NANCHANG, 16 feb (Xinhua) -- Zhou Haiyan está feliz de que hasta 1.200 grullas blancas en peligro de extinción, un tercio de la población mundial, pasen el invierno en campos de raíces de loto cerca del lago Poyang, el mayor de agua dulce de China.
Zhou, un entusiasta de la fotografía, estuvo a punto de tener que despedirse de las grullas este invierno después de que los granjeros locales de la granja Nanchang Wuxing planearan plantar campos de arroz para reemplazar el loto la primavera pasada para evitar el daño causado por las grullas.
"Si lo hicieran, las grullas perderían un lugar ideal para buscar comida", dijo el expresentador de televisión, de 46 años.
"La raíz de loto contiene grandes cantidades de almidón, un alimento preciado para las grullas que buscan comida en el lago", explicó Dai Nianhua, investigador de la Academia Provincial de Ciencias de Jiangxi.
Los agricultores consideran, sin embargo, que las grullas son una amenaza, ya que no tendrán cosecha el próximo año si se comen la raíz del loto sumergida.
Para ayudar a las grullas a permanecer en la granja, Zhou, junto con muchos amantes de las aves, inició en marzo del año pasado una colecta de fondos en línea a través de WeChat, la red social más popular de China.
Así recaudaron 2,1 millones de yuanes (333.959 dólares) de 100 donantes, incluidos chinos de ultramar de Estados Unidos y Canadá.
"Alquilamos 498 mu (33 hectáreas) de campos de raíces de loto y compramos 75.000 kilos para las aves", precisó Zhou, quien añadió que también consolidaron las tierras de cultivo y construyeron "nuevas carreteras y un sistema de control de agua".
Antes de que las grullas llegaran en noviembre, los amantes de las aves terminaron de construir la primera zona de protección privada de grullas blancas del país que combina las funciones de investigación científica, educación y fotografía.
"La zona de protección de la grulla blanca no gastó ni un centavo del gobierno, pero protege eficazmente el hábitat", sostuvo Dai, que agregó que el gobierno debería brindar más apoyo político y financiero a los protectores de las grullas.
Zhou advierte de que la financiación sigue siendo el mayor problema. Solo les quedan 180.000 yuanes en las arcas, mucho menos de lo necesario para pagar la renta y comprar la raíz de loto para el próximo invierno.
"Estamos buscando más fondos", indicó, para insistir: "Debemos mantener este hábitat para que los humanos y las grullas puedan interactuar de cerca".
