Arqueólogos chinos desentierran secretos de la historia mundial

Spanish.xinhuanet.com   2017-10-08 15:55:14

Por Yang Jianxiang, Qu Ting

BEIJING, 8 oct (Xinhua) -- Una mañana despejada y húmeda en la selva tropical de Honduras, un grupo de 16 locales y dos chinos están inmersos en una excavación arqueológica. De repente, una serpiente se desliza entre los escombros. Asustados y gritando, los locales usan palas, palos y todas las cosas que tienen a mano para ahuyentarla.

Para Li Xinwei, un arqueólogo de Beijing, este serpiente de piel roja era similar a una Lycodon rufozonatus que había visto en los campos de su casa. Pero según las palabras y los gestos del jefe de los trabajadores, que estaba esgrimiendo un machete, se dio cuenta de que la serpiente era extremadamente venenosa. Una sola mordedura en el brazo podría requerir cortarlo para salvar la vida de la víctima.

Fue en noviembre de 2015. Li y sus colegas estaban en una excavación resultado de un acuerdo firmado con el gobierno de Honduras hace más de un año. En el proyecto quinquenal cooperaban el Instituto de Arqueología de la Academia Nacional de Ciencias Sociales de China (IACASS, por sus siglas en inglés) y el Instituto de Arqueología e Historia de Honduras. El Departamento de Antropología de la Universidad de Harvard también formaba parte.

Según el proyecto, los arqueólogos chinos esperaban excavar y reconstruir el Grupo 8N-11, un selecto complejo residencial subreal, en Copan, Honduras.

No mucho después, desenterraron grabados de aves sobrenaturales con cabezas de serpiente y sus alas extendidas en forma de conchas y cabezas de dioses como maíz. Esto reflejaba el fallecimiento y renacimiento del dios del maíz, una creencia común entre el antiguo pueblo maya.

En la conferencia anual de la Sociedad de Arqueología Americana celebrada este año en Vancouver, Canadá, Li Xinwei, director del grupo de Honduras IACASS, compartió sus descubrimientos, cuya presentación fue aplaudida por la audiencia internacional.

La ave de cabeza de serpiente se parecía al común icono de cabeza de dragón chino, que recordó a Li el pasado arqueólogo chino, Kwang-chih Chang, quien creía que las civilizaciones americana y china probablemente compartieron los genes culturales panpacíficos y tuvieron diferentes desarrollos procediendo del mismo antepasado.

"No podemos entender las características especiales de nuestra propia civilización sin comprender las de otras", señaló Li.

Copan es la primera de las principales exploraciones extranjeras de los arqueólogos chinos. El templo de Montu en Luxor, Egipto, y la sede de Harappan de Rakhigarhi en Haryana, India, son futuros destinos. En los últimos años, China ha enviado equipos arqueológicos al centro, oeste y sudeste asiáticos, además de Kenia en África.

En marzo, el Centro de Investigación de Arqueología Mundial de CASS se inauguró bajo la dirección de Wang Wei.

El año pasado se estableció una categoría de nuevos premios arqueológicos para reconocer los logros extraordinarios de los arqueólogos chinos en excavaciones extranjeras. El máximo galardón en 2016 se concedió al proyecto Mingtepa, una operación conjunta entre IACASS y sus homólogos en Uzbekistán, Asia Central.

Las excavaciones extranjeras coinciden con la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China en 2013. La iniciativa incluye la expansión de infraestructuras y redes comerciales para conectar Asia con Europa y África a lo largo de las antiguas rutas comerciales. Muchos destinos extranjeros están a lo largo de la antigua Ruta de la Seda y dichos esfuerzos cuenta con el apoyo decidido del gobierno, indicó Wang.

Wang encabezó el primer equipo que fue a Copan en julio de 2014, acompañado por William Fash, un arqueólogo de la Universidad de Harvard quien inició las excavaciones en Honduras a finales de la década de los años 70 del siglo pasado. Pese a la tardía participación de China, Fash indicó que tenía una gran confianza en las habilidades de los arqueólogos chinos y creía firmemente que ellos contribuirían al estudio de la civilización maya.

En el proyecto de Mingtepa, los arqueólogos chinos emplearon un instrumento único de fabricación china conocido como "pala Luoyang". A través de cinco excavaciones, ensancharon exitosamente el tamaño del sitio de excavación y evidenciaron que hace más de 2.000 años Mingtepa no era simplemente un fuerte provisional para los nómadas, sino un castillo plenamente operativo, el mayor en el valle Fergana.

El grupo de Li también utilizó cámaras de drones, programas de ordenador profesional de alta resolución y modelaje 3D. Sus labores probaron ser más eficientes y precisas que las prácticas locales establecidas en el registro de localizaciones, topología y propiedades de unidades de la red de excavación.

Los mayas siempre construyeron sobre sedes existentes, un testamento de su creencia de la teoría del ciclo de vida. Para la excavación de 8N-11, Li adoptó la aproximación convencional de tunelización. Tuvo cuidado a la hora de examinar y registrar los colores y las propiedades del suelo. Pasado menos de un año, Li tenía una idea clara de las cuatro principales etapas de la construcción, destrucción y reconstrucción de la estructura compleja de 8N-11. Pudo contestar a muchas preguntas relacionadas con el desarrollo de monarquía divina, expresiones de cosmología, caminos, arquitecturas y esculturas, y con la conjetura sobre las causas del derrumbe de la regía dinastía maya.

Los arqueólogos chinos están logrando resultados positivos en otros países. Un proyecto de Kenia desenterrado por un equipo de la Escuela de Arquelogía y Museología de la Universidad de Pekín no sólo ha realizado un estudio fructífero de las exportaciones cerámicas desde China a África, sino también descubrió, a través de las excavaciones en cinco sedes costeras, una gran cantidad de antiguas reliquias, las cuales desvelaron la existencia del temprano Reino Malindi alrededor de los siglos IX y X. Los eruditos chinos también demostraron que la región contó con una industria de fundición de hierro y era una importante base manufacturera de productos de hierro en la temprana era comercial del océano Índico. Los descubrimientos fueron bien recibidos por los eruditos kenianos, quienes los apreciaron como un gran avance en el estudio de la costa Swahili de África.

"Uno de los mayores propósitos de los proyectos arqueológicos es lograr una perspectiva mundial en nuestra investigación sobre el desarrollo de las sociedades, a fin de apreciar y compartir las bellezas de otras culturas", aseguró Li a China Features en una reciente entrevista.

En Copan, Li se esfuerza en aprender español. Al dominar el idioma local, espera reaccionar con mayor rapidez la próxima vez que ocurra un incidente. También espera seguir estudiando la cultura maya después de que el presente proyecto termine en 2019.

"Los arqueólogos americanos se han dedicado al estudio de los maya durante más de cien años. Podemos hacer lo mismo", aseguró añadiendo que "las serenas pirámides dispersadas en el bosque tropical son atractivas".

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Arqueólogos chinos desentierran secretos de la historia mundial

Spanish.xinhuanet.com 2017-10-08 15:55:14

Por Yang Jianxiang, Qu Ting

BEIJING, 8 oct (Xinhua) -- Una mañana despejada y húmeda en la selva tropical de Honduras, un grupo de 16 locales y dos chinos están inmersos en una excavación arqueológica. De repente, una serpiente se desliza entre los escombros. Asustados y gritando, los locales usan palas, palos y todas las cosas que tienen a mano para ahuyentarla.

Para Li Xinwei, un arqueólogo de Beijing, este serpiente de piel roja era similar a una Lycodon rufozonatus que había visto en los campos de su casa. Pero según las palabras y los gestos del jefe de los trabajadores, que estaba esgrimiendo un machete, se dio cuenta de que la serpiente era extremadamente venenosa. Una sola mordedura en el brazo podría requerir cortarlo para salvar la vida de la víctima.

Fue en noviembre de 2015. Li y sus colegas estaban en una excavación resultado de un acuerdo firmado con el gobierno de Honduras hace más de un año. En el proyecto quinquenal cooperaban el Instituto de Arqueología de la Academia Nacional de Ciencias Sociales de China (IACASS, por sus siglas en inglés) y el Instituto de Arqueología e Historia de Honduras. El Departamento de Antropología de la Universidad de Harvard también formaba parte.

Según el proyecto, los arqueólogos chinos esperaban excavar y reconstruir el Grupo 8N-11, un selecto complejo residencial subreal, en Copan, Honduras.

No mucho después, desenterraron grabados de aves sobrenaturales con cabezas de serpiente y sus alas extendidas en forma de conchas y cabezas de dioses como maíz. Esto reflejaba el fallecimiento y renacimiento del dios del maíz, una creencia común entre el antiguo pueblo maya.

En la conferencia anual de la Sociedad de Arqueología Americana celebrada este año en Vancouver, Canadá, Li Xinwei, director del grupo de Honduras IACASS, compartió sus descubrimientos, cuya presentación fue aplaudida por la audiencia internacional.

La ave de cabeza de serpiente se parecía al común icono de cabeza de dragón chino, que recordó a Li el pasado arqueólogo chino, Kwang-chih Chang, quien creía que las civilizaciones americana y china probablemente compartieron los genes culturales panpacíficos y tuvieron diferentes desarrollos procediendo del mismo antepasado.

"No podemos entender las características especiales de nuestra propia civilización sin comprender las de otras", señaló Li.

Copan es la primera de las principales exploraciones extranjeras de los arqueólogos chinos. El templo de Montu en Luxor, Egipto, y la sede de Harappan de Rakhigarhi en Haryana, India, son futuros destinos. En los últimos años, China ha enviado equipos arqueológicos al centro, oeste y sudeste asiáticos, además de Kenia en África.

En marzo, el Centro de Investigación de Arqueología Mundial de CASS se inauguró bajo la dirección de Wang Wei.

El año pasado se estableció una categoría de nuevos premios arqueológicos para reconocer los logros extraordinarios de los arqueólogos chinos en excavaciones extranjeras. El máximo galardón en 2016 se concedió al proyecto Mingtepa, una operación conjunta entre IACASS y sus homólogos en Uzbekistán, Asia Central.

Las excavaciones extranjeras coinciden con la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China en 2013. La iniciativa incluye la expansión de infraestructuras y redes comerciales para conectar Asia con Europa y África a lo largo de las antiguas rutas comerciales. Muchos destinos extranjeros están a lo largo de la antigua Ruta de la Seda y dichos esfuerzos cuenta con el apoyo decidido del gobierno, indicó Wang.

Wang encabezó el primer equipo que fue a Copan en julio de 2014, acompañado por William Fash, un arqueólogo de la Universidad de Harvard quien inició las excavaciones en Honduras a finales de la década de los años 70 del siglo pasado. Pese a la tardía participación de China, Fash indicó que tenía una gran confianza en las habilidades de los arqueólogos chinos y creía firmemente que ellos contribuirían al estudio de la civilización maya.

En el proyecto de Mingtepa, los arqueólogos chinos emplearon un instrumento único de fabricación china conocido como "pala Luoyang". A través de cinco excavaciones, ensancharon exitosamente el tamaño del sitio de excavación y evidenciaron que hace más de 2.000 años Mingtepa no era simplemente un fuerte provisional para los nómadas, sino un castillo plenamente operativo, el mayor en el valle Fergana.

El grupo de Li también utilizó cámaras de drones, programas de ordenador profesional de alta resolución y modelaje 3D. Sus labores probaron ser más eficientes y precisas que las prácticas locales establecidas en el registro de localizaciones, topología y propiedades de unidades de la red de excavación.

Los mayas siempre construyeron sobre sedes existentes, un testamento de su creencia de la teoría del ciclo de vida. Para la excavación de 8N-11, Li adoptó la aproximación convencional de tunelización. Tuvo cuidado a la hora de examinar y registrar los colores y las propiedades del suelo. Pasado menos de un año, Li tenía una idea clara de las cuatro principales etapas de la construcción, destrucción y reconstrucción de la estructura compleja de 8N-11. Pudo contestar a muchas preguntas relacionadas con el desarrollo de monarquía divina, expresiones de cosmología, caminos, arquitecturas y esculturas, y con la conjetura sobre las causas del derrumbe de la regía dinastía maya.

Los arqueólogos chinos están logrando resultados positivos en otros países. Un proyecto de Kenia desenterrado por un equipo de la Escuela de Arquelogía y Museología de la Universidad de Pekín no sólo ha realizado un estudio fructífero de las exportaciones cerámicas desde China a África, sino también descubrió, a través de las excavaciones en cinco sedes costeras, una gran cantidad de antiguas reliquias, las cuales desvelaron la existencia del temprano Reino Malindi alrededor de los siglos IX y X. Los eruditos chinos también demostraron que la región contó con una industria de fundición de hierro y era una importante base manufacturera de productos de hierro en la temprana era comercial del océano Índico. Los descubrimientos fueron bien recibidos por los eruditos kenianos, quienes los apreciaron como un gran avance en el estudio de la costa Swahili de África.

"Uno de los mayores propósitos de los proyectos arqueológicos es lograr una perspectiva mundial en nuestra investigación sobre el desarrollo de las sociedades, a fin de apreciar y compartir las bellezas de otras culturas", aseguró Li a China Features en una reciente entrevista.

En Copan, Li se esfuerza en aprender español. Al dominar el idioma local, espera reaccionar con mayor rapidez la próxima vez que ocurra un incidente. También espera seguir estudiando la cultura maya después de que el presente proyecto termine en 2019.

"Los arqueólogos americanos se han dedicado al estudio de los maya durante más de cien años. Podemos hacer lo mismo", aseguró añadiendo que "las serenas pirámides dispersadas en el bosque tropical son atractivas".

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