Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 6 may (Xinhua) -- La relación económica entre China y América Latina ha demostrado en la última década que es posible un crecimiento común entre regiones, que va más allá de injerencias en la política interna y de condiciones, apuntó el experto argentino, Martín Burgos.
En entrevista con Xinhua, el coordinador del Departamento de Economía del Centro Cultural de la Cooperación destacó los beneficios que ha traído para la región un acercamiento con China en materia de inversiones, comercio y nuevas formas de financiamiento para el desarrollo.
Burgos explica que China dirige iniciativas para financiar distintas áreas del desarrollo latinoamericano, como infraestructuras y energía, a las cuales se suman otros mecanismos como los acuerdos "swaps" que han permitido holgura a los países latinoamericanos en cuanto al manejo de sus reservas.
"El gran atractivo de la relación financiera con China es que ellos no te impiden el crecimiento sino que, al contrario, te prestan dinero para que como país puedas crecer", enfatizó el economista.
En su versión, China ofrece opciones de financiamiento "mucho más flexibles, sin meterse en la política interna de los países", hecho que contrasta con las políticas tradicionales de occidente.
"Eso alienta a que los países tomen esos préstamos hacia la perspectiva internacional de China", agregó.
Como ejemplo, mencionó la importación de maquinarias chinas a Argentina en el período del "default" del país sudamericano en 2001, cuando las empresas locales no podían ofrecer garantías para comprar maquinarias a las empresas estadounidenses o europeas.
"No había posibilidad de financiar esas compras y quien vino a reemplazar ese papel fue China, que le interesaba exportar esas maquinarias. Esto sirvió a los dos países, a Argentina porque ayudaba a su industrialización y a los chinos porque empezaban a exportar máquinas a escala grande", comentó, Burgos.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) entre 2005 y 2016 la región recibió inversiones provenientes de China por valor de 90.000 millones de dólares, un 5 por ciento del total de los fondos llegados en ese periodo.
A su vez, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló en un informe reciente que China generó 1,8 millones de empleos en América Latina a través del comercio, las inversiones y los proyectos de infraestructuras durante las últimas dos décadas.
Las empresas chinas han invertido decididamente en ámbitos como telecomunicaciones, alimentos y energías renovables, ayudando a la región a mejorar su infraestructura y a diversificar el consumo.
Según Burgos, hay un cambio en la estructura comercial entre China y América Latina, una vez que Beijing se ha encaminado a un rumbo de importaciones de productos de mayor valor agregado provenientes de América Latina.
A su vez, relata el experto, China ha incrementado desde el año 2000 sus exportaciones de tecnología y maquinarias hacia la región, lo cual evidencia que no es su interés únicamente ofrecer bienes de consumo.
"Eso habla mucho del cambio económico para América Latina, en el que si la región importa maquinaria no importan tantos bienes de consumo; eso además revela el proceso que está viviendo China, de mayor tecnificación", comentó.
"China se está tecnificando permanentemente, generando cada vez más tecnologías, mayor cantidad de patentes, gente que se doctora, mayor cantidad de estudiantes que van a China a profesionalizarse, es mayor el gasto del Estado en inversión en ciencia y tecnología", apuntó.
En términos de comercio, la relación bilateral, que sólo en 2016 reportó volúmenes de 260.000 millones de dólares, comienza a superar, según el experto, el tradicional enfoque de compra-venta de materias primas.
La propia depreciación de las materias primas ha conllevado a que China apunte a la región como un socio estratégico, además de abrirse como un destino atractivo para otro tipo de productos latinoamericanos con mayor valor agregado.
Según datos de las aduanas chinas, China está importando cada vez más productos agrícolas e industriales de la región, lo que ha mejorado la estructura del comercio entre ambas partes.
De acuerdo con la CEPAL, en el período de 2000 a 2017, los volúmenes de las exportaciones latinoamericanas y caribeñas a China subieron de un 1 a un 10 por ciento del total, y China ha sido el tercer mayor mercado para las exportaciones de la región.