guardaba al "Chengue" un protagonismo inesperado.
El Mundial es "una de las cosas más lindas que me tocó vivir en el fútbol", por "todo el sacrificio que uno había pasado durante las juveniles y el proceso de primera división", explicó Morales, hoy de 43 años.
El futbolista "charrúa" expresó que sin duda, una Copa Mundial "es el premio máximo para un jugador de fútbol".
En aquel Mundial de 2002, el seleccionado uruguayo perdió 2-1 contra el conjunto de Dinamarca y empató 0-0 contra el equipo de Francia en los primeros dos partidos mundialistas.
Los resultados obligaban entonces a los uruguayos a una victoria ante Senegal dentro del grupo A para pasar a la siguiente ronda.
Las selecciones de Uruguay y Senegal jugaron el 11 de junio de aquel año en el estadio de Suwon, encuentro donde el equipo africano hacía añicos las ilusiones uruguayas al culminar el primer tiempo.
El marcador registraba un aplastante 3-0 en favor de Senegal con goles de Khalilou Fadiga a los minutos 20 y 26, así como de Papa Bouba Diop en el minuto 38 de la primera mitad.
Las variantes del entretiempo ordenadas por el técnico Víctor Púa motivaron una reacción uruguaya desde el arranque del segundo tiempo con la incorporación de Morales y Diego Forlán.
Morales descontó el marcador (3-1) recién ingresado al campo, apenas a los 16 segundos de iniciada esa segunda mitad, el récord de anotación más rápida para un suplente.
Forlán a su vez acortó distancias (3-2) al minuto 69 del tiempo complementario, mientras que Alvaro "Chino" empataba el marcador (3-3) en tiro penal al minuto 88 casi al final del encuentro.
Para completar la hazaña, el "Chengue", de 1,97 metros de estatura, saltó para cabecear un balón tras un rebote, a un metro de la línea de gol de frente al arco y con el arquero senegalés incorporándose, pero cabeceó a más de un metro desviado del palo.
La imagen del técnico Púa quedó para la posteridad, al hacer el gesto instintivo del cabezazo fallido.
"Pierdo la referencia del arco y de la pelota. Me agacho para que pase, la tengo casi en la cabeza y atiné a cabecear recto, y el arco estaba un poco corrido", narró Morales un poco en defensa.
El jugador explicó en diálogo con Xinhua que son circunstancias y cosas del juego, "que a veces no tenés explicación de cómo podés errar un gol así, pero me tocó errar".
El ex atacante del club uruguayo Nacional de Montevideo, así como de los españoles Osasuna y Málaga, lamentó que "siempre se acuerdan de lo último, sea malo o bueno, y en este caso lo último en la selección fue haber errado ese gol".
"Nadie se acuerda que entré cuando íbamos perdiendo 3-0 y que nos pusimos 3-3, y que la 'remamos' hasta el final", agregó.
El "Chengue" narró que trató de alejarse "un poco de esa situación", porque un jugador no falla un gol por gusto y menos cuando se trata de clasificar.
Recordó, además, que el plantel uruguayo era "muy competitivo" en 2002 y que "si hubiésemos pasado, seguramente podíamos haber llegado lejos. Pero eso nunca se va a saber, porque capaz que pasas y en el próximo partido quedas fuera".
El jugador habló también del actual proceso del seleccionado bajo la tutela del entrenador Oscar Tabárez, quien le ha dado orden fuera y dentro de la cancha.
"Tienen un nivel de confort muy bueno, todo lo que necesita una selección para poder competir al máximo nivel", además de que "todos los uruguayos estamos contentos por lo que vienen haciendo", valoró.
Sostuvo que "ojalá que siga por este camino" el grupo que alcanzó el cuarto puesto en la Copa Mundial de Sudáfrica 2010 y que obtuvo la Copa América en 2011.
El sacrificado delantero que se desempeñó como asistente del técnico Paolo Montero en el club argentino Rosario Central no pierde oportunidad de transmitirle a los jóvenes que "todo depende de uno", y que hay que prepararse para "las verdes y las maduras".
"Hay que estar preparado para cuando a uno lo llamen y le digan que tiene que entrar; para ser suplente, titular; para ser un buen compañero de grupo, y eso es lo primordial", reflexionó Morales, quien en la cancha erró y anotó, pero nunca dio una pelota por perdida.
"Nunca sabes cuándo te va a llegar tocar la hora de participar o de salir del equipo. Esa es una de las cosas más difíciles del fútbol", expresó.