ESPECIAL: Impulsan ecoturismo para cuidar riqueza natural y cultural de tierra maya en sureste de México

Spanish.xinhuanet.com   2017-10-10 09:35:13

Por Luis Brito

MERIDA, México, 9 de oct (Xinhua) -- Amanece en la tierra Maya del norte de la península de Yucatán. El sol ilumina un gigante álamo seco que es guardián de un secreto debajo de sus raíces: el cenote de Kankirixché, una caverna con un espejo de agua cristalina a 50 metros de profundidad.

Adentro de este ancho pozo de paredes de piedra, los peces Gato que pasean en el agua de apariencia azul conviven con las golondrinas que anidan en el techo del que escurren estalactitas. Todo es natural, salvo una escalera de 35 peldaños de madera que sirve para acceder al espectáculo.

Afuera, el indígena maya José Arceo Ku Ucán, de 62 años, recibe a los visitantes y cobra los 20 pesos (1 dólar) que cuesta la entrada para bañarse. Cuenta que el cenote era un secreto para los turistas hasta hace dos años, cuando los pobladores de la pequeña comunidad de Uayalceh acordaron abrirlo al público.

"Hay domingos que llegan 100 coches" , presume José, quien usa como taquilla la sombra de un árbol a 15 pasos del cenote. Alrededor del pozo no se nota la mano del hombre salvo por los baños y el restaurante que el gobierno del estado de Yucatán construyó en apoyo al proyecto.

ORIENTAN TURISMO HACIA PROYECTOS SUSTENTABLES

Kankirixché es botón de muestra de los esfuerzos emprendidos en Yucatán para aprovechar de manera sustentable los atractivos naturales de las tierras donde hace casi 2.000 años prosperó la civilización Maya.

El director de la Unidad de Planeación, Evaluación y Seguimiento de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) de Yucatán, Raúl Paz, explica que en el último lustro prácticamente se ha duplicado de 35 a más de 63 la cifra de proyectos ecoturísticos comunitarios que atraen paseantes hacia bellezas naturales sin dañarlas.

Con financiamiento o apoyo de los gobiernos federal y estatal se edifica infraestructura, se capacita a pobladores para el cuidado del sitio y el manejo de turistas, y se comercializa el proyecto a través de publicidad e internet.

"Hemos trabajado en mejora de la imagen urbana, construcción de paradores y capacitación turística que ha beneficiado a proyectos comunitarios que son maya hablantes", señala Paz.

El funcionario de Sefotur expone que Yucatán recibe a 1,5 millones de turistas al año que por lo menos duermen una noche en sus hoteles.

Yucatán tiene ante sí el reto de conciliar la protección de sus atractivos con la alta afluencia del turismo, una actividad que representa poco más del 10 por ciento de su economía anual sumando hotelería, restaurantes y demás servicios turísticos.

Paz expone que el estado cuenta con más de 3.000 cenotes, pero solo se promocionan 68 en el catálogo turístico porque reúnen las garantías para vigilar que los bañistas no contaminen sus aguas.

"Es uno de los retos más importantes, precisamente, el tema de lograr un turismo sustentable... la sustentabilidad es el futuro del turismo, si no conservamos los recursos que tenemos obviamente nos los vamos a acabar", advierte el funcionario.

EL IMAN DEL TURISMO INTERNACIONAL

La riqueza natural y cultural de Yucatán tiene como estrella a la pirámide de Kukulcán, en el corazón de ciudad prehispánica de Chichén Itzá, que figura entre los 10 sitios arqueológicos más visitados del mundo junto con la Gran Muralla china o el Partenón griego.

Cerca de 2,5 millones de personas entran anualmente a la zona arqueológica de 47 hectáreas, asentada en la selva de la municipalidad de Tinum, para recorrer el centro político, económico y religioso más relevante de la civilización Maya en su periodo Clásico, hace más de 1.300 años.

El director de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Chichén Itzá del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Marco Antonio Santos, explica que 80 empleados se encargan de custodiar y brindar el mantenimiento que implica la afluencia diaria de más de 6.000 turistas en el sitio, catalogado también desde 2007 como una de las siete maravillas del mundo moderno.

Chichén Itzá deja una derrama económica de aproximadamente 4.000 millones de pesos (214 millones de dólares) anuales para los servicios turísticos de Yucatán y el resto de la península, estima su director.

El 85 por ciento de los visitantes son extranjeros, la mayoría proviene de Estados Unidos y Europa, pero desde 2010 ha subido la afluencia del turismo asiático, principalmente de China, y ahora este segmento representa el 5 por ciento de los 2,5 millones de visitantes, destaca el director de la zona arqueológica.

Para muestra, Yuna Hou, una turista de 36 años originaria de Beijing, recorre con cuatro amigos chinos la ciudad prehispánica de la antigua civilización Maya.

"Es muy impresionante, maravillosa. 1.300 años de historia es mucho tiempo, me parece bien que no se permita subir a la pirámide para protegerla", comenta la excursionista china, quien viajó desde Cancún para conocer los vestigios donde los mayas grabaron en piedra su visión del mundo.

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Por Luis Brito

MERIDA, México, 9 de oct (Xinhua) -- Amanece en la tierra Maya del norte de la península de Yucatán. El sol ilumina un gigante álamo seco que es guardián de un secreto debajo de sus raíces: el cenote de Kankirixché, una caverna con un espejo de agua cristalina a 50 metros de profundidad.

Adentro de este ancho pozo de paredes de piedra, los peces Gato que pasean en el agua de apariencia azul conviven con las golondrinas que anidan en el techo del que escurren estalactitas. Todo es natural, salvo una escalera de 35 peldaños de madera que sirve para acceder al espectáculo.

Afuera, el indígena maya José Arceo Ku Ucán, de 62 años, recibe a los visitantes y cobra los 20 pesos (1 dólar) que cuesta la entrada para bañarse. Cuenta que el cenote era un secreto para los turistas hasta hace dos años, cuando los pobladores de la pequeña comunidad de Uayalceh acordaron abrirlo al público.

"Hay domingos que llegan 100 coches" , presume José, quien usa como taquilla la sombra de un árbol a 15 pasos del cenote. Alrededor del pozo no se nota la mano del hombre salvo por los baños y el restaurante que el gobierno del estado de Yucatán construyó en apoyo al proyecto.

ORIENTAN TURISMO HACIA PROYECTOS SUSTENTABLES

Kankirixché es botón de muestra de los esfuerzos emprendidos en Yucatán para aprovechar de manera sustentable los atractivos naturales de las tierras donde hace casi 2.000 años prosperó la civilización Maya.

El director de la Unidad de Planeación, Evaluación y Seguimiento de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) de Yucatán, Raúl Paz, explica que en el último lustro prácticamente se ha duplicado de 35 a más de 63 la cifra de proyectos ecoturísticos comunitarios que atraen paseantes hacia bellezas naturales sin dañarlas.

Con financiamiento o apoyo de los gobiernos federal y estatal se edifica infraestructura, se capacita a pobladores para el cuidado del sitio y el manejo de turistas, y se comercializa el proyecto a través de publicidad e internet.

"Hemos trabajado en mejora de la imagen urbana, construcción de paradores y capacitación turística que ha beneficiado a proyectos comunitarios que son maya hablantes", señala Paz.

El funcionario de Sefotur expone que Yucatán recibe a 1,5 millones de turistas al año que por lo menos duermen una noche en sus hoteles.

Yucatán tiene ante sí el reto de conciliar la protección de sus atractivos con la alta afluencia del turismo, una actividad que representa poco más del 10 por ciento de su economía anual sumando hotelería, restaurantes y demás servicios turísticos.

Paz expone que el estado cuenta con más de 3.000 cenotes, pero solo se promocionan 68 en el catálogo turístico porque reúnen las garantías para vigilar que los bañistas no contaminen sus aguas.

"Es uno de los retos más importantes, precisamente, el tema de lograr un turismo sustentable... la sustentabilidad es el futuro del turismo, si no conservamos los recursos que tenemos obviamente nos los vamos a acabar", advierte el funcionario.

EL IMAN DEL TURISMO INTERNACIONAL

La riqueza natural y cultural de Yucatán tiene como estrella a la pirámide de Kukulcán, en el corazón de ciudad prehispánica de Chichén Itzá, que figura entre los 10 sitios arqueológicos más visitados del mundo junto con la Gran Muralla china o el Partenón griego.

Cerca de 2,5 millones de personas entran anualmente a la zona arqueológica de 47 hectáreas, asentada en la selva de la municipalidad de Tinum, para recorrer el centro político, económico y religioso más relevante de la civilización Maya en su periodo Clásico, hace más de 1.300 años.

El director de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Chichén Itzá del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Marco Antonio Santos, explica que 80 empleados se encargan de custodiar y brindar el mantenimiento que implica la afluencia diaria de más de 6.000 turistas en el sitio, catalogado también desde 2007 como una de las siete maravillas del mundo moderno.

Chichén Itzá deja una derrama económica de aproximadamente 4.000 millones de pesos (214 millones de dólares) anuales para los servicios turísticos de Yucatán y el resto de la península, estima su director.

El 85 por ciento de los visitantes son extranjeros, la mayoría proviene de Estados Unidos y Europa, pero desde 2010 ha subido la afluencia del turismo asiático, principalmente de China, y ahora este segmento representa el 5 por ciento de los 2,5 millones de visitantes, destaca el director de la zona arqueológica.

Para muestra, Yuna Hou, una turista de 36 años originaria de Beijing, recorre con cuatro amigos chinos la ciudad prehispánica de la antigua civilización Maya.

"Es muy impresionante, maravillosa. 1.300 años de historia es mucho tiempo, me parece bien que no se permita subir a la pirámide para protegerla", comenta la excursionista china, quien viajó desde Cancún para conocer los vestigios donde los mayas grabaron en piedra su visión del mundo.

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