Por Noemí Galbán
LA HABANA, 22 mar (Xinhua) -- Desde el año 2015, Cuba avanza en el proceso de informatización de la sociedad, que tiene como premisa facilitar la interacción entre entidades de gobierno, productivas y de servicio con la población, tomando en consideración los distintos niveles de accesibilidad existentes hoy en día en la isla.
De ahí el reto para informáticos, programadores, ingenieros en telecomunicaciones y especialistas en el área, para desarrollar variantes tecnológicas que permitan a los cubanos acceder a las plataformas virtuales, lo mismo desde internet como de un teléfono público.
"Es un grupo de plataformas útiles para la vida de los ciudadanos que hemos ido desarrollando. Están listas para su uso, y por eso esperamos que en 2018 haya una ampliación sustantiva del uso de las mismas", indicó el director de la Empresa de Tecnologías de la Información para la Defensa, conocida como XETID, Medardo Morales.
Detalló que estas plataformas útiles se dividen en trámites y turnos, comercio y pagos, gestión de infraestructura de equipos inteligentes, producción y servicios, entretenimiento e información y participación popular.
El directivo de XETID enfatizó, en el marco de la XVII Convención y Feria Internacional Informática Habana 2018 que todas estas plataformas han sido diseñadas en la isla.
"Con un fuerte concepto de soberanía desde el punto de vista de decidir qué tecnologías empleamos, garantizar el acceso al código de las tecnologías y teniendo en cuenta todos los temas de la ciber seguridad, garantizando que todas esas aplicaciones y plataformas tengan una alta interoperatividad técnica e informativa", apuntó.
El directivo destacó que de igual forma están desarrolladas con una visión dirigida hacia la población y el gobierno para garantizar su utilidad, así como facilitar el trabajo de las empresas y la vida de los cubanos.
Para Morales, no obstante, las tecnologías por sí solas no resuelven ningún problema, pues el éxito en la aplicación de cualquier novedad tiene un alto componente sociológico.
En tal sentido, el director de Informática del Banco Central de Cuba, Alberto Quiñones, manifestó que la institución a la que representa tiene el desafío de acercarse más a la sociedad.
El año pasado, el 90 por ciento de las operaciones realizadas con tarjetas magnéticas en Cuba fueron para extraer efectivo, a través de un cajero automático o en una sucursal bancaria.
"Por lo tanto, es un reto ir desplazando esa matriz. Impulsar el uso de los canales virtuales que disponemos es muy significativo, porque son mucho más eficientes y rápidos que el uso del efectivo", apuntó Quiñones.
Consideró que constituye un paso más en la inclusión financiera para que mayor cantidad de personas tengan un acceso más fácil y seguro a las nuevas soluciones tecnológicas, que ya están en práctica desde hace varios años y a otras recién implementadas.
Para ello, se reformularon las estrategias dispuestas por el sistema bancario cubano relacionadas con los terminales de puntos de venta, la banca telefónica, la banca remota y los cajeros automáticos.
El directivo del Banco Central explicó, en ese sentido, que en la actualidad funcionan en todo el país 936, es decir, hay cerca de 8 por cada 100.000 habitantes.
En el caso de la ciudad de La Habana, existen 25 por cada 100.000 personas, aunque este año se prevé un aumento en el número de equipos.
En 2017, fueron introducidos en la isla dos nuevos equipamientos de tecnología, tanto el cajero reciclador como el multifunción, ambos suministrados por la compañía china GRG Banking Equipment.
Se trata de equipos de autoservicio que requieren muy poco la intervención del ser humano, porque con la misma moneda que se ingresa se proveen las gavetas que se van a utilizar en los retiros.
El cajero reciclador permite hacer extracciones y depósitos, mientras que el multifunción tiene varias facilidades, entre ellas el canje de moneda, identificada como la de más rápido avance.
"Hoy en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana existen cuatro equipos en los que se puede introducir el dólar americano, el dólar canadiense y el euro contra la extracción del peso cubano convertible (CUC)", acotó Quiñones.
Dijo también que recientemente se comenzaron a introducir nuevos canales electrónicos, tal es el caso de la pasarela de pago para el comercio electrónico y la banca móvil.
Mediante estas plataformas, ya se pueden pagar las facturas de los principales servicios públicos (gas, electricidad, agua y telefonía fija).
Se pueden, además, cubrir los impuestos sobre la renta e ingresos personales, hacer transferencias bancarias y compras "en línea" en determinados mercados estatales.
Como soporte de todos estos canales están las tarjetas magnéticas, de las cuales existían 4 millones activas en febrero pasado, es decir, cerca de 45 por ciento de cobertura de la población con cuenta bancaria.
"El Banco Central de Cuba, en coordinación con las instituciones financieras, viene trabajando para lograr una mayor bancarización, o sea, seguir incrementando las personas que puedan acceder a estos servicios financieros con las tarjetas magnéticas", precisó Quiñones.
Estos esfuerzos se suman al de otras instituciones por lograr la informatización de la sociedad en el menor tiempo posible, paso que para otras naciones puede resultar rutinario por la velocidad con la cual ven la luz casi a diario las nuevas tecnologías.
Para Cuba, sin embargo, resulta todo un reto por las limitaciones económicas del país, pues las inversiones en este sector son 100 por ciento responsabilidad del Estado, y las restricciones impuestas por Estados Unidos que le impiden a la isla una mejor conexión a internet. Fin
