TEGUCIGALPA, 22 nov (Xinhua) -- Los hondureños acuden a elecciones el domingo próximo bajo tres escenarios: la posible reelección del presidente Juan Orlando Hernández, el retorno al poder del histórico Partido Liberal o el ascenso de una inédita alianza centroizquierdista, en medio de una observación internacional como nunca antes vista.
Por primera vez en la historia democrática de este país que inició en 1982, en los comicios generales participará un presidente, Juan Orlando Hernández (2014-2018), buscando otro periodo de gobierno por el oficialista Partido Nacional (PN).
En contraposición, el Partido Libertad y Refundación (Libre), coordinado por el expresidente Manuel Zelaya Rosales, depuesto en junio de 2009, por un golpe de Estado, selló la denominada Alianza de Oposición con el Partido Innovación y Unidad (Pinu), que postula a la presidencia a Salvador Nasralla, un polémico animador de televisión y excandidato del Partido Anticorrupción (PAC).
El tercer candidato presidencial con posibilidades de ganar las elecciones es el abanderado del Partido Liberal (PL), Luis Zelaya, un "outsider" de la política que dejó la comodidad que le daba ser rector de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), una de las más prestigiosas del país.
Hay otros seis partidos políticos inscritos cuyos candidatos presidenciales tienen poco o nada de oportunidades de ganar las elecciones generales, excepto en los niveles para diputados al Congreso Nacional o corporaciones municipales (ayuntamientos), con esperanzas de obtener algunas posiciones.
INEDITO PANOMARA ELECTORAL
El exdiputado y analista sociopolítico hondureño, Raúl Pineda Alvarado, considera que en este inédito panorama electoral hondureño, el presidente Hernández se presenta en busca de la reelección con ciertos logros de su gobierno en materia macroeconómica y de seguridad.
Así se estima que las cifras macroeconómicas de la administración Hernández han resultado positivas a los ojos de los organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), porque se ha reducido el déficit fiscal, pero se ha sacrificado a las clases populares con difícil acceso a la canasta básica de alimentos.
Pineda Alvarado relaciona que en materia de seguridad ha resultado positiva la lucha de los operadores de justicia, incluso cuerpos policiales, contra la delincuencia y la criminalidad organizada, entre ella maras y pandillas, pero no es la solución porque las cárceles se saturan de reos y más bien urge políticas integrales.
De los candidatos Salvador Nasralla, Alianza de Oposición, y Luis Zelaya, Partido Liberal, señala que ambos tienen visión de los problemas socioeconómicos, pero solo son "fogonazos" o "chispazos" y no han planteado soluciones integrales.
Con todo, los 6,2 millones de hondureños inscritos en el Censo Nacional Electoral concurrirán a las urnas sin muchas reformas electorales más que la polémica reelección presidencial, con visto bueno de la Corte Suprema de Justicia en 2015, así como los límites por ley a los gastos de campaña y el registro de las donaciones a los candidatos.
40 MIL ASPIRANTES EN CONTIENDA
De esta manera, los hondureños deberán escoger a un presidente, tres designados (vicepresidentes), 128 diputado al Congreso Nacional, 20 al Parlamento Centroamericano (Parlacen) con sus suplentes y 298 alcaldes y sus corporaciones municipales o ayuntamientos.
En este contexto, los partidos políticos intentan contrarrestar el abstencionismo que en los comicios anteriores ha venido de más a menos.
En las elecciones del 2009 el abstencionismo alcanzó 44 por ciento, mientras que en las internas de marzo del 2017 fue de 38 por ciento, según el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Al abstencionismo contribuye a que en el censo aún aparezcan más de un millón de hondureños que no votan desde 1997 y que se suponen emigraron de Honduras a Estados Unidos y otras latitudes, legal e ilegalmente, conforme con estudios oficiales.
El TSE instalará para el domingo más de 18.000 mesas receptoras, custodiadas por unos 35.000 policías y militares, además de 16.000 observadores nacionales y unos 500 extranjeros, la presencia más numerosa en la historia de este país.
Las urnas electorales estarán abiertas desde las 7:00 de la mañana del domingo (13:00 GMT) hasta las 17:00 (23:00 GMT).
El presidente del TSE, David Matamoros Batson, dijo que "esperamos que este domingo haya afluencia de votantes para que cumplan con su deber y derecho todos los ciudadanos habilitados en el Censo Nacional Electoral definitivo que son más de seis millones de personas que pueden ejercer el sufragio y votar en los tres niveles electivos".
Según simulacros del sistema de transmisión de resultados, el nombre del presidente electo de Honduras se podría conocer una o dos horas después de cerrada la votación a las 5:00 de la tarde hora local (23:00 GMT). Fin
