Por Meng Na
BEIJING, 7 oct (Xinhua) -- Con la aproximación del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), este es un buen momento para volver la vista atrás y ver cómo ha interactuado China con el mundo en los últimos cinco años, y también para predecir cómo será la política exterior que aplicará en el próximo lustro.
La frase "Construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad" se incluyó en el informe del XVIII Congreso Nacional del PCCh, en 2012. Cinco años después, es un plan concreto, con una dirección clara y una amplia aprobación.
La multipolaridad, la globalización, la diversidad cultural, la interdependencia y la revolución científica e industrial han emergido como los términos clave para describir el mundo de hoy.
Al mismo tiempo, la gente de todo el mundo se encuentra en una etapa de múltiples desafíos: el crecimiento global es letárgico y apático, el impacto de la última crisis financiera persiste como una nube en el horizonte, el clima está cambiando en formas imprevisibles, y la brecha de desarrollo no para de ampliarse. La mentalidad de la Guerra Fría y la política de poder aún existen. El terrorismo y las crisis de refugiados crecen sin cesar.
Ante este trasfondo, ese mundo abierto, inclusivo y limpio, de paz duradera y seguridad y prosperidad comunes que prevé el presidente chino, Xi Jinping, es un faro para todos aquellos que creen que un futuro compartido es el único futuro.
¿Qué han traído al mundo la política de confrontación y las alianzas mezquinas? Ha llegado el momento de que los países establezcan asociaciones basadas en el entendimiento, el diálogo y el respeto.
Hasta tanto no aprendan a respetar los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de uno y otro, hasta tanto no aprendan a mantener sus diferencias bajo control, las grandes potencias no serán capaces de construir un nuevo modelo de relaciones, un modelo caracterizado por la cooperación y no por la confrontación, por el respeto y no por la rivalidad, y por el beneficio mutuo en vez de por la codicia.
Como lo dijo Xi en enero en Ginebra, nada de esto se logrará hasta cuando los "países grandes traten a los pequeños como iguales en vez de imponer su voluntad a los demás de forma hegemónica".
Una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible ha sido el mantra de Xi durante los pasados cinco años.
China respeta las reglas de la Organización Mundial del Comercio. China apoya un comercio abierto, transparente, inclusivo y no discriminatorio. China es ahora el principal defensor de una economía mundial abierta, porque, como lo ha dicho Xi en repetidas ocasiones, el proteccionismo y el aislamiento no beneficiarán a nadie.
El Acuerdo de París es el bastión más fuerte contra el cambio climático. China entiende sus obligaciones y está comprometida a luchar para salvar el planeta, y adamás llama a otros países a unirse a la causa con el mismo entusiasmo y acciones del mismo tipo.
En febrero, la "Comunidad de futuro compartido para la humanidad" fue incluida por primera vez en una resolución de la ONU. Para construir tal futuro, la globalización económica debe ser abierta, inclusiva y equilibrada, y debe beneficiar a todos. Para lograr esta meta, el mandatario chino declaró su aspiración de "hacer la torta más grande y compartirla justamente para garantizar la justicia y la igualdad".
La Cumbre del G20 que se celebró en Hangzhou en septiembre de 2016 adoptó el Proyecto del G20 sobre Crecimiento Innovador, puso, por primera vez, al desarrollo como el centro de la macropolítica global, y formuló un plan de acción.
Para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad, el presidente Xi presentó la Iniciativa de la Franja y la Ruta que hoy cuenta con el apoyo de más 100 países y organizaciones internacionales. Un gran número de proyectos ideados a la luz de esta iniciativa ya están marcando una diferencia en la vida de la gente común y corriente.
El crecimiento y el desarrollo inclusivos requieren de una mejor infraestructura para todos. El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras ya está proporcionando más bienes públicos a la comunidad internacional.
Con el XIX Congreso Nacional del PCCh a la vuelta de la esquina, el mundo está meditando sobre lo que será la política exterior de China para el próximo quinquenio. Una cosa es segura, y es que la comunidad de futuro compartido para la humanidad continuará siendo el faro guía.
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