Por Luis Alberto Sierra G.
PANAMA, 10 nov (Xinhua) -- Aunque Panamá está entre los países con interés creciente en la certificación de edificios eficientes energéticamente, enfrenta aún desafíos para que el ahorro y la sostenibilidad calen con más profundidad en su cultura, opinan algunos expertos.
Esta semana se presentó en el país el edificio de oficinas 3855, el primero de su tipo en la zona económica especial de Panamá Pacífico que recibe la certificación estadounidense Leed Gold, concedida a edificaciones con criterios sostenibles en consumo de agua o calidad del aire y de alta eficiencia energética.
Durante el evento, la arquitecta Lorena Ríos, que dirigió el equipo de diseño del edificio, consideró que Panamá está bien posicionada para obtener este tipo de certificación verde, pero falta todavía mucha sensibilidad.
"Aunque Panamá es un país pequeño tiene una gran cantidad de obras certificadas y otras en proceso de serlo", explicó la además secretaria de Panamá Green Building Council, organismo panameño que promueve la sostenibilidad.
Sin embargo, reconoció, "falta mucho en cultura y mayor sensibilidad de las personas en cuanto al uso adecuado de los recursos naturales".
Por ejemplo, subrayó, la Secretaría de Energía aprobó el año pasado una ley por la que, a partir de noviembre o diciembre de este año, todos los edificios deberían reducir el consumo energético en un 15 por ciento, pero aún se está definiendo en base a qué.
Además, consideró pertinente que haya más legislaciones respecto a la situación de edificios que tienen entre 40 y 60 años y cuyos equipos están obsoletos.
Ríos reconoció que no a todos los constructores les interesa el tema, dado que el costo de este tipo de proyectos puede ser de entre el cinco y el 15 por ciento, y subrayó que debe haber un esfuerzo colectivo con incentivos fiscales por parte del Gobierno, entre otras medidas.
Entre sus características sostenibles, el edificio 3855 incluye accesorios de baño que podrían disminuir aproximadamente en un 45 por ciento el consumo de agua potable y el 75 por ciento el consumo de agua para el riego de jardines gracias al aprovechamiento del agua condensada en los aires acondicionados.
Además, fue construido con un 23 por ciento de material reciclado, además de que el 80 por ciento del acero era reciclado y el 78 por ciento de los desechos de construcción se reciclaron.