Prueba de gratificación aplazada, lejos de ser una guía sobre éxito en la vida, afirma estudio

Spanish.xinhuanet.com   2018-05-26 02:25:11

WASHINGTON, 25 may (Xinhua) -- Un estudio que reproduce el famoso experimento psicológico de la "prueba del malvavisco", concebida para medir el autocontrol de los niños, señala que la capacidad para aplazar la gratificación a temprana edad podría no resultar tan predictiva de éxitos posteriores en la vida como se pensaba con anterioridad.

En un estudio publicado hoy en la revista Psychological Science, investigadores de la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York emplearon una muestra más grande y más diversa de niños para reexaminar la prueba del malvavisco y determinar si de hecho predice resultados cognitivos y de comportamiento de largo plazo.

La prueba del malvavisco, realizada a fines de los sesenta y principios de los setenta por el psicólogo de Stanford Walter Mischel, pedía a los niños elegir entre una recompensa pequeña (un malvavisco) suministrada de inmediato y dos recompensas pequeñas (dos malvaviscos) si lograban esperar cerca de 15 minutos.

Posteriormente, Mischel indicó que los niños que podían esperar más tiempo por las recompensas preferidas tendían a tener mejores resultados de vida medidos, por ejemplo, con las calificaciones de los exámenes, los logros académicos e el índice de masa corporal.

Tyler W. Watts, profesor asistente de investigación y académico de postdoctorado de la Universidad de Nueva York, y sus colegas descubrieron que aunque la capacidad para resistir la tentación y para esperar más tiempo para comerse un malvavisco u otra cosa sí predice las habilidades matemáticas y de lectura de los adolescentes, la relación era pequeña y desaparecía cuando los investigadores controlaban las características de la familia y el entorno temprano del niño.

Además no hubo indicios de que pudiera predecir comportamientos o medidas de personalidad posteriores.

Por lo tanto, los investigadores concluyeron que las intervenciones concentradas únicamente en enseñar a los niños a demorar la gratificación son muy probablemente ineficaces.

"Nuestros hallazgos indican que una intervención que altere la capacidad del niño para aplazar, pero que no cambie las capacidades cognitivas y de comportamiento más generales probablemente tendrá un efecto muy reducido sobre resultados posteriores", dijo Watts.

"Si quienes desarrollan intervenciones desean generar el tipo de mejoras vinculadas con el estudio original de los malvaviscos, quizás resulte más fructífero abordar las habilidades cognitivas y de comportamiento más amplias relacionadas con el aplazamiento de la gratificación", dijo Watts.

El equipo de Watts utilizó 918 niños, una muestra mayor y geográficamente diversa.

Los investigadores también crearon una submuestra basada en la educación de la madre y se concentraron mucho en el análisis de los niños cuyas madres no habían terminado la universidad al momento del nacimiento del niño.

Esta submuestra representó mejor la composición racial y económica de la población más amplia de niños en Estados Unidos. En contraste, los participantes en el experimento original estuvieron limitados a los niños de la comunidad de la Universidad de Stanford.

"Estos nuevos hallazgos no deben interpretarse de manera que se crea que aplazar la gratificación carece por completo de importancia, sino más bien que concentrarse únicamente en enseñar a los niños pequeños a aplazar la gratificación podría no constituir una gran diferencia", dijo Watts.

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Prueba de gratificación aplazada, lejos de ser una guía sobre éxito en la vida, afirma estudio

Spanish.xinhuanet.com 2018-05-26 02:25:11

WASHINGTON, 25 may (Xinhua) -- Un estudio que reproduce el famoso experimento psicológico de la "prueba del malvavisco", concebida para medir el autocontrol de los niños, señala que la capacidad para aplazar la gratificación a temprana edad podría no resultar tan predictiva de éxitos posteriores en la vida como se pensaba con anterioridad.

En un estudio publicado hoy en la revista Psychological Science, investigadores de la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York emplearon una muestra más grande y más diversa de niños para reexaminar la prueba del malvavisco y determinar si de hecho predice resultados cognitivos y de comportamiento de largo plazo.

La prueba del malvavisco, realizada a fines de los sesenta y principios de los setenta por el psicólogo de Stanford Walter Mischel, pedía a los niños elegir entre una recompensa pequeña (un malvavisco) suministrada de inmediato y dos recompensas pequeñas (dos malvaviscos) si lograban esperar cerca de 15 minutos.

Posteriormente, Mischel indicó que los niños que podían esperar más tiempo por las recompensas preferidas tendían a tener mejores resultados de vida medidos, por ejemplo, con las calificaciones de los exámenes, los logros académicos e el índice de masa corporal.

Tyler W. Watts, profesor asistente de investigación y académico de postdoctorado de la Universidad de Nueva York, y sus colegas descubrieron que aunque la capacidad para resistir la tentación y para esperar más tiempo para comerse un malvavisco u otra cosa sí predice las habilidades matemáticas y de lectura de los adolescentes, la relación era pequeña y desaparecía cuando los investigadores controlaban las características de la familia y el entorno temprano del niño.

Además no hubo indicios de que pudiera predecir comportamientos o medidas de personalidad posteriores.

Por lo tanto, los investigadores concluyeron que las intervenciones concentradas únicamente en enseñar a los niños a demorar la gratificación son muy probablemente ineficaces.

"Nuestros hallazgos indican que una intervención que altere la capacidad del niño para aplazar, pero que no cambie las capacidades cognitivas y de comportamiento más generales probablemente tendrá un efecto muy reducido sobre resultados posteriores", dijo Watts.

"Si quienes desarrollan intervenciones desean generar el tipo de mejoras vinculadas con el estudio original de los malvaviscos, quizás resulte más fructífero abordar las habilidades cognitivas y de comportamiento más amplias relacionadas con el aplazamiento de la gratificación", dijo Watts.

El equipo de Watts utilizó 918 niños, una muestra mayor y geográficamente diversa.

Los investigadores también crearon una submuestra basada en la educación de la madre y se concentraron mucho en el análisis de los niños cuyas madres no habían terminado la universidad al momento del nacimiento del niño.

Esta submuestra representó mejor la composición racial y económica de la población más amplia de niños en Estados Unidos. En contraste, los participantes en el experimento original estuvieron limitados a los niños de la comunidad de la Universidad de Stanford.

"Estos nuevos hallazgos no deben interpretarse de manera que se crea que aplazar la gratificación carece por completo de importancia, sino más bien que concentrarse únicamente en enseñar a los niños pequeños a aplazar la gratificación podría no constituir una gran diferencia", dijo Watts.

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