MADRID, 18 may (Xinhua) -- Los 1,95 millones de musulmanes que residen actualmente en España iniciaron el jueves su mes sagrado, el Ramadán, pidiendo al resto de la población "comprensión y respeto" por las condiciones especiales que vivirán durante los próximos treinta días.
"Es un mes de renovación espiritual donde se manifiesta la solidaridad y la cercanía a Allah (Dios) por cumplir un pilar de los cinco pilares de culto islámico", explicó el imán de la Mezquita Central de Madrid y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España, Riay Tatary, en entrevista exclusiva con Xinhua.
La festividad se lleva a cabo para celebrar la revelación divina del Corán (el libro sagrado del islam) a través del Angel Gabriel a su profeta Mahoma, quien lo transmitió al resto de la humanidad.
El también presidente de la Comisión Islámica de España pide al resto de españoles no musulmanes que arropen a sus conciudadanos mientras cumplen con el pilar del Ramadán, que se une a los otros cuatro preceptos básicos como la profesión de fe musulmana, la oración cinco veces al día, la limosna y la peregrinación a la ciudad santa de La Meca, en Arabia Saudí.
En especial, se le pide a las empresas e instituciones que puedan facilitar el modo de vida musulmán durante estos treinta días en los que no podrán ingerir alimentos ni bebida, ni fumar, ni mantener relaciones desde el alba hasta la puesta del sol.
Normalizar este mes para el resto de la opinión pública española, opina, también podría servir para ampliar el conocimiento de qué significa realmente el Ramadán para los musulmanes.
"Por lo general, si están bien informados o tienen contacto con musulmanes, la reacción de la gente es buena. Pero si no, suele ser indiferente, pero siempre es aceptable", explica Tatary.
Recuerda además que hay ciertos grupos de personas que están eximidos de cumplir el Ramadán, como los niños, ancianos, embarazadas, parturientas, lactantes, mujeres con la menstruación y personas enfermas.
Sin embargo, el presidente de la Comisión Islámica de España también incide en que las ayudas a la mutua convivencia deben ser bidireccionales y les da ciertas directrices.
"Debemos entender que cuando nosotros nos reunimos y comenzamos las celebraciones, es la hora de descanso del resto de personas que no profesan nuestra fe. Por eso, debemos ser especialmente cuidadosos con los ruidos", concluye Tatary, que aboga por el respeto mutuo para la celebración plena del Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.