ENFOQUE: Exportar basura, método inadecuado para resolver problemas

Spanish.xinhuanet.com   2018-04-04 07:20:39

BRUSELAS, 3 abr (Xinhua) -- Ante el gran daño hecho por la "basura extranjera" al medio ambiente y la salud pública de China, Beijing tiene el legítimo derecho de prohibir la basura extranjera y reformar su sistema de gestión de importaciones de residuos sólidos, indicó el embajador Zhang Ming en un artículo publicado hoy por el sitio web Euractiv.

Zhang, jefe de la Misión de República Popular China en la Unión Europea, dijo que le sorprendió las preocupaciones expresadas por algunos representantes por la prohibición china de la "basura extranjera" durante la reunión del Consejo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para el Comercio de Mercancías y que incluso algunos representantes pidieran a China cesar su implementación.

China es parte del Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación de 1989. La convención reconoce plenamente el derecho de las partes de prohibir la importación de residuos peligrosos o de otro tipo, dijo Zhang.

Por otra parte, el Convenio de Basilea estipula que las partes tienen la obligación de minimizar las cantidades que son transportadas y de tratar y disponer de los residuos lo más cerca posible de su lugar de generación. En otras palabras, es la debida responsabilidad de las partes hacer todo lo que puedan para reducir y manejar sus propios residuos.

Además, antes de anunciar la prohibición, China mantuvo comunicaciones con otras partes. La parte china notificó del cambio a la OMC medio año antes de su entrada en vigor. Los asuntos que surgieron en el transcurso de su implementación han sido bien abordados mediante una coordinación oportuna.

"China empezó a importar residuos sólidos en la década de 1980 y su volumen anual aumentó de 4,5 millones a 45 millones de toneladas en los últimos 20 años", dijo Zhang, quien añadió que la decisión de prohibir la importación de basura fue ampliamente elogiada por el pueblo chino.

Resulta interesante que los que han expresado "preocupaciones" han sido los países desarrollados. Durante mucho tiempo los países desarrollados bien equipados y acomodados han vertido su basura a los países en desarrollo, dijo Zhang, quien señaló que "este fenómeno no puede pasarse por alto. Es algo más allá de un asunto moral que se relaciona con el futuro de la humanidad y no tanto con una cuestión comercial".

Además, las personas ya viven en una aldea mundial, los problemas que son trasladados a los vecinos regresan tarde o temprano.

Erik Solheim, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), dijo que "debemos ver la decisión china como un gran servicio para el pueblo chino y un llamado de atención para el resto del mundo".

Ahora es momento de que los países desarrollados reconsideren el uso de plásticos y no que simplemente busquen tiraderos alternativos en el extranjero, añadió Zhang.

Es poco aconsejable que los exportadores de basura se quejen mucho y le pidan mucho a los demás, como niños mimados que prestan poca atención a los intereses de los demás, dijo Zhang.

Si la prohibición china puede motivar a otros países a desarrollar tecnologías más avanzadas con urgencia y a servir mejor a sus propios pueblos con un sentido de responsabilidad más firme, entonces China obra de buena manera, concluyó.

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ENFOQUE: Exportar basura, método inadecuado para resolver problemas

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BRUSELAS, 3 abr (Xinhua) -- Ante el gran daño hecho por la "basura extranjera" al medio ambiente y la salud pública de China, Beijing tiene el legítimo derecho de prohibir la basura extranjera y reformar su sistema de gestión de importaciones de residuos sólidos, indicó el embajador Zhang Ming en un artículo publicado hoy por el sitio web Euractiv.

Zhang, jefe de la Misión de República Popular China en la Unión Europea, dijo que le sorprendió las preocupaciones expresadas por algunos representantes por la prohibición china de la "basura extranjera" durante la reunión del Consejo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para el Comercio de Mercancías y que incluso algunos representantes pidieran a China cesar su implementación.

China es parte del Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación de 1989. La convención reconoce plenamente el derecho de las partes de prohibir la importación de residuos peligrosos o de otro tipo, dijo Zhang.

Por otra parte, el Convenio de Basilea estipula que las partes tienen la obligación de minimizar las cantidades que son transportadas y de tratar y disponer de los residuos lo más cerca posible de su lugar de generación. En otras palabras, es la debida responsabilidad de las partes hacer todo lo que puedan para reducir y manejar sus propios residuos.

Además, antes de anunciar la prohibición, China mantuvo comunicaciones con otras partes. La parte china notificó del cambio a la OMC medio año antes de su entrada en vigor. Los asuntos que surgieron en el transcurso de su implementación han sido bien abordados mediante una coordinación oportuna.

"China empezó a importar residuos sólidos en la década de 1980 y su volumen anual aumentó de 4,5 millones a 45 millones de toneladas en los últimos 20 años", dijo Zhang, quien añadió que la decisión de prohibir la importación de basura fue ampliamente elogiada por el pueblo chino.

Resulta interesante que los que han expresado "preocupaciones" han sido los países desarrollados. Durante mucho tiempo los países desarrollados bien equipados y acomodados han vertido su basura a los países en desarrollo, dijo Zhang, quien señaló que "este fenómeno no puede pasarse por alto. Es algo más allá de un asunto moral que se relaciona con el futuro de la humanidad y no tanto con una cuestión comercial".

Además, las personas ya viven en una aldea mundial, los problemas que son trasladados a los vecinos regresan tarde o temprano.

Erik Solheim, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), dijo que "debemos ver la decisión china como un gran servicio para el pueblo chino y un llamado de atención para el resto del mundo".

Ahora es momento de que los países desarrollados reconsideren el uso de plásticos y no que simplemente busquen tiraderos alternativos en el extranjero, añadió Zhang.

Es poco aconsejable que los exportadores de basura se quejen mucho y le pidan mucho a los demás, como niños mimados que prestan poca atención a los intereses de los demás, dijo Zhang.

Si la prohibición china puede motivar a otros países a desarrollar tecnologías más avanzadas con urgencia y a servir mejor a sus propios pueblos con un sentido de responsabilidad más firme, entonces China obra de buena manera, concluyó.

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