ESPECIAL: Un viejo velero supera el mal tiempo político entre Cuba y Estados Unidos

Actualizado 2018-03-04 04:22:57 | Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca

(1)CUBA-HABANA-EEUU-VELERO

Tres embarcaciones permanecen en una costa de La Habana, capital de Cuba, el 3 de marzo de 2018. Mícara, de 33 pies y construido en Canadá en 1976 con un casco de fibra de cristal, se convirtió en la primera embarcación cubana que en casi 60 años participa en la tradicional regata entre la ciudad norteamericana de San Petersburgo y La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 3 mar (Xinhua) -- Fernando Cabrera, el patrón y dueño del viejo velero Mícara, aún no es consciente de haber entrado en la historia de la marinería en Cuba.

Mícara, de 33 pies y construido en Canadá en 1976 con un casco de fibra de cristal, se convirtió en la primera embarcación cubana que en casi 60 años participa en la tradicional regata entre la ciudad norteamericana de San Petersburgo y La Habana.

Cabrera, un hombre de 50 años a quien su abuelo inculcó el amor por el mar, se unió a sus amigos Juan Pellón y José Felipe Recio para conformar la tripulación que alcanzó el segundo lugar en la XXVII edición de la regata, en la que participaron otras 19 embarcaciones estadounidenses.

"Nos pasó de todo", dijo Cabrera a Xinhua con una media sonrisa al referirse a los pormenores de la complicada travesía, en la que el buque perdió tres velas por lo que utilizaron un velamen más pequeño de lo necesario, lo que significó hacer más lenta la marcha, lo que les impidió ganar la competencia.

El esfuerzo de Cabrera y su tripulación, que tuvieron que navegar primero desde La Habana hasta San Petersburgo, en la bahía de Tampa, es solo la confirmación de la perseverancia de los tres amigos, quienes el año anterior intentaron participar en la regata pero no pudieron llegar a tiempo para la salida.

"El plan de esta vez no era ganar un buen lugar, ni nada de eso. Lo fundamental era llegar y competir", dijo Cabrera, quien es dueño en la capital cubana del restaurante "Amigos del mar", un sitio especializado en pescados y mariscos.

La embarcación completó el trayecto en poco menos de tres días desde el St. Petersburg Yacht Club, en la costa oeste de la Península de La Florida, hasta el Club Náutico Internacional Ernest Hemingway, en el oeste de la capital cubana.

La inédita participación cubana se produjo en un momento en que las relaciones entre ambos países viven un retroceso luego de la acusación por parte de Administración del presidente estadounidense Donald Trump de que sus diplomáticos acreditados en La Habana sufrieron supuestos ataques sónicos.

El gobierno cubano niega tener responsabilidad en ese asunto y ha ofrecido cooperación a los investigadores estadounidenses, sin que se haya llegado a un resultado concluyente.

Debido a esta razón, el comodoro del Club Náutico Internacional Ernest Hemingway, José Miguel Díaz Escrich, aseguró que la participación de Mícara en la competencia es una demostración de que puede haber convivencia civilizada entre los dos países.

"Yo pienso que es un aire de esperanza, un aire de nuevos tiempos y que sencillamente está demostrándole al mundo que estamos dispuestos recibir con amistad y respeto a todos los navegantes del mundo", dijo Escrich quien impulsa los lazos deportivos entre Cuba y Estados Unidos mediante la competencia náutica.

Escrich prepara ahora una regata desde Estados Unidos hasta la isla, pero solo para cubano americanos, un sueño que pudiera convertirse en realidad en los próximos meses.

La regata entre San Petersburgo y La Habana y otras competencias náuticas se revitalizaron hace tres años, a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba en julio de 2015.

Esa carrera náutica, que comenzó en 1930, fue la primera entre Estados Unidos y Cuba, y luego de ser suspendida en 1959 se restableció el pasado año, pero solo en esta edición participaron los cubanos por primera vez.

Cabrera y sus amigos, marineros por afición, entraron de esa forma en la historia de la marinería entre los dos países al ser capaces de conducir al velero Mícara entre las complicadas aguas del Estrecho de La Florida.

Sin embargo, el mayor mérito de esa tripulación es haber sabido sortear el mal tiempo político que viven las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

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Spanish.xinhuanet.com 2018-03-04 04:22:57

Por Raúl Menchaca

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Tres embarcaciones permanecen en una costa de La Habana, capital de Cuba, el 3 de marzo de 2018. Mícara, de 33 pies y construido en Canadá en 1976 con un casco de fibra de cristal, se convirtió en la primera embarcación cubana que en casi 60 años participa en la tradicional regata entre la ciudad norteamericana de San Petersburgo y La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 3 mar (Xinhua) -- Fernando Cabrera, el patrón y dueño del viejo velero Mícara, aún no es consciente de haber entrado en la historia de la marinería en Cuba.

Mícara, de 33 pies y construido en Canadá en 1976 con un casco de fibra de cristal, se convirtió en la primera embarcación cubana que en casi 60 años participa en la tradicional regata entre la ciudad norteamericana de San Petersburgo y La Habana.

Cabrera, un hombre de 50 años a quien su abuelo inculcó el amor por el mar, se unió a sus amigos Juan Pellón y José Felipe Recio para conformar la tripulación que alcanzó el segundo lugar en la XXVII edición de la regata, en la que participaron otras 19 embarcaciones estadounidenses.

"Nos pasó de todo", dijo Cabrera a Xinhua con una media sonrisa al referirse a los pormenores de la complicada travesía, en la que el buque perdió tres velas por lo que utilizaron un velamen más pequeño de lo necesario, lo que significó hacer más lenta la marcha, lo que les impidió ganar la competencia.

El esfuerzo de Cabrera y su tripulación, que tuvieron que navegar primero desde La Habana hasta San Petersburgo, en la bahía de Tampa, es solo la confirmación de la perseverancia de los tres amigos, quienes el año anterior intentaron participar en la regata pero no pudieron llegar a tiempo para la salida.

"El plan de esta vez no era ganar un buen lugar, ni nada de eso. Lo fundamental era llegar y competir", dijo Cabrera, quien es dueño en la capital cubana del restaurante "Amigos del mar", un sitio especializado en pescados y mariscos.

La embarcación completó el trayecto en poco menos de tres días desde el St. Petersburg Yacht Club, en la costa oeste de la Península de La Florida, hasta el Club Náutico Internacional Ernest Hemingway, en el oeste de la capital cubana.

La inédita participación cubana se produjo en un momento en que las relaciones entre ambos países viven un retroceso luego de la acusación por parte de Administración del presidente estadounidense Donald Trump de que sus diplomáticos acreditados en La Habana sufrieron supuestos ataques sónicos.

El gobierno cubano niega tener responsabilidad en ese asunto y ha ofrecido cooperación a los investigadores estadounidenses, sin que se haya llegado a un resultado concluyente.

Debido a esta razón, el comodoro del Club Náutico Internacional Ernest Hemingway, José Miguel Díaz Escrich, aseguró que la participación de Mícara en la competencia es una demostración de que puede haber convivencia civilizada entre los dos países.

"Yo pienso que es un aire de esperanza, un aire de nuevos tiempos y que sencillamente está demostrándole al mundo que estamos dispuestos recibir con amistad y respeto a todos los navegantes del mundo", dijo Escrich quien impulsa los lazos deportivos entre Cuba y Estados Unidos mediante la competencia náutica.

Escrich prepara ahora una regata desde Estados Unidos hasta la isla, pero solo para cubano americanos, un sueño que pudiera convertirse en realidad en los próximos meses.

La regata entre San Petersburgo y La Habana y otras competencias náuticas se revitalizaron hace tres años, a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba en julio de 2015.

Esa carrera náutica, que comenzó en 1930, fue la primera entre Estados Unidos y Cuba, y luego de ser suspendida en 1959 se restableció el pasado año, pero solo en esta edición participaron los cubanos por primera vez.

Cabrera y sus amigos, marineros por afición, entraron de esa forma en la historia de la marinería entre los dos países al ser capaces de conducir al velero Mícara entre las complicadas aguas del Estrecho de La Florida.

Sin embargo, el mayor mérito de esa tripulación es haber sabido sortear el mal tiempo político que viven las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

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