BUENOS AIRES, 13 feb (Xinhua) -- La ciudad de Buenos Aires celebra durante las noches de febrero el Carnaval, que llena de color y música sus calles, con vecinos que bailan al son de bombos y platillos que remiten a la tradición africana, presente aquí desde hace más de 400 años.
La manifestación popular de alegría, con un dejo de crítica social, toma los ritmos africanos del Río de la Plata, compases que se repiten al otro lado de ese río, en Montevideo, capital de Uruguay, y se traducen aquí en las típicas "murgas barriales", con bailes alocados, todo en un clima familiar.
Los festejos de carnaval comenzaron el sábado 3 de febrero y se extenderán todos los fines de semana del mes, con el punto alto de los feriados del lunes 12 y la noche de hoy, martes 13.
En diferentes avenidas de Buenos Aires se llevan a cabo los "corsos", donde desfilan las "murgas" con sus coloridos trajes y su contagioso baile.
A los "corsos", uno por barrio, concurren miles de familias, que juegan con espuma, serpentinas y agua, mientras ven desfilar a las comparsas.
En diálogo con Xinhua, Alejandro Villalba, uno de los organizadores de la murga "Zarabanda Arrabalera", del barrio de Parque de los Patricios, dijo que "el carnaval porteño se vive como una comunión en donde se reencuentran los vecinos, es el momento donde en la noche de carnaval nos volvemos a juntar, a través de la murga, de la cultura popular de la capital y aledaños, por supuesto".
"Nos permite encontrarnos y reencontrarnos entre todos. Es una fiesta popular, gratuita, y para todos los vecinos", enfatizó el referente de la murga que mezcla ritmos de tango en sus bailes, desde su surgimiento hace 10 años.
Cada año, el "Programa Carnaval Porteño" invita a participar de los corsos de la capital argentina, donde las murgas fueron declaradas Patrimonio Cultural local en 1997.
En esta edición dijeron presente las murgas en los barrios de Abasto, Almagro, Bajo Flores, Bajo Núñez, Balvanera, Barracas, Belgrano, Boedo, Caballito, Coghlan, Colegiales, Flores, Liniers, Lugano, Mataderos, Monserrat, Palermo, Parque Avellaneda, Parque Centenario, Parque de los Patricios, La Paternal, Piedrabuena, Pompeya, Saavedra, San Telmo, Villa Crespo, Villa Pueyrredón y Villa Urquiza.
Allí, en cada rincón, se respira aire de carnaval, con murgas que, desde su origen típicamente barrial, buscan por medio del humor y la ironía hacer una crítica social del país, lo que valió la supresión de los días festivos durante la última dictadura militar en el país (1976-1983).
Entre cientos de asistentes a la celebración, Susana Salvafriz destacó ante Xinhua el festejo, recuperado hace ocho años, porque tiene "toda la euforia de los barrios. Es una cosa típica, de siempre. Estuvo clausurado por varios años y hace un tiempo volvieron con todo el furor y el entusiasmo, que se ve. El pueblo colabora, y están contentos y felices todos los barrios de Buenos Aires".
El carnaval "es una declaración popular del estado en que están las cosas, por eso tiene tanto apego la gente. Es la expresión de felicidad del pueblo, dentro de todas las cosas que se están viviendo. Es un destape, un desahogo, estos días de felicidad, porque disfruta la familia, viene toda la familia", rescató la mujer.
Las "murgas" más reconocidas, además de "Zarabanda Arrabalera", son las denominadas "Los Mismos de Siempre", "Los Verdes de Monserrat", "Alucinados de Parque Patricios", "Los Chiflados de Boedo", "Los Amantes de La Boca", "Calaveras de Constitución", "Fantoches de Villa Urquiza", "Enviciados por Saavedra" y "Los Cachafaces de Colegiales", entre otras.
