Por Edgardo Loguercio
BRASILIA, 23 mar (Xinhua) -- Los cambios promovidos por la modernización en zonas rurales de América Latina han dado lugar a lo que los especialistas han denominado una "nueva ruralidad", expuso el economista ecuatoriano José Carrera, en el marco del VIII Foro Mundial del Agua que concluyó hoy viernes en Brasilia.
El vicepresidente de Desarrollo Social y Ambiental del Banco de Desarrollo de América Latina (Corporación Andina de Fomento, CAF) explicó que esta nueva condición exige la revisión de conceptos tradicionales en la gestión de los recursos hídricos y las políticas de acceso a servicios básicos, entre otros aspectos.
Investigadores y académicos han planteado la necesidad de establecer una nueva relación entre lo urbano y lo rural, al proponer el concepto de la "nueva ruralidad".
Carrera sostuvo en entrevista con Xinhua que el planteamiento toma "en cuenta los cambios sociales, económicos y políticos ocurridos a partir de los años 80 que han influido y modificado notablemente la vida rural" en América Latina.
Destacó en ese sentido la importancia de nuevos consensos al cierre del VIII Foro Mundial del Agua.
Sostuvo que los países de América Latina y el Caribe avanzan hacia una mayor urbanización, pero eso no quiere decir que la población rural desaparecerá, pues se estima que en 2030 algunos países tendrán una población rural superior al 30 por ciento.
Las transformaciones recientes en el campo estimularon a CAF a lanzar el libro "Agua Rural", que aborda los principales problemas y propuestas relativos al acceso al agua potable y al saneamiento en la "nueva ruralidad" de la región.
De acuerdo con la publicación, en el marco de un nuevo ciclo de reformas, será necesario adoptar un Nuevo Pacto Social que brinde servicios básicos a todos, con una nueva relación entre lo urbano y lo rural.
Desde la perspectiva de políticas públicas, se deben tomar en cuenta estos cambios y transformaciones relacionados con la mejora de la conectividad física y otros efectos de la globalización social, financiera y comercial en las comunidades rurales.
Entre los cambios que caracterizan a la "nueva ruralidad" se encuentran aumentos a la inversión en vialidad, así como la descentralización de responsabilidades públicas.
Están también recursos fiscales hacia gobiernos locales, impactos de la revolución digital y acceso a medios de comunicación por parte de las familias rurales.
"Las consecuencias transformadoras e irreversibles de estos cambios obligan a replantear las definiciones tradicionales que diferencian lo urbano de lo rural en cada país, sobre la base conceptual de las políticas públicas dirigidas hacia los sectores sociales y los servicios de infraestructura", consideró el entrevistado.
Carrera apuntó que han mejorado las estrategias adoptadas para proveer servicios de agua y saneamiento rural sostenibles y de calidad, lo que ha creado un nuevo marco para el sector.
Mencionó, entre otras medidas, la planificación multisectorial, la descentralización del Estado, el fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos locales y la incorporación del enfoque de gestión integrada de los recursos hídricos.
Apuntó que es necesario revisar las intervenciones sectoriales y que frente a un enfoque territorial, los servicios básicos que provea el Estado promuevan la concentración funcional de la población rural de forma voluntaria.
El objetivo es lograr mejores resultados y un mejor costo-eficiencia de los servicios.
"Acortar las brechas existentes entre zonas urbanas y rurales en agua y saneamiento es la tarea pendiente de la región", dijo el representante del Banco de Desarrollo de América Latina.
Según Carrera, más de 17 millones de latinoamericanos aún no cuentan con acceso adecuado a servicios de agua potable en el ámbito rural, mientras que en el caso del saneamiento, la cifra supera los 40 millones.
El camino para revertir esta situación pasa por alcanzar nuevos consensos en la agenda política y social, para mejorar con ello las condiciones estructurales de salud, inclusión y bienestar de las familias rurales.
"Debemos priorizar la revisión y discusión de los roles que han cumplido los actores del sector, los costos per cápita aplicados, la asignación del presupuesto, y la prioridad para la población concentrada y dispersa", comentó.
El economista ecuatoriano señaló que además debe darse prioridad a la participación comunitaria y al enfoque de género, entre otros temas prioritarios.
