ZHENGZHOU, 10 oct (Xinhua) -- Wang Feng, un veterano técnico electricista, compró tres crías de ganso al poco de llegar al poblado de Hugou, en la provincia central china de Henan, hace aproximadamente un año.
"Pueden proteger el patio y también mostrar mis capacidades para la cría", dice.
A sus 50 años, Wang era jefe de ingeniería adjunto de la empresa estatal de suministro eléctrico del distrito de Xin'an antes de ser asignado al puesto de primer secretario del comité del Partido Comunista de China (PCCh) de Hugou, en julio del año pasado.
Junto con sus compañeros de departamentos gubernamentales, universidades, empresas estatales y asociaciones civiles, Wang tiene la tarea de fortalecer el PCCh desde el nivel de base y ayudar en la lucha contra la pobreza.
Como nunca antes había trabajado en el campo, los aldeanos tenían poca confianza en su habilidad de ayudarles a salir de la pobreza.
Además de ocuparse de los tres ansarinos, Wang también crió docenas de polluelos y plantó verduras en su patio.
"Como no confiaban demasiado en mí, tenía que demostrar mi valía con hechos", reconoce el ingeniero.
A su llegada, Wang fue informado de que 179 de los 387 hogares del pueblo vivían bajo el umbral nacional de la pobreza de 2016, situado en 3.026 yuanes (457 dólares) al año, y recibían subsidios del gobierno, pero pronto se dio cuenta de que solo 82 estaban realmente necesitados.
Otros tenían apartamentos en la capital del distrito y coches, pero todavía estaban catalogados como hogares pobres, lo que había provocado muchas quejas por parte de los lugareños.
Wang ajustó los datos del patrón y se ganó así la confianza de los aldeanos. También encargó la reparación de carreteras a principios de este año, y mandó levantar nuevas instalaciones culturales y deportivas para los residentes.
Debido a su fuerte desconfianza de los funcionarios locales, Han Shuxian, una mujer pobre con dos hijos y con sus padres enfermos a cargo, rara vez pedía ayuda aunque vive cerca del local del comité del Partido de la aldea.
Wang dio la vuelta a la situación.
"Me dijo que una hierba silvestre puede ayudar a las gansas y las gallinas a poner más huevos", recuerda Han, que reconoce que al forastero funcionario se le da mejor que a ella cultivar verduras y criar pollos.
Con la ayuda de Wang, Han compró cinco cabras con préstamos sin interés y podrá salir de la pobreza este mismo año.
El mayor dolor de cabeza para Wang es la falta de tiempo.
"Un día, más de 50 personas acudieron a mi oficina para hablar sobre los programas de lucha contra la pobreza", cuenta. Muchos lugareños temen que Wang no se quede mucho más tiempo.
"Si mi salud lo permite, me quedaré hasta que sea abuelo", asegura el hombre, padre de un hijo soltero de 24 años.
