RIO DE JANEIRO, 5 abr (Xinhua) -- La decisión del gobierno estadounidense de aumentar los aranceles a las importaciones de productos chinos empeorará el ya existente déficit en sus cuentas externas, y puede volverse aún más en su contra si China responde con medidas puntuales para defender los sectores afectados por las medidas de la administración de Donald Trump, según explicó a Xinhua Roberto Dumas, profesor de Economía del Instituto Brasileño de Mercado de Capitales (IBMEC).
"Actualmente, el debate sobre el creciente proteccionismo de Estados Unidos, ha ganado apasionadas discusiones en los medios académicos y en la prensa. Por suerte o por desgracia, dependiendo del posicionamiento de cada uno, la política expansionista de Donald Trump, con el recorte de impuestos para las empresas del 35 al 21 por ciento, tendrá un efecto mucho peor para las cuentas externas que un eventual aumento en las tarifas de importación, sea contra China o cualquier otro país exportador", afirmó Dumas.
Para el experto brasileño, "el argumento macroeconómico es simple: más gastos (recorte de impuestos) y consecuentemente, menos ahorro doméstico (público o privado) resultará en mayores déficits en la cuenta corriente y el superávit en la cuenta capital para cubrir esta insuficiencia de ahorro doméstico. Cuanto más expansionista la política macroeconómica de un país, privilegiando mayores gastos, privados y/o públicos, por identidad macroeconómica, culminará en una deterioración de las cuentas externas".
Dumas, especialista en China, con más de una quincena de publicaciones sobre el país asiático, considera que "al final de cuentas, esta política proteccionista de Trump, que busca aumentar impuestos sobre bienes importados, junto a un mayor expansionismo fiscal, hará que la población apenas sustituya un bien importado por otro, resultando en un mayor déficit en las cuentas externas".
Dumas apunta a que el contrasentido es aparente, afirmando que "a pesar de que Trump quiere disminuir su déficit en las cuentas externas, sus políticas solo aumentarán la necesidad de un mayor ahorro extranjero. Debido a su conocido desprecio a las explicaciones sobre la deterioración de sus cuentas externas en un futuro próximo, ciertamente (esto) llevará a Trump a elegir un nuevo culpable 'de la semana' para responsabilizar el creciente agujero en sus cuentas externas".
Para Dumas, la principal diferencia de la administración Trump con la de sus antecesores en la estrategia comercial "es el descrédito en relación a las identidades macroeconómicas, que ha sido mayor" en el actual gobierno, y tiene claro que no podrá lograr su famoso eslogan de "Estados Unidos Primero".
"No lo logrará. Tengamos en cuenta el acero. El gobierno de los Estados Unidos de América liderado por Trump cree que mayores tarifas sobre el acero propiciarán un aumento del nivel de empleo en la industria del acero y un mayor bienestar de la economía norteamericana", y asegura que el error "puede dividirse en dos partes".
En una primera parte, "el desempleo del sector del acero de EEUU en la región (del rusty belt) tiene mucho más a ver con el advenimiento de la tecnología del país. En la época de Ronald Reagan (en los años 80), para producir una tonelada de acero eran necesarios 10 hombres por hora. Actualmente, se necesitan solo dos hombres por hora para conseguir la misma producción. O sea, buscar producir acero en EEUU no aumentará el nivel de empleos en este sector como el gobierno estadounidense espera".
Además, Dumas también apunta a que "actualmente, se emplean menos de 180.000 trabajadores en la producción del acero (upstream), mientras que se emplean más de 3,6 millones de trabajadores en la producción downstream o que utilizan el acero como bien intermediario".
Un acero más caro "perjudicará la competitividad de las empresas como Caterpillar y Whirpoool, perjudicando las exportaciones de estas empresas y trayendo más inflación doméstica, con efectos que perjudican el bien estar de la mayoría de la población y nuevamente una deterioración en las cuentas externas", explicó el profesor brasileño.
El economista subraya que el principal objetivo de esta guerra comercial "no solamente es China, también lo es la NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), y puede ser que el año que viene, EEUU cambie su objetivo" hacia otros países.
Preguntado sobre las medidas que tanto China como el resto de países deberían adoptar, Dumas afirma que todos ellos tienen que "comprender que las guerras comerciales no traen un resultado mejor para nadie en términos agregados. Un país presenta un déficit en sus cuentas externas simplemente porque consume más que lo que se ahorra y siempre habrá alguien para sustituir esta insuficiencia de productos".
"China puede responder con medidas puntuales para defender este o aquel sector económico, pero agregadamente los déficits en las cuentas externas de EEUU con seguridad aumentarán", resalta el profesor brasileño.
En otro aspecto, el hecho de que Estados Unidos utilice el aumento de los aranceles para presionar a sus socios comerciales a hacer concesiones en las negociaciones comerciales bilaterales es, para Dumas, "un error de comprensión de cómo funcionan las economías abiertas y cómo se forman déficits y superávits en cuentas externas", y es categórico al decir que esta estrategia provoca "un desorden total en la cadena global de abastecimiento".
