BEIJING, 13 feb (Xinhua) -- Mientras que decenas de millones de chinos regresan a sus lugares de origen para celebrar el Año Nuevo Lunar, el presidente chino, Xi Jinping, está visitando hogares de aldeanos en la provincia de Sichuan, suroeste de China, localizada a unos 2.000 kilómetros de Beijing.
El mensaje es claro: en el camino de la nación para construir una sociedad modestamente acomodada para el 2020, ni una sola familia o individuo debe quedar atrás.
Durante su gira por Sichuan, Xi, quien llevaba puesto un grueso abrigo verde, visitó a familias del grupo étnico yi que viven en un área montañosa y discutió la reducción de la pobreza con funcionarios locales y aldeanos.
El presidente acudió a la aldea Zhanqi en la ciudad de Chengdu para observar sus logros en el uso de internet para ayudar a la venta de productos locales. También observó los cambios que han tenido lugar en los 10 años pasados en Yingxiu, distrito de Wenchuan, el epicentro del terremoto de magnitud 8 que causó la muerte a más de 80.000 personas el 12 de mayo del 2008.
Las vacaciones de una semana por el Año Nuevo Lunar, que empezaron el jueves, son las más importantes en el calendario chino. Es la ocasión en que millones de familias se reúnen para expresar sus deseos para el futuro.
La gira de Xi envió un fuerte mensaje sobre la política característica del liderazgo y se ha convertido en un gran impulso para los esfuerzos destinados a eliminar la pobreza, un "fantasma" que ha merodeado la nación durante miles de años.
China ha sacado de la pobreza a más de 66 millones de personas, casi la población de Reino Unido, en los últimos cinco años, lo que constituye un milagro en la historia humana. El país todavía tenía unas 30 millones de personas que vivían por debajo de la línea de pobreza nacional a fines del año pasado. Debe haber un mejor apoyo y medidas más efectivas.
Xi, también secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), se ha puesto en la línea del frente. Durante los últimos cinco años, él ha inspeccionado casi todas las regiones más necesitadas del país.
El viaje el domingo a la montañosa prefectura autónoma de la etnia yi de Liangshan tuvo lugar casi un año después de que Xi dijera que es doloroso leer sobre los aldeanos de Sichuan, quienes deben ascender montañas peligrosas todos los días.
La gira de Xi fue mucho más que un viaje. Los arreglos e instrucciones del liderazgo durante la gira servirán como directriz para que los gobiernos centrales y locales hagan más.
La infraestructura será mejorada. Se llevarán a cabo más programas de capacitación para ayudar a los aldeanos a hallar empleos. Se adoptarán medidas de reforma para acabar de raíz con las causas de la pobreza. Las prósperas regiones orientales del país y los departamentos del gobierno central destinarán más recursos a las áreas afectadas por la pobreza, una ventaja del socialismo que podría concentrar recursos y alcanzar cosas grandes.
La campaña no se detendrá sino hasta que la última persona que viva en pobreza halle su lugar correcto como miembro de una sociedad acomodada.
China sigue siendo un país en desarrollo. Su producto interno bruto (PIB) per cápita se encuentra sólo a la mitad de las clasificaciones mundiales. Y el gobierno chino sabe claramente la dificultad de ganar la batalla contra la pobreza.
Pero una vez que el gobierno hace la promesa, adopta acciones reales. Estas acciones son la razón por las que China cree que la pobreza es un enemigo que puede ser derrotado.