Por Cristóbal Chávez Bravo
Imagen del 14 de mayo de 2018 de la artesana María Angélica Reyes mostrando una de sus creaciones de bisutería ecológica y sustentable, en la comuna Navidad de la provincia de Cardenal Caro, en la Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, Chile. Desde hace algunos meses, varias mujeres, originarias en su mayoría de localidades rurales cercanas a Navidad, se dieron cuenta de que pese a la riqueza natural de la zona, no tenían un producto o concepto que las identificara. Las artesanas recibieron por ese motivo capacitación de un equipo de profesionales, con la finalidad de plasmar la identidad de Navidad a través de su creaciones. La capacitación fue proporcionada por un equipo de la Escuela de Ecoturismo y del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello, con financiamiento del gobierno de la región central de O´Higgins. Lo que nació con la necesidad de capturar la esencia de Navidad, se transformó en una simbiosis entre arte y funcionalidad en prendas de vestir, accesorios y bisutería. María Angélica Reyes, era secretaria de ocupación, pero tras participar en los cursos de capacitación, descubrió que podía diseñar bisutería ecológica y sustentable. Elabora collares, anillos, aros y pulseras con una particular materia prima consistente en discos compactos reciclados, así como incrustaciones de cochayuyo, un alga comestible rica en yodo que está presente en las vastas costas del Pacífico chileno. (Xinhua/Jorge Villegas)
NAVIDAD, Chile, 22 may (Xinhua) -- Patricia Rojas es una de la varias artesanas chilenas que capturan con sus propias manos el movimiento de las olas, la textura de las algas marinas y el color de las hojas en la confección de telares, bisutería y mobiliario.
"Pensamos qué es lo que tenemos en el entorno, y en el entorno lo que tenemos es el mar, el cielo y la tierra", reflexionó Rojas en entrevista con Xinhua al hablar de su trabajo artesanal.
Esta artesana es también presidenta de la agrupación de confeccionadoras de telares de Navidad, pueblo que dista a dos horas al sur de la ciudad chilena de Santiago y que es bañado por el frío océano Pacífico austral.
Desde hace algunos meses, Rojas junto con otras mujeres, originarias en su mayoría de localidades rurales cercanas a Navidad, se dieron cuenta de que pese a la riqueza natural de la zona, no tenían un producto o concepto que las identificara.
Las artesanas recibieron por ese motivo capacitación de un equipo de profesionales, con la finalidad de plasmar la identidad de Navidad a través de su creaciones.
La capacitación fue proporcionada por un equipo de la Escuela de Ecoturismo y del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello, con financiamiento del gobierno de la región central de O´Higgins.
"Antes hacíamos siempre lo mismo", se regaña Rojas, quien tras recibir la preparación comenzó a observar su entorno y a plasmarlo en sus obras.
"La idea es que tengan la idiosincrasia nuestra, que sepan que los tejidos son de Navidad, que tenemos un nombre y una visión hacia afuera", recalcó Rojas.
Esta persona aprendió a trabajar la lana como lo hacía su bisabuela en Chiloé, un archipiélago del sur chileno conocido en el mundo por su belleza.
Las telaristas, cuyas manos delatan las horas dedicadas al oficio, realizan el proceso completo de la confección con lana, es decir, la hilan, la cardan, la hilvanan, la tiñen y la tejen.
Otra de las artesanas del pueblo que se asoma entre montañas y valles, Josefina Villegas, compartió con orgullo para Xinhua: "Yo le doy vida a la lana".
Villegas, al igual que varias de las otras artesanas, vivió su infancia en el campo, junto a su abuela, con quien recolectaba hierbas.
En la actualidad, la mujer mantiene la tradición y las hierbas las utiliza para teñir la lana, con un método sustentable y compatible con el medio ambiente.
Estas mujeres artesanas no necesitan salir de Navidad para encontrar inspiración, solo mirar las lomas, las quebradas y los bellos parajes de la localidad, que a mediados del siglo XIX fue visitada y estudiada por el naturalista inglés, Charles Darwin.
Boldo, quillay y michay, son algunas de las hojas que emplea Villegas para colorear las prendas de lana que ella misma confecciona, totalmente naturales y ecológicas, y hasta milenarias en algunos casos por la raigambre de la planta.
Las artesanas explican que se puede utilizar casi cualquier cosa para teñir, incluso la cáscara de una cebolla, aunque los habitantes de esta localidad no solo elaboran telas.
Otro ejemplo creativo es el de María Angélica Reyes, quien es secretaria de ocupación, pero tras participar en los cursos de capacitación, descubrió que podía diseñar bisutería ecológica y sustentable.
Elabora collares, anillos, aros y pulseras con una particular materia prima consistente en discos compactos reciclados, así como incrustaciones de cochayuyo, un alga comestible rica en yodo que está presente en las vastas costas del Pacífico chileno.
"El proceso es un poco largo. Viene con la limpieza de los discos, la recolección del cochayuyo en las costas de la comuna de Navidad y luego viene el diseño, el prensado del disco y las terminaciones como el pulido", destacó Reyes.
Comentó a Xinhua que las personas quedan sorprendidas al ver estos accesorios, al no creer que están hechos con discos reciclados y cochayuyos.
El cochayuyo no solo se emplea en los discos compactos, sino también en accesorios decorativos de madera de alta gama.
Un ejemplo de ello son los trabaos de Jacqueline Véliz, quien utiliza sus conocimientos en carpintería para tallar la madera y crear accesorios con incrustaciones de esta alga de color marrón oscuro y de textura esponjosa.
Véliz, singular creadora, se vanagloria de transformar un trozo de madera en arte.
Otro caso digno de mención es el de la artesana Johanna Ortiz, quien elabora mobiliario tradicional exclusivamente con papel reciclado.
Cestos, lámparas y adornos se exhiben en su casa, que a semejanza de las telaristas, les da el color con elementos naturales como hojas de nogal, que es uno de sus tintes naturales predilectos.
Lo que nació con la necesidad de capturar la esencia de Navidad, se transformó en una simbiosis entre arte y funcionalidad en prendas de vestir, accesorios y bisutería.
Las artesanas capturan la belleza del entorno tal como lo ha hecho una decena de escritores chilenos, como los premios Nobel de Literatura Pablo Neruda y Gabriela Mistral o la cantautora, recopiladora y también artesana, Violeta Parra.
Parra logró incluso llevar sus arpilleras al Museo de Artes Decorativas del Louvre en Francia, convirtiéndose en la primera latinoamericana en exponer en ese sitio.
La cantautora empleó como fuente de inspiración en sus tejidos y bordados, los mismos elementos que las mujeres de Navidad, cuyos trabajos quizá también podamos ver algún día en el recinto parisino.
El entorno chileno ha sido la materia prima de inspiración de estas mujeres chilenas: aire, mar y tierra.
