BUENOS AIRES, 19 abr (Xinhua) -- La primera escuela pública totalmente sustentable de Argentina quedó inaugurada este jueves en la localidad de Mar Chiquita, 380 kilómetros al sur de Buenos Aires, tras 45 días de obra y la participación de cientos de voluntarios de todo el mundo.
El proyecto fue ideado por Tagma, una organización uruguaya sin ánimo de lucro y conformada por técnicos y profesionales que buscan implementar un modelo de escuela cuyo corazón sea un edificio autosustentable que minimice costos operativos y facilite que toda la comunidad aprenda sobre innovación y sustentabilidad.
"El modelo constructivo de (el arquitecto Michael) Reynolds plantea volverse hacia los fenómenos de la naturaleza, volverse hacia el sol, saber que los alimentos salen de la tierra, abastecernos con agua de la lluvia y sacar nuestra energía del sol", dijo a Xinhua Matías Rivero, uno de los encargados de la construcción y representante de Tagma.
Para el directivo, la idea de la organización era "hacer un edificio que le enseñe a los niños sobre los fenómenos de la naturaleza y nos hable de sustentabilidad, traer la sustentabilidad adentro de la educación pública, con todo lo que ello implica".
"Tenemos un edificio que, en su método constructivo, usa seis principios de sustentabilidad", de modo que es "autosustentable y eficiente energéticamente, no requiere ningún tipo de energía fósil para calentarse, para proveerse de agua, de luz o de alimentos. El método nos parece que es el que más se acerca a un concepto de sustentabilidad amplio y es muy útil para volverlo una herramienta pedagógica", añadió Rivero.
El proyecto vinculó a la empresa Earthship Biotecture de Reynolds, que aportó el método constructivo, con el sector público, a través de organismos del Estado, con el sector privado, encargado de la financiación, y con la sociedad civil, con el aporte de la comunidad y el sector académico.
El nuevo edificio de la Escuela Pública N°12 de Mar Chiquita tiene una superficie de 300 metros cuadrados aproximadamente y utiliza energía solar para su funcionamiento.
Además, cuenta con dos huertas orgánicas y un sistema de captación de agua de lluvia que abastece a la escuela y reutiliza el recurso de forma inteligente.
En la nueva escuela, más de 70 niños en edad escolar van a crecer aprendiendo en un edificio inteligente que les enseñará sobre protección del medio ambiente, uso responsable de recursos naturales, reciclaje y alimentación saludable además de cumplir con el programa de la educación primaria.
Con un 60 por ciento de materiales reciclados en su construcción, el edificio mantiene una temperatura estable de entre 18 y 25 grados durante todo el año, sin necesidad de fuentes artificiales de calor o enfriamiento.
Se trata de la segunda escuela construida dentro del programa, que realizó su primera obra en 2016 en la localidad uruguaya de Jaureguiberry.
Entre los colaboradores del proyecto estuvo la compañía Unilever, a través de su marca Ala para el lavado de ropa.
Karen Vizental, vicepresidente de Comunicaciones Corporativas y Sustentabilidad de Unilever Latinoamérica y Cono Sur, resaltó a Xinhua que "tener una escuela de estas características, donde empieza un nivel de aprendizaje distinto, donde los chicos toman contacto con otras experiencias, es algo que queda para siempre".
"Parte de la comunidad participó en aprender a hacer una escuela así, queda una capacidad instalada y aparte queda una escuela de por vida. Me parece que ése es el gran legado que podemos dejar, aparte de educar a nuestros hijos bajo bases sustentables. Deja una articulación social mucho más comprometida para hacer de la educación algo sustentable y sostenible a lo largo del tiempo", destacó la directiva.
